Desde hace algunos años
los historiadores rusos impugnan las 352 victorias en combate
aéreo de Eric Hartmann. He aquí un punto sobre esta polémica,
basada en el análisis de los archivos soviéticos. El resultado
es, por lo menos, espectacular.
El Alemán Erich Hartmann es el as
titular del mayor del número de victorias aéreas, 352, sumó 825
misiones y 1404 combates. Estas cifras, sacadas de su biografía
oficial, exitan la imaginación de todo aquel familiarizado con
la historia del combate aéreo. Numerosos son los adjetivos
elogiosos a los datos de este cazador fuera de serie en
distintas publicaciones, principalmente occidentales. Su táctica,
según se dice, era garantizar la rápida victoria de golpe con
terribles ataques, causando en los Rusos contra los que combatía
el temor, el terror, el miedo de volar.
Termina uno por preguntarse en qué
medida se corresponde todo esto a la realidad. Como es sabido,
al principio los combates sobre el frente Germano-soviético (Frente
del Este para los Alemanes) se caracterizó en las primeras horas
por pérdidas enormes en hombres y material en la aviación del
Ejército Rojo. El hecho es reflejado tanto por los archivos
alemanes, como por numerosos documentos, artículos y libros
aparecidos en Rusia estos 10 últimos años.
El análisis detallado de los
acontecimientos de este período no es el objeto de este artículo;
constatemos simplemente que el informe de las pérdidas (basado
en los documentos de los dos beligerantes) no fue este verano
favorable a los soviéticos: por cada avión alemán destruído,
allí hubo tres, cuatro, o incluso 10 del otro lado. Es natural
que se añadió un gran número de victorias a los récords de los
ases alemanes: algunos de ellos, más dotados o más afortunados,
sumaron hasta 25 ó 30 entre el 22 de junio y el principio de
septiembre de 1941.
¿Un piloto superdotado?
La notable eficacia de
numerosos ases alemanes se explica tanto a por la calidad de la
Luftwaffe como por los defectos de su adversario, las fuerzas
aéreas de la URSS, conocidas bajo las siglas VVS. Los alemanes
se beneficiaban de una buena preparación, tanto de vuelo como
como de combate, reforzada bastante por la experiencia adquirida
en el Frente Occidental. Los pilotos más brillantes dirigían sus
unidades, adquiriendo por sus resultados el derecho moral a
dirigir a sus camaradas al combate; por último, los resultados
del caza básico alemán, el Bf--109F, eran superiores a las de
todos los aparatos soviéticos, incluídos los más recientes, como
el MiG-3, LaGG-3, y Yak-l. El nivel de los cuadros de mando de
la VVS por su parte, especialmente sus niveles mas elevados eran
deficientes. Eso tuvo efectos desastrosos, en particular, de las
elevadas pérdidas durante los primeros días... |
Pero esta situación no explica los resultados
de Eric Hartmann: la guerra comenzó para él no cuando la Luftwaffe era
el claro dominador, sino hacia la segunda mitad del conflicto mundial,
cuando el conflicto ya tomaba otro cariz. Los ejércitos alemanes estaban
a la defensiva en todos los frentes; la industria soviética, superando
dificultades enormes, aumentaba los ritmos de su producción de aviones
modernos como el Yak-9 o el La-5, capaces de enfrentarse al
Messerschmitt con mayores oportunidades de éxito; los bombarderos Pe-2 e
IL-2 "Shturmovik" tenían muchas más oportunidades que los obsoletos SB
del principio del conflicto. ¿Cómo pues se justifican el éxito de
Hartmann? ¿Es un superdotado?
Eric Hartmann, apasionado de la aviación, era
hijo de una célebre piloto de vuelo sin motor alemana, Isabel Hartmann.
Su llegada tardía al frente se explica simplemente por su juventud. Al
principio de la guerra en Europa, solo tenía 17 años. Empieza a pilotar
muy joven, primero sobre aviones acrobáticos luego sobre aviones de
combate, y supera todos los grados de formación de los pilotos de caza
de la Luftwaffe. La instrucción, aunque no tenía la misma calidad que al
principio de la guerra, seguía siendo sin embargo suficiente. En
promociones de un buen nivel, los instructores señalaban en varias
ocasiones al joven Hartmann, presintiendo en él a un buen piloto de caza.
A los 20 años ya pilota un Bf-109. El 20 de
agosto de 1942, fue destinado al grupo de reserva de la Agrupación de
caza "Este". Allí, instructores que conocían el frente familiarizaban a
los nuevos pilotos con las particularidades del combate contra la
aviación soviética, indicaban la posición de los blindajes, el armamento
de sus aparatos, y explicaban sus puntos fuertes y sus debilidades.
Después de dos meses de perfeccionamiento, el 10 de octubre, el futuro
as se destinó en el extremo sur del frente, el Jagdgeschwader 52 (JG
52), dónde debía desarrollarse casi toda su brillante carrera. De
pequeño tamaño, Eric parecía más joven que su edad, lo que le valió el
apodo de "Bubi" (el niño)
Prohibición de volar tras su
primer combate

En el otoño de 1942, el JG 52 era la campeona de las escuadras de caza
alemanas por el número de victorias. Su jefe, el Comandante D. Hrabak,
destinó el joven teniente al 7º Staffel en el que, sobre el Cáucaso,
efectúa sus primeras misiones como punto de un veterano, el Oberfeldwel
E. Rossmann.
Según la tradición de la Luftwaffe, se
destinaba a los recién llegados como puntos de pilotos expertos que
tenían victorias en su haber. El Comandante von Bonnin, jefe del III/JG.52,
mantiene la costumbre, considerando que Rossmann tendría muchas cosas
enseñar al recién llegado. La iniciativa pertenecía entonces a los
alemanes quienes, en este otoño habían infligido graves pérdidas al 4º
Ejército Aéreo Soviético que operaba en este sector. Es a esta gran
unidad que pertenecían los LaGG-3 a los cuales Hartmann se enfrentó en
su tercera salida, el 14 de octubre de 1942.
