A mediodía
del 21 de julio de 1944, el comandante del regimiento me encargó la
siguiente misión: en grupo de 6 IL-2 atacar lo que quedaba de las tropas
alemanas rodeadas al norte de Byaly Kamen.
La situación
en la zona no estaba clara: no disponíamos de datos sobre la posición
exacta de los alemanes.
El puesto de
mando del comandante del Cuerpo se encontraba muy por delante de
nosotros, dado que nuestras tropas habían logrado avanzar hasta Lvov.
Todos estos
factores exigían al líder del grupo y a todos sus pilotos la máxima
atención a la hora de la búsqueda del objetivo para evitar atacar a
nuestras propias tropas.
Dediqué
especial atención a este asunto a la hora de preparar el grupo para el
combate. Los pilotos conocían muy bien la zona gracias a las misiones
anteriores, pero a pesar de esto a cada uno le fue entregado un mapa a
escala 1:200.000 y fueron analizadas las referencias terrestres más
importantes en la zona del objetivo.
Decidí atacar
por escuadrillas. Los puntos tenían que lanzar sus bombas imitando al
líder de cada escuadrilla.
La carga
bélica era:
-
bombas de fragmentación AO-25;
-
parte de los IL-2 llevaban 1 o 2 contenedores de bombas PTAB.
Nuestro grupo
fue escoltado por 4 cazas Yak-7, que estaban emplazados en nuestro
aeródromo.
Los
encargados de neutralizar la artillería antiaérea eran los IL-2 de la
segunda escuadrilla y los cazas de escolta (en el caso de no haber
detectado a cazas enemigos).
Antes del
despegue todos sintonizamos nuestros radiotransmisores a la onda del
líder. A las 14:50 el grupo fue puesto en “formación escalonada
izquierda de escuadrillas”. Las escuadrillas iban en “cuña”. Luego todo
el grupo escoltado por 4 Yak-7 tomó rumbo hacia el objetivo.
Durante la
ruta las condiciones meteorológicas eran siguientes: nubosidad de 7-8
grados de intensidad con cota de 800-1500m, visibilidad horizontal
satisfactoria. Pero en la zona del objetivo la visibilidad horizontal
empeoró drásticamente a causa del humo originado por los incendios.
Encima del
objetivo había algunas nubes sueltas. Estas nubes permitieron a nuestro
grupo aparecer por sorpresa sobre las posiciones alemanas. Era el
momento de localizar lugares de concentración de tropa y de material.
Decidí
realizar una pasada sin atacar. Di la orden por radio: “¡pasada en
blanco!” y comencé la maniobra. Una buena comunicación por radio y la
cohesión entre las tripulaciones facilitó al líder la realización de
maniobras a la hora de localización del objetivo.
Cuando los
alemanes se dieron cuenta de nuestra presencia, su artillería dejó de
disparar. Pero este truco no funcionó. Logramos localizar las baterías
rápidamente pero seguimos volando sin cambiar de rumbo y desde 300-400m
de altitud pudimos rastrear todo el sector.
La artillería
antiaérea alemana no abría fuego. Realicé giro a derechas para entrar en
nuestro territorio y desde allí volver a realizar una segunda pasada “en
blanco” para rastrear por segunda vez el sector donde habíamos detectado
a las baterías.
Sobrevolamos
la zona donde habíamos detectado a las baterías enemigas (Fig.49).
Entramos al objetivo en grupo, sin atacar, para averiguar exactamente la
posición de artillería.
Durante la
segunda pasada nuestras tropas terrestres lanzaron varias bengalas en
dirección a las posiciones alemanas. Volando a baja altitud, pude
analizar con el mínimo detalle las posiciones de las tropas enemigas y
de su artillería, camuflados entre los arbustos.
Los ataques
fueron realizados desde nuestro territorio a un ángulo de 45° respecto a
las líneas de defensa alemana.
La
concentración de las tropas enemigas en aquel sector era la más elevada
de la zona. Era evidente que los alemanes planificaban romper el cerco
precisamente en este sector, por lo cual lo más coherente por nuestra
parte era atacarlos precisamente allí.
Los ataques
fueron realizados por escuadrillas, bombardeando desde 300m de altitud
imitando al líder. Lanzábamos como mucho 1 o 2 contenedores de bombas en
cada pasada.
La primera
escuadrilla atacó a las baterías de artillería, camufladas en los
arbustos. Sus bombas lograron alcanzar el objetivo. El resultado del
ataque fue muy satisfactorio.
Ordené a la
segunda escuadrilla a atacar las baterías de morteros. Justo después de
terminar el ataque de la segunda escuadrilla, se produjo una gran
explosión, probablemente originada por la explosión de un almacén de
municiones.

Fig.49 (pulsar para abrir)
Posteriormente realizamos otra pasada más para bombardear el mismo
objetivo.
Luego nos
preparamos para realizar dos ataques con cañones y ametralladoras.
Previamente incrementamos las distancias y los intervalos entre las
escuadrillas. La selección del objetivo y el ataque al mismo eran
efectuados por cada piloto de forma individual, pero manteniendo la
formación general en todo momento.
Lanzamos las
bombas sobrantes sobre la concentración de vehículos y la infantería,
ubicados a lo largo de la carretera entre Byaly Kamen y Ushno. El piloto
de la segunda escuadrilla logró prender fuego a dos vehículos.
En total
estuvimos sobre el objetivo durante 30 minutos y realizamos 6 pasadas.
Por parte de los IL-2 no hubo necesidad de atacar a los antiaéreos, dado
que una pareja de Yak-7 atacó a los “Oerlikon” que al comienzo del
combate abrieron fuego contra los IL-2. Además, durante la última pasada
ordené a los cazas de escolta a atacar al objetivo principal junto a los
IL-2.
Posteriormente el grupo volvió a la base sin haber sufrido ninguna baja.
Como
resultado, nuestro grupo realizó un ataque eficiente causando un gran
daño al enemigo en condiciones de incertidumbre que hubo al comienzo del
combate.
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