Recibimos la
orden de realizar la misión de forma inesperada, por la tarde, cuando
todo el personal estaba a punto de ponerse a descansar. La misión fue
ordenada por el Comandante de la División, Podpolkovnik Rybakov.
En la región
de uno de los desvíos de carretera entre la ciudad de Memel y Shaulay
penetraron hasta 60 carros de combate enemigos, que comenzaron a atacar
a nuestras tropas. Yo recibí la misión de impedir como sea el
contraataque alemán.
Fueron
preparados 18 aviones IL-2. La carga bélica era: nueve aviones cargados
con PTAB, y otros nueve con 6 FAB-50 en cada avión.
El vuelo era
complicado: volábamos contra el sol, el terreno era muy homogéneo, con
numerosos lagos que dificultaban la orientación. El enemigo penetró en
nuestro territorio, así que la única forma de determinar la línea de
contacto era mediante señales colocadas por nuestras tropas de tierra.
Llegamos al
objetivo en formación de tres grupos de seis. Cuando hasta el objetivo
aún faltaban unos 8 kilómetros, establecí la comunicación por radio con
el puesto de enlace terrestre para actualizar la información sobre la
situación.
Oscurecía,
por eso se distinguían muy claramente las explosiones de los proyectiles
de la artillería.
Lo primero
que descubrí en el sector preasignado eran unos 60 montones de paja o
arbustos, colocados en forma de un tablero de ajedrez. A cada uno de
estos “arbustos” llegaban rastros de las orugas, y se cortaban al llegar
al “arbusto”.
Desde unos
tres kilómetros descubrí explosiones de proyectiles alrededor de los
“arbustos”. Los “arbustos” disparaban también. Decidí que los “arbustos”
eran los carros de combate camuflados.
Giré el grupo
hacia el objetivo, y di la orden: “prepararse para el ataque”. Los
sextetos se pusieron en formación escalonada. La altitud era de 800
metros. Desde esta altitud entramos en picado y atacamos a los carros de
combate con los cañones y ametralladoras.
Desde unos
400m de altitud comenzamos a lanzar las bombas. Apuntábamos “en
horizontal”. Atacamos desde la primera pasada, realizando un ligero
giro, luego giramos a la derecha a 150° y seguidamente realizamos un
segundo ataque (Fig. 46).

Fig.46
Durante la
primera pasada lanzamos todas las FAB-50, durante la segunda pasada
vertimos sobre los carros las PTAB. Posteriormente bajamos al máximo, y
en un vuelo rasante atacamos a la infantería enemiga, que se encontraba
encima de los carros de combate y en los carros de transporte de
infantería.
Uno de los
aviones de cada sexteto estaba dotado de una cámara de fotocontrol.
Mediante esta cámara registramos los resultados de cada ataque. Al
finalizar los ataques, reuní a mi grupo y nos pusimos rumbo a nuestra
base.
Durante la
maniobra de giro, uno de nuestros aviones incrementó el alabeo hasta
70°, entró en barrena y se estrelló. Los aviones restantes estrecharon
la formación, y volvieron a la base sin incidencias.
Informé al
comandante de división que mi grupo creó hasta 12 focos de incendio.
Cuando
revelaron las películas de fotocontrol, los resultados confirmaron: 12
carros de combate estaban en llamas. El joven piloto, Mladshiy Leytenant
Nefedov fue condecorado por el Comandante de la División con la orden de
la “Estrella Roja” por su actuación en el combate y por realizar
fotografías de excelente calidad: a pesar de las condiciones
meteorológicas muy adversas, los fotocontroles tenían una calidad tan
alta que se podía apreciar el menor detalle sin medios auxiliares.
La misión fue
realizada sin escolta de cazas. Sobre el objetivo no se detectó
presencia de los cazas alemanes. La defensa antiaérea se calificaba como
débil.
Como
resultado de nuestro ataque, se impidió el contraataque enemigo.