He aquí cómo describe el encuentro: "Repentinamente
vi una patrulla de dos aviones verde oscuro, a 3.000 m, ligeramente más
altos. Sólo pensando en derribarlos inmediatamente, puse los gases para
interceptarlos, Olvidando la presencia de mi líder y mi misión de
cubrirlo. La aproximación fue rápida. Abrí el fuego a 1.000 m del avión
más cercano, gastando todas mis municiones, mientras que el adversario
proseguía su vuelo sin daños visibles. Me había acercado hasta el punto
que le perdí en mi visor. Debí retirarme, reconociendo mi error. Oí
repentinamente la voz de Rossmann en la radio, lo que me alegró,
diciéndome: "rompe a la derecha, te cubro" Tardé unos instantes en
efectuar del la maniobra y el motor de mi Messerschmitt tosió varias
veces Durante cinco minutos siguió petardeando pero a continuación, un
trueno y un pesado silencio.. Conseguí pasar el Elbrus [monte mas alto
del Cáucaso] y ví una carretera ante mi. El suelo se acercaba
rápidamente y me encontré aterrizando sobre la panza. Unos soldados de
infantería llevados a cabo me ayudaron a salir de la carlinga y me
indicaron el camino hacia nuestra base de SoldatskaTa (sobre el Terck,
al noreste de Nalchikl)"
Por la noche se procedió el análisis de la
misión. El comandante del III Gruppe, von Bonnin, tenía quejas serias
contra Hartmann: había perdido a su líder, y olvidándose de cubrirlo, se
había lanzado a toda velocidad al ataque. Subiendo, había cruzado una
nube, lo que lo había desorientado; por último, inútilmente había roto
un avión. Resumidamente su carrera militar comenzaba mal Hartmann fue
arrestado durante tres días, y se le prohíbe volar durante más de dos
semanas; así pues, a pesar de una situación aérea favorable a los
alemanes, buenos mandos y su formación, su primer combate había sido un
fracaso.
El joven piloto pidió volver combate para
rehabilitarse cuanto antes. A su 19ª misión de guerra, el 5 de noviembre
de 1942, el 5 de noviembre de 1942, mientras que se encontraba sobre el
Cáucaso, cerca de una ciudad llamada Digor (su misión se define con
precisión en los archivos soviéticos), Hartmann dañó un IL-2, al que
obligó a realizar un aterrizaje forzoso. Se apuntó así una primera
victoria, pero este combate se terminó para el alemán con la pérdida de
un segundo Bf 109 G-2 destruído en un aterrizaje forzoso.
Un joven hombre casado con
la oportunidad
Estos fracasos se debían a un exceso de
ardor y a la falta de experiencia. Pero la suerte estuvo a su lado desde
el principio, y le permitió salir sin mayores males de estas primeras
aventuras. Luego, Hartmann no cometió más graves errores. Según
R.Toliver y T. Constable, autores de “Los Ases de la Caza Alemana,
1939-1945”, los más grandes ases eran al principio de sus carreras como
algunos de los "jóvenes pilotos alemanes desconocidos que
desaparecieron a miles durante sus primeros combates, sin haber obtenido
ni una victoria". Así pues, llegado al mismo tiempo que él al 7/JG
52, el Teniente R. Mertschat ya había desaparecido el 11 de noviembre,
sin que nadie supiera nunca lo que le ocurrió”.
Jefe de patrulla tras 110
misiones
Según
Hartmann; Hrabak, von Bonnin y Rossmann desempeñaron un papel importante
en su futuro como piloto de caza. Los dos primeros lo ayudaron a
perfeccionar los rudimentos de su formación teórica: "Para sobrevivir
en Rusia y ser un caza eficaz - repetía el comandante a los recién
llegados - es necesario mejorar permanentemente la táctica. Está claro
que deben actuar con agresividad, pero ustedes no llegarán a ninguna
parte si no combinan la agresividad con la inteligencia y la prudencia".
Rossmann inculcó su extremo de numerosas "cuerdas". Destacó que no
era necesario atacar que en el momento en que se tenía la firme
convicción que el éxito estaba garantizado; cuando llevaba a jóvenes
puntos a sus primeras misiones, El Oberfeldwebel poseía una preciosa
experiencia que usaba para protegerlos a todos, suponiendo que con el
tiempo, desarrollarían sus mismas aptitudes. Sobre el campo de batalla,
los reflejos se adquieren rápidamente.
En 1943, con 110 misiones y ocho victorias, el
teniente Hartmann se convirtió en jefe de patrulla. Tenía el nivel de
los pilotos que poseían los mejores resultados de su escuadrón: El
Oberleutnant Zwernemann, los Oberfeldwebel Grislawski y Friese, los
Feldwebel Toil y Dammers. Tomando gusto la caza libre, puso poco a poco
en el punto su táctica para asestar el golpe seguro: "primero ver,
evaluar la situación, tomar la decisión, atacar con decisión, retirarse."
