La defensa
alemana en Sivash estaba compuesta por tres líneas defensivas, con fosos
antitanque, numerosos bunkers, trincheras, etc.
Además, los
alemanes estaban ocupando los terrenos elevados, desde las cuales se
observaban perfectamente nuestras posiciones, sobre todo desde los altos
de la región de Tarhan.
Después de la
rotura de las defensas alemanas en el río Molóchnaya nuestras tropas
cruzaron el río Sivásh sin haber parado la marcha. Habían tomado un
terreno relativamente pequeño.
Los cañones
de la defensa antiaérea alemana colocados de forma escalonada múltiple
cubrían todas las líneas defensivas terrestres, sobre todo las
posiciones de la artillería y los puestos de observación y de mando. El
mal tiempo, con nubosidad baja y mala visibilidad persistente en la zona
de Sivásh dificultaban la localización de los objetivos.
Tomando en
consideración este hecho, nuestro servicio de reconocimiento antes del
comienzo de la operación, fotografió todas las defensas alemanas. Los
fotocontroles tomados eran de gran formato, por tanto se distinguían muy
claramente las posiciones de la artillería, las trincheras y las
fortificaciones enemigas.
Todos los
resultados de fotocontrol fueron estudiados por nosotros con tanto
rigor, que cada uno de los pilotos podía dibujar de memoria todo su
sector de ataque y cada uno de los cañones que tenia que atacar, dado
que las baterías de artillería estaban estrictamente asignadas a cada
escuadrón, y dentro de cada escuadrón, a cada una de las tripulaciones.
Los cazas
enemigos volaban en pequeños grupos de 2-4 aviones. Los Me-109 o FW-190
atacaban por sorpresa, aprovechando la nubosidad de la zona. Ellos no
entraban en combate con nosotros, dado que en la zona de ataque había
una cantidad importante de nuestros cazas de escolta. En consecuencia,
nosotros prestábamos mucha atención a la hora de observar el espacio
aéreo, a mantener estrictamente los intervalos entre cada avión - sobre
todo cuando estábamos encima del objetivo durante la llegada y la
retirada. Actuamos en grupos de 6-8 aviones, atacando en formación de “circulo”.
Nuestra
aviación de asalto realizaba el apoyo directo a nuestra infantería,
atacando a las posiciones enemigas justo por delante de nuestros
soldados, abriéndoles el camino. Los IL-2 fueron de una gran ayuda para
nuestros soldados a la hora de romper las defensas alemanas en Sivash.
Los Shturmovík bajaban a 50-100 metros para aniquilar la artillería y a
la tropa enemiga.
En la segunda
mitad de la tarde del día 9 de abril de 1944, justo antes de la puesta
del sol, recibí la orden: en grupo de 6 IL-2 atacar las posiciones de
artillería y los carros de combate enemigos que se estaban desplazando
desde Tomashevka (allí donde se encontraban las reservas enemigas) para
atacar a nuestras tropas, que estaban vadeando el lago Ayguyskoe y que
habían separado una agrupación de tropas alemanas del resto de su
ejercito. Estas reservas alemanas representaban una gran amenaza, dado
que nuestras tropas de tierra disponían de poca artillería antitanque y
de poca artillería de apoyo directo.
El grupo
estaba bajo mi mando. Mi suplente era el Leytenant de la Guardia Brandys,
actualmente Capitán, Dos Veces Héroe de la Unión Soviética. El resto de
pilotos eran: Doychev, Apleev, Beresnev, Danilov. Actuamos desde el
aeródromo de Pavlovka. Estuvimos volando a unos 200m de altitud hasta el
objetivo en forma de cuña, y cuando estábamos acercando hacia la primera
línea, nos pusimos en formación de “escalón derecho” y llegamos al
objetivo a unos 850-900m de altitud.
No se
detectaron cazas enemigos, pero podían aparecer en cualquier momento,
dado que la nubosidad era de unos 4-5 grados. Nuestra formación no
estaba construida en profundidad sino en línea cerrada, es decir, íbamos
a distancias reducidas, llegando a ser estas distancias de medio
fuselaje de largo, y con intervalos de 40-50m.
Cuando
estábamos a punto de llegar al objetivo, desde el puesto de mando nos
informaron de que los carros de combate enemigos en este momento estaban
saliendo de Tomashevka y se dirigían a un flanco de nuestra infantería
(Fig.45).
Localizamos
el objetivo rápidamente. Eran 4 carros de combate tipo “Tiger” y
“Panther”. Desde Tomashevka abrieron fuego los antiaéreos de pequeño
calibre, pero la pareja que cerraba la formación, formada por Apleev y
Danilov (estaban asignados especialmente para neutralizar la artillería
antiaérea) neutralizaron rápidamente estas baterías.
Realizamos el
primer ataque en planeo, pasando desde 750-800m a 110m de altitud.
Posteriormente nos pusimos “en circulo” y comenzamos a acatar con bombas,
lanzando un contenedor de bombas por cada ataque. Como resultado de
nuestro ataque, 2 carros de combate quedaron envueltos en llamas, uno se
retiró y otro se quedó dañado en campo.

Fig.45
Nuestro
“circulo” no era cerrado, era abierto, maniobrable, con distancias entre
los aviones de unos 700-800m. Realizábamos dos ataques en cada pasada.
Durante el primer ataque lanzábamos las bombas sobre los carros de
combate, posteriormente ganábamos altitud de 400-500m y luego con un
giro a izquierdas a 40-50° con nuestros cañones y ametralladoras
atacábamos a la infantería alemana. La infantería alemana intentaba
cruzar el rió Sivash para poder escapar, dado que por tierra tenían el
paso cortado. Durante la salida del ataque, nuestros artilleros también
les disparaban con sus ametralladoras, dado que cuando los pilotos
abrían fuego con su armamento frontal algunos alemanes para salvarse se
sumergían debajo del agua, y salían a la superficie en el momento que el
avión salía del ataque.
Mientras
estábamos trabajando sobre el objetivo, los antiaéreos alemanes
mostraban poca resistencia, dado que cuando abrían fuego, enseguida eran
neutralizados por nuestros IL-2 más cercanos. Cuando uno de nosotros
neutralizaba los antiaéreos, procurábamos no romper la formación, y en
aquellos casos cuando era necesario, el piloto enseguida volvía a ocupar
su lugar en la formación.
Atacábamos a
la infantería realizando un planeo a 20°, bajábamos hasta el suelo y
salíamos del ataque en vuelo rasante.
Seguíamos
atacando hasta agotar toda nuestra munición. Mientras tanto, nuestra
infantería iba avanzando a marchas forzadas al sur de Tomashevka.
Una pareja
cazas Me-109 intentaron realizar un único ataque, pero ni siquiera
pudieron acercarse a los IL-2, dado que fueron rechazados por nuestros
cazas de escolta. Uno de los Me-109 fue derribado, el otro se escapó.
El grupo se
reunió rápidamente sobre nuestras tropas. Volvimos a base a través del
espacio cubierto por nuestra artillería antiaérea, que rechazaba los
ataques de los cazas alemanes cuando éstos nos intentaban atacar por
sorpresa desde las nubes.
Para no ser
atacados por debajo, nos retirábamos del objetivo a unos 100m de altitud.
Todo nuestro grupo volvió a la base sin sufrir ni una sola baja.
Por el apoyo
prestado a la infantería, nuestro grupo recibió una gratificación del
Comandante del Ejército de Tierra, que en estos momentos estaba
avanzando en el sector. La toma de Tomashevka permitió a nuestras tropas
cruzar la zona de lagos y salir al espacio operativo.
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