Durante la
operación de Berlín nuestra división de asalto combinaba sus acciones
con un cuerpo de carros de combate. Desde el comienzo de la operación
nuestro comandante de la división aérea, el General-Mayor de la Guardia
Komaróv se encontraba en el puesto de mando del Cuerpo de los carros de
combate, donde se encontraba el radiotransmisor de órdenes.
Adicionalmente, cada uno de nuestros regimientos destinó a un oficial
con un radiotransmisor para coordinar nuestras acciones con los
regimientos de carros de combate. Mediante estos radiotransmisores se
estableció un canal informativo sobre la situación en el aire para
coordinar la acción conjunta de los grupos de IL-2 y carros que estaban
en combate, así como para guiar a los IL-2 hacia sus objetivos. La
comunicación entre cada uno de esos grupos era obligatoria.
Nuestro GShAP
(Regimiento Aéreo de Asalto de la Guardia) tenía la base en el aeródromo
Piribz, y la compartía con un IAP (Regimiento de Cazas), lo que
facilitaba la coordinación entre ambos. Las continuas reuniones entre
los pilotos de ambos regimientos, los vínculos amistosos entre los
lideres y entre el resto del personal de vuelo, un análisis conjunto de
las operaciones realizadas, todo esto garantizaba un éxito en cuanto a
coordinación de acciones de combate conjuntas.
Un hecho
importante a destacar es que los escuadrones de caza estaban adscritos a
los escuadrones de asalto, y que cada líder del grupo de cazas estaba
adscrito a un determinado líder del grupo de los IL-2. Este hecho
garantizaba una mejor coordinación y una comprensión mutua durante el
combate.
En las fechas
próximas al 20 de abril del 1945 mi grupo, formado por 6 Shturmovík
IL-2, escoltado por 6 cazas “Airacobra” (el líder de los cazas era el
Starshiy Leytenant de la Guardia Filatov) recibió la siguiente orden:
neutralizar las baterías de artillería de campo y los morteros enemigos
en la región de la ciudad de Meglin (objetivo ¹22).
Después de
haber recibido los detalles de la misión, precisamos las coordenadas de
la línea de contacto y trazamos la ruta hacia el objetivo y la ruta de
vuelta. Asimismo acordamos las acciones de los cazas de escolta, desde
el despegue hasta el aterrizaje.
El plan era el siguiente:
1)
Primero despegaban los Shturmovík y, posteriormente, los cazas,
despegando por parejas.
2) La
formación de combate de los Shturmovík era en escalón derecho poco
pronunciado.
3) Los
cazas:
- grupo
escolta cercana: una pareja por la derecha y otra por la izquierda de
los IL-2, a unos 200-300 por encima;
- la pareja
del grupo de combate: 500-600 metros por encima del grupo de escolta
cercana (Fig. 47).

Fig. 47
4) El
primer ataque de los IL-2 iba a ser “falso” realizando maniobras de
esquiva de antiaéreos.
5) El
segundo ataque realizado durante la segunda entrada, en formación de
“circulo”.
6) Al
terminar el ataque el grupo tenía que ser reunido, volando en forma de
“serpiente”.
7)
Carga bélica: bombas AO-25.
Después de
acordar todos los detalles, yo, como líder del grupo, di las
indicaciones sobre el orden de salida, el despegue y el tipo de
formación durante la ruta hacia el objetivo y, a la hora de realizar el
ataque, sobre la reunión del grupo después de terminar el ataque y sobre
la circunspección y el aterrizaje.
El jefe de
las radiocomunicaciones nos informó sobre los datos de
radiocomunicación: las señales de llamada, la señal de solicitud de las
contraseñas y la contraseña. Durante las maniobras en tierra establecí
la comunicación de prueba con el líder del grupo de cazas y también con
el radiotransmisor del aeródromo. Al mismo tiempo verifiqué las
comunicaciones con los pilotos de mi grupo.
Después de
recibir la orden de despegue (una bengala blanca lanzada desde el Puesto
de Mando), despegamos y reunimos el grupo de la forma acordada. El líder
de los cazas, una vez puesto en formación, me informó por radio: “Listo
para la escolta”. Durante el vuelo, solamente yo y el líder de los cazas
teníamos los radiotransmisores puestos para transmitir, el resto de los
pilotos solamente podían recibir nuestras comunicaciones.
Nos pusimos
en rumbo hacia el objetivo. Cuando faltaban 30-40km hasta la línea del
frente, establecí la comunicación con el radiotransmisor del comandante
de la división. Informé al general: “Estoy listo para efectuar el ataque
sobre el objetivo ¹ 22, espero sus ordenes”.