Había añadido que no era necesario dejarse implicar en combates
prolongados, sino romper cuanto antes actuando en el plano vertical
Su participación en la batalla de Kursk
constituyó un capítulo importante en su carrera. Del 5 de julio al 19 de
agosto, en 45 días, efectuó 112 misiones y aumentó su récord oficial de
17 a 88 victorias. Sin embargo, la operación Ciudadela, aunque
cuidadosamente preparada falló. Los ejércitos soviéticos no sólo pararon
el empuje alemán, sino que pasaron a la ofensiva al sur y al centro, a
pesar de pérdidas enormes tanto en tierra como en el aire. El III/JG 52,
donde combatía Hartmann, llevó a cabo duros combates en los sectores de
Belogorod, por Orel, y en la cuenca del Donetz. Los mejores días para el
joven as fueron el 7 de julio y el 7 de agosto cuando, en cuatro
misiones diarias, llegó a derribar siete aviones soviéticos cada vez. De
salida en salida, su tiro se volvía más preciso. Su técnica consistía
obtener una salva de todas sus armas lo más cerca posible sobre las
partes más vulnerables del adversario. Como los otros ases, consideraba
la sorpresa como el mayor factor de éxito de un ataque. "El piloto
que primero vea al adversario, tiene la mitad ganada", le gustaba
decir.
Casi una victoria por salida
Durante estos combates
encarnizados, perdió a numerosos camaradas, y, el 20 de agosto, su
carrera estuvo a punto de finalizar. Cazando IL-2 Shturmovik en el
famoso frente del Mious, al oeste de Millerovo, su Messerschmitt fue
alcanzado en el motor.
Los archivos soviéticos suman ese día 40
combates aéreos. En uno ellos, el Teniente P. Evdokimov, del 232º
Regimiento de asalto del 7º Cuerpo ve que al salir del objetivo el IL-2
de su camarada V. Ermakov era atacado por un 109. Hizo frente al
Messerschmitt y le lanzó una ráfaga. El alemán comenzó a echar humo,
perdió altitud e hizo un aterrizaje forzoso en las líneas 2º Ejército
del Guardia. Todos los IL-2 retornaron a su base, aunque varios dañados.
Hecho prisionero, Hartmann
se evade inmediatamente
Hartmann fue capturado, pero sólo estuvo
prisionero unas horas. Simulando una herida burló la vigilancia de sus
guardias y huye aprovechando la confusión provocada por el ataque de un
Stuka. Si hay que rendir homenaje a su sangre fría y coraje, hay que
constatar también la permanencia de su "Baraka" (suerte). Porque en el
frente podría haber topado con los soviéticos en lugar de con los
alemanes.
No obstante, Hartmann
reivindica ambas victorias del 20 de Agosto (6:08 y 06:10) que no tienen
confirmación en los archivos soviéticos.
Éxito increíble para sus
camaradas
Al
volver, Hartmann se entera de que muchos de sus camaradas habían muerto
o desaparecido. El "maestro” del joven as, el Oberfeldwebel Rossmann,
fue derribado y capturado el 9 de julio de 1943. Retornó a Alemania sólo
después de seis largos años en los campos soviéticos. Hartmann fue
nombrado jefe del Staffel 9/JG 52 y se dedicó aún más al calor del
combate. Casi cada una de sus salidas en el sector de la orilla
izquierda del Dnieper se caracterizó por la destrucción de un avión
soviético. Su récord creció rápidamente. El P-39 "Airacobra" derribado
el 20 septiembre 1943 fue su 100º victoria. Ese día, los observadores
alemanes contaron el derribo de un LaGG-3, mientras que del lado
soviético, se perdió un Yak-7 de la 288º División de caza del 17º
Ejército aéreo. A pesar de todo ¡el derribo de Hartmann se registró!
Por esa época un camarada de regimiento puso en
duda los éxitos de Eric Hartmann: Friedrich Obleser. Este joven y
ambicioso piloto tenía casi un año de menos que Hartmann. y había
llegado 8/JG 52 tres meses después que él, obteniendo su primera
victoria el 28 de marzo de 1943. Había una atmósfera de rivalidad entre
las unidades, las escuadrillas y los individuos, Obleser considera que
no combatía los bolcheviques peor que Hartmann. A partir de la batalla
de Kursk, se le había confiado el mando de un Staffel, pero su récord
seguía siendo inferior el de su rival que superaba el centenar.
Según la obra "Holt Hartmann vom Himmel" ("Saque
a Hartmann del cielo"), la pelea se solucionó de la siguiente manera:
Hartmann convenció a su jefe de escuadra Günther Rall (que había
sustituido von a Bonnin al principio de la batalla de Kursk) a que
asignara temporalmente a Obleser como su punto. Éste confirmó que
Hartmann "había apuñalado bien" a un La-5 y un P-39 en dos vuelos
el 29 de septiembre, en el sector de Zaporozhie; se dice que después de
su vuelta al 8º Staffel, no puso más duda la veracidad de los informes
de "Bubi" Hartmann. Sin embargo, es curioso constatar que inmediatamente
tras este episodio su récord aumentó la primera semana en 10 victorias y
que al final del mismo mes ya tenía 80, lo que le valió la Cruz de
Caballero.
Para estas mismas fechas, Hartmann ya tenía 202
victorias confirmadas. Leemos en el diario del JG 52 que, el 2 de marzo
de 1944, el 7. Staffel, con otra unidad de las Fuerzas Aéreas Reales
húngaras se desplazan a Ouman Kalinovka, para luego, algunos días más
tarde, a Proskourov. Entre el 2 y el 7 de marzo estas unidades
obtuvieron 15 victorias, 10 de las cuales en el día del 2. El mismo día,
Hartmann fue gratificado por el Führer, al mismo tiempo que el
Oberleutuant W.Krupinsky, con las Hojas de Roble sobre su Cruz de
Caballero.
Según los archivos alemanes, tras de un breve
período de descanso, Hartmann volvió a combatir con el éxito en los
cielos de Crimea, en el sector de Iasi, al noroeste de Rumania, en
Bielorrusia, al sur de Varsovia...
Consultando los archivos
soviéticos
Recientemente, en varias ocasiones, los
asombrosos éxitos de Hartmann fuero objeto de debates en la prensa rusa.
Las críticas hicieron notar la desaparición de varias libretas de de
vuelo del "experto" y la imposibilidad de atestiguar resultado de los
combates por películas de las foto ametralladoras (no disponibles en los
cazas alemanes) y dudas sobre ciertas " victorias en “serie". Por otra
parte, los seguidores de Hartmann se apoyan en documentos de su juicio
en la URSS en 1949. Según ellos, si el acta de acusación se apoya en la
destrucción de 345 aviones soviéticos (los otros siete eran americanos)
debe ser cierto ya que los acusadores KGB no podían equivocarse en un
asunto tan serio.
Hay una forma de cerrar
el debate: verificar, igual que para otros ases, si las victorias del
experto son confirmadas por los archivos soviéticos. Es decir, si se
corresponden pérdidas soviéticas. Desgraciadamente, la respuesta no es
tan simple, ya que la táctica favorita de Hartmann consistía en
sorprender aviones aislados, lejos de las líneas, en el momento en que
su tripulación menos se lo esperaba.
En ese caso el avión derribado aparece en los
registros soviéticos, no como avión derribado en combate, pero si como
desaparecido con causa desconocida ("no volvió de misión"), además, si
las tripulaciones habían sobrevivido, ellos no podían decir generalmente
nada sobre la causa de su pérdida. No obstante, si no es posible
confirmar o invalidar uno a una las victorias del más grande as alemán,
podemos cuando mínimo, tras el estudio, establecer unas conclusiones.
Así, el 29 de mayo de 1944, tres La-5 (mencionados
en su informe como LaGG-7) fueron añadidos a sus palmares, derribados en
la región del aeródromo rumano de Novela. Efectivamente, aviones del 5º
Ejército aéreo atacaron las grandes bases aéreas de Romanet Khousi, pero
sin la ventaja de la sorpresa. En el curso de los combates que
resultaron, lo cazas y Flaks alemanes derribaron cuatro IL-2. Pero todos
los La-5 de la 302º División de caza que protegían a los Shturmovik
retornaron a su base. El 5º Ejército aéreo no lamentó la pérdida de
ningún otro La-5, a pesar del “intenso” informe del punto de Hartmann,
Oberfeldwebel E Blessin, informando cómo uno de los cazas soviéticos
"se estremece bajo los impactos y, dejando un rastro de humo negro se
precipitó hacia el suelo".

De datos y aparatos diferentes
Uno de los historiadores rusos
que hacen la apología de Hartmann, M.V. Zéfirov, escribió en su obra "Los
Ases de la Luftwaffe: "El 4 de julio, en el sector de Bobrouisk,
Hartmann localiza tres IL-2 ocupados en atacar una posición de
artillería alemana. Vuelan tranquilamente baja altitud ametrallando su
objetivo, olvidando completamente que ellos mismos pueden estar en
peligro. En ligero picado, Hartmann se colocó detrás y ligeramente por
debajo de los Shturmovik. No abre fuego hasta que se ha acercado a 50 m.
Al final de una breve ráfaga, el primer IL-2 se desintegra en los aires.
Tras una rotura brutal, pronto el segundo adversario que se encuentra en
su visor. De nuevo una ráfaga, y otro IL-2 en llamas cae hacia el suelo.
Una tercera vez y un tercer aparato recibe los impactos. Tres columnas
de humo señalan los lugares donde cayeron los tres IL-2. Eran las
victorias 248º ,249º y 250º. Hartmann era el cuarto piloto de la
Luftwaffe que alcanza tal cifra."
Si se consultan los archivos alemanes, la 250º
victoria de Hartmann no fue contabilizada el 4 de julio de 1944, sino un
mes más tarde. En aquella época, su unidad estaba en Rumania y combatía
a los pilotos de la 5º Armada Aérea del general Goryounov. En el
registro de acciones del 5º Ejército aéreo - Junio de 1944 (2), se
indica que un grupo de 12 IL-2 mandados por el Tte. Frolov, picando
desde 900 m de altitud, atacó posiciones alemanas de artillería en el
norte de Iasi. Tras la primera pasada sobre el objetivo, fueron
interceptadas por dos parejas cazas enemigas. El jefe del 2º Cuerpo
aéreo de Asalto, el general Stépichev, observó desde el mando del 27°
Ejército mixto, cómo, a la aparición de los aviones enemigos, las cuatro
patrullas de " Shturmovik " forman un círculo defensivo que rechaza
todos los ataques de Meserschmitt y Focke-Wulf provenientes de las de
las posiciones germano-rumanas. Los pilotos de IL-2 realizaron 5 pasadas
de tiro teniendo que lamentar la pérdida de un sólo IL-2 que, dañado,
debió hacer un aterrizaje forzoso en sus líneas.