Hubo cambio
de planes y el general me reasignó por radio otra misión: neutralizar la
artillería y la tropa enemiga en la aldea Kunersdorf y también al oeste
de esta aldea, dado que éstos habían frenado el avance de nuestros
blindados.
En este
instante nosotros entrábamos en el sector del Puesto de Mando, en el que
se encontraba el General. Una vez solicitada la contraseña, hice girar
el grupo a 180° para realizar un círculo sobre nuestro territorio en
espera de la contraseña y para recibir los detalles de la nueva misión:
las coordenadas del objetivo para marcar en el mapa y para seleccionar
la zona de entrada al objetivo.
Una vez
recibidos todos los datos, transmití la orden al resto del grupo: “Según
las ordenes del General, cumpliremos otra misión (en vez de transmitir
el nombre del general, transmitía su señal de llamada). El primer ataque
será “en blanco””.
Cuando nos
acercábamos al objetivo por el noreste, vimos a nuestros carros de
combate, que estaban señalando su posición lanzando bengalas. Realizamos
el falso ataque por el noreste, descendiendo desde 950m hasta 800m de
altitud.
Durante el
falso ataque nos dispararon los antiaéreos de pequeño calibre y las
ametralladoras antiaéreas, que se encontraban suroeste de la aldea
Kunersdorf.
Al descubrir
las posiciones de la artillería y de la infantería enemiga en la aldea
Kunersdorf, durante la segunda pasada puse mi grupo en formación de
“circulo”. Los aviones que formaban parte del “circulo” mantenían
distancias de 500-600m (Fig.48).
Las dos
posteriores pasadas fueron realizadas lanzando las bombas:
- La altitud
de entrada en el planeo era de 800-850m;
- La altitud
de lanzamiento de bombas era de 300-350m;
- La
velocidad de la entrada era de 270 km/h.

Fig. 48 (pulsar para abrir)
Los
posteriores ataques fueron realizados con los cohetes RS, con los
cañones y ametralladoras:
- La altitud
de entrada en planeo era de 800-600m;
- La
distancia de abrir fuego era de 500-600m;
- La
distancia de parar el fuego era de 350-400m.
Otros datos:
- El ángulo
de planeo para el lanzamiento de bombas y para atacar con cañones y
ametralladoras era de 30-35°;
- Los ataques
fueron realizados desde distintas direcciones;
- Durante el
segundo ataque el 3r punto con el fuego de sus cañones y ametralladoras
neutralizó un cañón antiaéreo de pequeño calibre, que estaba disparando
sobre el 2o punto.
- El fuego de
la artillería antiaérea no era denso.
Durante el
tercer ataque localicé a nuestros carros de combate que avanzaban hacia
la aldea Kunersdorf. Transmití la orden al resto del grupo: “¡Tened
cuidado en no atacar a nuestros carros!”.
Durante el
cuarto ataque el General nos avisó sobre la presencia de dos FW-190 que
se estaban acercando al sector. El líder del grupo de los cazas ordenó a
la pareja del grupo de combate: “Intensificar la observación del aire y
no permitir que los “FW” se acerquen a los Shturmovík”. Nuestra pareja
se encontraba unos 600-800 encima de nosotros. Los FW-190 no entraron en
combate y se mantuvieron lejos de nosotros, permaneciendo al oeste de
nuestro grupo.
Una vez
realizados los 7 ataques (6 con fuego y 1 falso), recibí la orden del
general: “Volver a la base”. Di la orden al resto del grupo: “Parar el
trabajo”. Me puse a volar en forma de “serpiente” para reunir al resto
del grupo.
Una vez el
grupo estaba reunido, me puse en rumbo hacia nuestro aeródromo. En este
momento el General transmitió por radio que la aldea Kunersdorf fue
tomada por nuestras tropas, y nos transmitió una gratificación a todo
nuestro grupo, por su parte y por parte del comandante del Cuerpo de
carros de combate por la excelente realización de la misión.
El control de
los resultados de nuestro ataque fue registrado por los cazas de
escolta, y fue confirmado por los carristas. Como resultado, fue
neutralizada la artillería anticarro enemiga, que impedía el paso de
nuestros carros de combate. Finalmente los carros de combate pudieron
tomar esta fortificación sin ninguna resistencia por parte alemana.
Nosotros no
sufrimos ninguna baja, a excepción de algunos impactos de los
proyectiles antiaéreos de pequeño calibre recibidos en dos aviones.