La contraofensiva de los ejércitos
Germano-rumanos en el noreste de Rumania, a finales de mayo-principios
de junio del 1944, es de gran interés en la medida en que las tropas
alemanas se beneficiaban del apoyo activo de la Luftwaffe. Después de
haber concentrado fuerzas aéreas importantes, y al contar con el efecto
de sorpresa, los alemanes recuperaron la iniciativa en el aire. Las
pérdidas soviéticas del 30 y el 31 de mayo se elevan a 70 aviones. Unos
días después, el mando del 5º Ejército Aéreo vuelve a poner orden y
establece una disciplina aún más firme en sus unidades con lo que las
pérdidas disminuyen sensiblemente. Patrullas reforzadas y escalonadas a
diversas alturas hicieron la misión de los "expertos" alemanes bastante
más delicada.
Encontramos para este período, en los archivos
alemanes la indicación de que los Messerschmitt efectuaron de tres a
cinco salidas al día, procedían a operaciones de limpieza del cielo,
escoltaban grupos mixtos de Ju-87 y de Fw-190 (más raramente de Hs-129
de ataque a tierra) y se dedicaban a la caza libre. ¡Durante todo este
tiempo, Hartmann sólo realizó misiones de caza libre y reivindicó, entre
3 y el 6 de junio, la destrucción de 15 "Airacobra" y de ocho La-5 (ni
siquiera menciona los "Shturmovik"!). Afirma haber utilizado con éxito
las nubes los cúmulos, abundantes á esta época, para esconderse y atacar
a altitudes bajas y medias (menos de 3 500 m).
No obstante, comparando los archivos soviéticos
y los informes de Hartmann sobre sus misiones en la segunda mitad del
día (generalmente tras las 15 horas, - período de nubosidad fuerte),
podemos atribuirle efectivamente durante este cuatro jornadas sólo un
máximo de seis victorias de estas 23. Comprobamos también que Hartmann
reivindicó la destrucción de LAGG mientras que se trataba de Bell "Airacobra".
Misteriosos aviones
derribados
Durante la cuarta salida del 4 de junio, por
la tarde, habiendo reivindicado cinco victorias por la mañana, Hartmann
y su punto Feldwebel H.J. Birkner intentaban sorprender unos aviones
soviéticos a la salida de una nube, cuando ellos mismos fueron
interceptas por dos cazas soviéticos. Pilotados por el Major B.B.
Ghakaet y el Teniente N.L. Trofimov, del 16º Regimiento de caza de la
Guardia, atacaron a ambos "Messerschmitt” desde arriba. Avisado por su
punto, Hartmann consigue evitar la ráfaga que le iba destinada, y
exprimiendo su motor al máximo salió del combate. Tras este choque, la
parte soviética reivindicó una victoria y Hartmann dos (que le fueron
concedidas). En realidad todos los protagonistas ¡volvieron a casa sanos
y salvos!
El reportaje del corresponsal alemán de guerra
G. Eekert sobre la 300º Victoria de Hartmann, el 24 de agosto de1944 en
el sector de Sandomierz, puede ser citado como un ejemplo perfecto de la
propaganda del Dr. Goebbels
El acontecimiento se describe de este modo: "Todos
los que estaban presentes sobre el terreno se habían reunido alrededor
de radio y de dos míseros receptores, ya que el acontecimiento podía
llegar de un momento a otro. El operador estaba nervioso, temiendo dejar
pasar el mensaje de la victoria 300° obtenida por un piloto alemán.
15 h 50. Tierrra a Hartmann: "Cazas enemigos se
acercan a Sandomierz!"
16 horas. Hartmann: “Tengo uno”
16 h 03. "Lo tengo"
16 h 06. Tierra a Hartmann: " ¡Vigile el sector
cercano a usted, "Cobra " a su derecha!"
16 h 09. Hartmann: "¡Este ya está! Voy a por aquel".
Luego, un minuto después" ¡Lo tengo!"
16 h 10. El punto a Hartmann: "Felicidades por su
número 300!"
Pero las cosas no se detienen ahí. Bajo los
gritos de los entusiasmados alemanes, Hartmann otras dos veces anuncia
la explosión en vuelo de otro avión soviético, y por la tarde, ya tenía
el récord de 11 aviones enemigos”. Todos fueron confirmados.
A juzgar por el reportaje los "Airacobra" del
7º Cuerpo de caza (según los archivos soviéticos, ellos eran quienes
patrullaban sobre los puntos de paso del Vístula a Sandomierz) sólo
estaban ese día para servir de objetivos al as alemán. En realidad, los
adversarios enfrentados a Hartmann este 24 de agosto de 1944 eran
pilotos bien preparados y experimentados de la 9º División de caza de
la Guardia, comandados por el Coronel Pokrychkin (esta división formaba
parte del 7º Cuerpo de caza y su jefe acababa de recibir algunos días
antes, su tercera Estrella de Oro de Héroe de la Unión Soviética).
Si el mismo estilo del reportaje alemán ya deja
suponer que el éxito puede ser una exageración, la realidad sobrepasa
todo lo que se podría suponer. Volviendo al registro de Acciones del 2º
Ejército aéreo - agosto de 1944 (4) podemos verificar que son los
pilotos del ejército de S.A. Kraskovsky los que cubrían las unidades del
1° Frente de Ucrania, particularmente la cabeza de puente del Vístula;
la 9º División de caza de la Guardia formaba parte de esta gran unidad.
La página 29 del documento citado permite
afirmar que ningún avión soviético fue derribado en combate aéreo el día
de 24 agosto, y que ningún otro avión este mismo día fue considerado
como que "no regresó de la misión".
Podemos, por consiguiente, afirmar con un alto
grado de certeza que el episodio descrito anteriormente, así como las
otras ocho "victorias " de Hartmann del 24 de agosto 1944, son
inventadas.
El régimen nazi necesita
héroes
Según las fuentes alemanas, que a menudo
citan las memorias del punto de Hartmann, Oberfeldwebel K. Unger, el
famoso "experten" habría destruído 19 aviones soviéticos los días 23 y
24 de agosto. En los documentos del 2º Ejército aéreo las pérdidas
soviéticas de estos dos días se elevan a 11 aparatos: dos derribados por
la caza enemiga, uno desaparecido, uno destruído en tierra por la
artillería alemana, y siete víctimas de las Flak. No se puede asignar a
Hartmann ese día mas que un biplano Po-2 del 208º División de bombardeo
nocturno (Hartmann no reivindicó victoria sobre un infeliz biplano), y
un P-39 del 7º Cuerpo de caza. En cualquier caso, está claro que el as
alemán no obtuvo los excepcionales resultados anunciados.

Es igualmente interesante otro punto importante.
A finales de agosto de 1944, las acciones desesperadas de los alemanes
llegaron a detener la ofensiva soviética en el centro del frente del
Este y lo estabilizaron. No obstante, el verano ve desaparecer en varias
bolsas a la mayoría de las unidades alemanas que constituían
inicialmente el Grupo de Ejércitos Centro, lo que fue una de las mayores
catástrofes sufridas por la Wehrmacht en el curso de su historia.
Hay sin embargo casos donde las victorias de
Hartmann, al menos en parte, son confirmadas por los archivos soviéticos.
Así pues, se puede afirmar con seguridad que el 24 de octubre de 1943
deribó al Tte. Sytov del 5º Régimiento de caza de la Guardia, Héroe de
Ia Unión Soviética, en un combate aéreo en el sector de Zaporozhie. El
ruso, con 30 victorias (seis en grupo) se apartó de su formación y no
regresó. Esta pérdida fue sentida dolorosamente en el regimiento; "no
tenía rivales en la energía de sus asaltos y la precisión de sus golpes..."
decía una de las citas. Ninguno de sus camaradas sabe en qué
circunstancias cayó. Por su parte, según de las actas alemanas, Hartmann,
ese día, derribó un LaGG-5 durante su 357º misión, logrando su 133º
victoria.
Derribo por error
El Tte. Sytov no fue la única baja del 5º
Regimiento de caza de la Guardia en el curso de los duros combates de
reconquista del Dnieper. A finales del 1943, durante una misión por el
sector de Apostolovo, el piloto con más victorias del regimiento no
volvió. El Tte. P.T. Kaisin tenía en sus récords 16 victorias. El 12 de
diciembre había dado pruebas de maestría y abnegación llegando a
aterrizar tras las líneas enemigas y recoger a su líder el Tte. Bayevsky,
que acababa de hacer un aterrizaje forzoso. Ocho días más tarde, en
malas condiciones meteorología, el avión de Kalsin perdió el contacto
con su grupo y no fue visto de más de nuevo. Posiblemente fue víctima de
Hartmann que merodeaba por el sector Nikopol - Apostolovo. El alemán
declara haber derribado tres La-5. El estado-mayor del 17º Ejército
aéreo reconoció haber perdido dos La-5 el 20 de diciembre.
Sergei, hijo del célebre constructor Igor
Sikorsky, trabajó en Alemania federal tras la guerra y conoció a
Hartmann. Hacia los años 1970, sus relaciones se convirtieron en amistad
sincera y el famoso as contó a su amigo, director comercial de la
sociedad que llevaba su nombre, su guerra y la dureza de su cautiverio
en la URSS, las numerosas injusticias de la suerte de la que fue víctima.
Uno de los episodios contados por Hartmann y confiado por Sergei
Sikorsky al autor (Jazanov) de estas líneas es el siguiente: "Los
pilotos más experimentados fueron a veces obligados a despegar en "caza
libre" en condiciones meteorológicas execrables. Saber orientarse por
los menores indicios de un paisaje a menudo desolado, la conjunción con
mi máquina era lo que me permitía volver. Pero por dos veces, en el mal
tiempo, (uno de estos casos se produjo en otoño de 1943 en el sector del
Dnieper) mis ojos me traicionaron: ataqué y me derribé a los aviones,
pero sólo durante su caída vi las cruces alemanas en sus alas. Desde
luego, no dije nada sobre esos errores".
También encontramos un episodio interesante
respecto a Hartmann en las memorias que el Sargento P.I. Guriev, de 43º
Regimiento de Shturmovik, que informó de combates en los que estuvo
implicado. El IL-2 del que era ametrallador había sido derribado en el
sector de Sapun-Gora el 7 de mayo de 1944, en el momento del asalto de
Sevastopol por el Ejército rojo. El suboficial fue capturado. Tras un
interrogatorio breve, fue trasladado al último aeródromo alemán que
permanecía activo, cerca de Jersones. Allí asistió a la agonía de los
restos del 17º Ejército alemán, cercado y acorralado contra el mar. El
fuego de artillería y los asaltos incesantes de los IL-2 inflingieron a
los alemanes pérdidas severas, pero uno de los pilotos alemanes, un
rubio pequeño, llegó a despegar en dos ocasiones con su "Messerschmitt"
entre los estallidos de obuses, bombas y cohetes; y volver de nuevo.
Cuando la pista se volvió impracticable, cargó a dos mecánicos detrás él,
y volvió a salir en dirección a Rumania. En el desorden, Guriev se
escapó y pudo así pronto encontrar a sus camaradas. Se manifiesta que su
relato hace alusión Hartmann.
Buena cohesión con sus
compañeros en caza Libre
El elevado nivel de entrenamiento de los
pilotos del JG 52 fue determinante para obtener resultados como los de
Hartmann. Su éxito en la caza libre se explica en gran parte por la
buena cohesión de sus parejas líder-punto y de la buena coordinación de
sus acciones. La prueba del ejemplo contrario: cuando a finales de la
guerra, Hartmann tiene de punto al Comandante G. Kapito, transferido
recientemente de la aviación de bombardeo sin haber acabado su formación
de caza, la patrulla se deshizo a partir de las primeras maniobras, el 1
de marzo de 1945. Kapito se distanció, recibió el fuego de un aparato
identificado como "Airacobra" y tuvo que abandonar su avión en
paracaídas. Pero el avión soviético a su vez fue atacado por Hartmann,
que le derribó. Kapito dice haber visto al enemigo expulsado de la
cabina en el momento del impacto, y muerto en el acto.
En el fuselaje de ese avión había 25 estrellas.
El "Messerschrnitt" que acababa de derribar fue su 26° y última victoria.
El historiador checo Kolewski se basa en las memorias de los mecánicos
del I.JG52 a quienes Hartmann mandó a partir de febrero de 1945, para
concluir que su víctima del 1 de marzo de 1945 fue el Capitán S.I.
Lazarev, del 728º Regimiento de caza, de la 256ª División. No lejos de
la ciudad de Brenzlau, los alemanes descubrieron los restos de un Yak (y
no de un "Cobra" como lo habían identificado erróneamente los pilotos
alemanes) con el cono de la hélice pintado de rojo y tres hileras de
estrellas sobre el costado. Según documentos oficiales soviéticos,
Lazarev contaba en el momento de su fallecimiento con 22 victorias
individuales y tres colectivas.

Los jóvenes pilotos
soviéticos, presas fáciles
La mayoría de las veces, las víctimas de los
ases alemanes eran jóvenes pilotos soviéticos insuficientemente
adiestrados. El aumento de los efectivos de la aviación soviética
durante la segunda mitad de la guerra hizo necesario el envío al frente
de miles de aviadores, aunque el estado no disponía de los medios
necesarios para instruirlos convenientemente. Hasta disponiendo de
aviones modernos y bien armados, aquellos novatos que quedaban
retrasados de su formación corrían un gran riesgo de ser derribados en
poco tiempo. Los ases alemanes como Hartmann lo sabían muy bien, e
intentaban centrarse en este tipo de presas, para probar suerte sin
grandes riesgos y retirarse rápidamente.
Cuando las necesidades fueron importantes,
particularmente en el momento de ofensivas importantes, la VVS fue
forzada a lanzar al combate a pilotos reservistas inexpertos, o a
alumnos en curso de formación. Estos constituyeron muchas presas fáciles
para la Luftwaffe. Por otra parte, muchos aviones de caza soviéticos,
hasta al fin de la guerra, no tuvieron radio. A menudo, sólo el líder
disponía de un emisor-receptor de radio, teniendo los pilotos a su mando
sólo un receptor; la ausencia de enlace por radio constituía un handicap
considerable; esto obligaba particularmente a los pilotos afectados a
volar bien agrupados en formaciones poco maniobrables.
La caza soviética fue
privada de forzar el combate
Además, la aviación de caza soviética,
incluso en la fase final de la guerra, raramente ejecutó misiones
ofensivas. Su papel fue, la mayoría de las veces, limitarse a dar
protección aérea a un sector del frente y a la escolta de las unidades
de ataque a tierra. Durante las misiones de escolta, los pilotos de caza
no tenían permitido abandonar la formación, incluso ni para perseguir un
enemigo.. Su función era mantener la caza enemiga a distancia. Los "Halcones
de Stalin" fueron muy raramente autorizados a practicar misiones de caza
libre sobre las principales rutas aéreas de la aviación, y a atacar los
aeródromos alemanes en muy pocas ocasiones.
Esto quiere decir que a pesar de su
inferioridad numérica, la aviación alemana raramente estuvo colocada en
una situación insoluble. Los ases alemanes podían sacar provecho de
todas las ocasiones que se les ofrecían. Hay que aquí rendir homenaje al
tesón de Hartmann, y a su aptitud de analiza muy rápido la situación
para atacar sólo si le era favorable.
Un avión derribado, cinco
victorias reivindicadas
Es seguro de que con olfato de buen cazador,
Hartmann supo sacar provecho perfectamente de ciertos procedimientos
cuajados de la aviación soviética, y que sabía sorprender, como todo
buen cazador, no haciendo lo mismo que todo el mundo. Pero él velaba por
su seguridad personal. Así, entre sus victorias, contamos pocos
bombarderos (Pe-2 y "Boston") y casi no hay " Shturmovik" biplazas. Esto
puede explicarse por su deseo de no arriesgarse, porque cuando se ataca
un avión defendido por una o varias ametralladoras, se expone a ser
tocado antes de haber alcanzado la posición de tiro favorable.
El estudio por sondeo de un cierto número de
combates del "experto" hacia el fin de la guerra permite comprobar que
la mayoría de sus victorias no se confirman por los archivos soviéticos.
En ciertos casos después de haber destruído efectivamente un avión
enemigo, Hartmann reivindicaba tres, incluso cinco "bolcheviques al
suelo". Sus éxitos reales pueden ser evaluados así en 70 ó 80 aviones
soviéticos abatidos (casi el personal de ¡dos regimientos enteros!) lo
que a pesar de todo es mucho. En estos combates el mismo Hartmann perdió
por causa del adversario o por accidente, de 10 a 12 "Messerschmitt". No
sería pues falso afirmar, que los famosos resultados de los "experten"
del JG 52, G. Barkhorn y G. Rall, fueron en realidad superiores, aunque
ni uno ni otro haya obtenido los "diamantes" sobre su Cruz de Caballero
como Hartmann, ya que la credibilidad de los informes de Hartmann es más
baja que la de la media de los pilotos alemanes. Esto puede explicarse
por la dificultad o incluso la imposibilidad de conocer la suerte real
del avión atacado sobre las zonas soviéticas donde Hartmann se adentraba
a menudo (pero otros "Experten" siguieron este ejemplo). En estos casos,
la confirmación de la victoria se reducía al posible testimonio de un
compañero.
Hay también el hecho de que la veracidad de los
informes de los Alemanes era claramente más elevada en 1941-1942 que en
1944-1945, cuando Hartmann adquirió la mayoría de sus victorias. Por
ejemplo, de las 33 víctimas de W. Mölders en el Frente Este en 1941,
unas 20 pueden confirmarse en los archivos soviéticos. Por el contrario,
hacia el final de la guerra la propaganda alemana necesitaba sobre todo
héroes sobrehumanos, capaces por sí solos de poner en fuga, o mejor, de
destruir olas de "bolcheviques". El joven "experto" Hartmann, piloto
hábil, ciertamente, se creó así oficialmente como héroe invulnerable. La
publicación de varios libros consagrados a su servicio durante la guerra
fría también contribuyó a pulir su imagen de "caballero rubio" sin
reproche y sin miedo opuesto al "peligro rojo". El análisis de los
archivos soviéticos permite también negar formalmente que los servicios
soviéticos le hayan consagrado una "atención especial". El rumor según
el cual la cabeza de Hartmann, llamado "el diablo verde de Ucrania", se
habría puesto a precio 100.000 rublos no puede ser confirmado por los
archivos.
La leyenda del “tulipán
negro”
Los Alemanes afirman que a partir del
momento en que hizo pintar bandas negras sobre el morro de su
Messerschmitt, similares a los pétalos de una flor, sus resultados
habrían disminuido brutalmente, ya que los servicios soviéticos de
escucha determinaron rápidamente que el "tulipán negro" era el avión de
Erich Hartmann, y los soviéticos ordenaban a sus pilotos dejar
rápidamente el sector en cuanto aparecía. De eso no hay absolutamente
pruebas algunas. Por el contrario, existe la prueba de que los alemanes
sí indicaban a sus tripulaciones "¡¡Achtung, Pokrishkin in der Luft!!”
(¡¡Atención, Pokrishkin está en el aire!!). Si la inteligencia soviética
sí seguía los desplazamientos de unidades de la Luftwaffe, apenas se
interesaba por sus pilotos. El nombre de Hartmann no decía mucho a los
Estados Mayores soviéticos. Algunos de ellos sólo lo conocieron en la
segunda mitad de 1944, después de haber analizado los informes de
interrogatorio de pilotos del JG 52 caídos en sus manos.
Por último, también es necesario destacar que
los pilotos de la Luftwaffe no consideraban a Hartmann del mismo nivel
que Mölders o Galland, aunque haya adquirido oficialmente más victorias.
Los rusos no lo clasifican tampoco a la misma altura que uno de los
tácticos de la aviación soviética, Alexander Pokrishkin. Por último, a
pesar de su prestigio, Erich Hartmann no ocupó nunca elevado puesto en
la jerarquía militar alemana, durante o después de la Segunda Guerra
Mundial. Sólo en julio de 1944, unos 20 meses después de su llegada al
frente, es que fue promocionado a Oberleutnant (teniente) y no
alcanzaría el grado de Comandante hasta la víspera de la capitulación
del Reich. En la Luftwaffe de Alemania occidental, donde Hartmann tuvo
la reputación de incontrolable y "políticamente incorrecto", alcanzó con
mucha dificultad el grado de coronel.
Disputas de los
historiadores
Si
todos los historiadores admiten que es difícil que el número de las
victorias confirmadas (289 para Hartmann hasta el 27 de agosto de 1944)
corresponda a un número equivalente de pérdidas en el adversario, que el
frente del Este ofreció a los mejores pilotos de caza alemanes
condiciones de éxito ideales durante al menos dos años, que el número de
las victorias aprobadas en el Este por el mando de la Luftwaffe es
excesivo, no es menos cierto que disputan sobre las conclusiones que son
necesarias sacar. A partir de este hecho innegable, muchos historiadores
alemanes sospechan a sus homólogos rusos de “engordar” en sentido
contrario, acusándoles de esforzarse en reducir en la medida de lo
posible el verdadero (pero desconocido) récord del "Experten" con el fin
de aumentar el peso de los éxitos de los ases de las VVS, hasta ahora
ampliamente menospreciados, en particular a causa de la guerra fría,
como destaca Dimitri Jazanov.
Artículo de Dimitri Jazanov aparecido en
la revista francesa Le Fana de L'Aviation Nº 423 de febrero de
2005.
Material cortesía del sitio Halcones Rojos
(www.halconesrojos.com) traducido por Crash y redactado por Rubén.
En el Foro Militar General hay un
instructivo debate sobre este tema:
Los mejores Ases de la Segunda Guerra Mundial
|