Tras
haber derrotado a las agrupaciones alemanas en Orel y Belgorod,
nuestras unidades terrestres, persiguiendo al enemigo, salían a la
costa izquierda del río Dniéper. El enemigo, intentando frenar
nuestro avance, lanzó sus bombarderos para atacar a nuestras tropas.
El
Comandante del Regimiento me encomendó la siguiente misión:
patrullar en grupos de 4-6 aviones Yak-9 en la zona de Kozelts para
defender a las tropas terrestres de un posible ataque de los
bombarderos.
Reuní a
los pilotos del escuadrón. Les expliqué los objetivos de nuestra
misión, destacando que nuestro principal objetivo son los
bombarderos, y que en la medida de lo posible teníamos que evitar
entrar en combate con sus cazas de escolta, concentrando todo el
esfuerzo sobre dichos bombarderos.
Posteriormente:
- les
indiqué las posiciones de las tropas terrestres, tanto las nuestras
como las enemigas;
-
verifiqué que el personal de vuelo conocía las posiciones de las
estaciones de guiado, así como que todos conocían las reglas
establecidas para comunicarse con ellas.
Finalmente, anuncié la composición de los grupos que iban a
intervenir, la hora de despegue de cada grupo y la orden de relevo
de las patrullas. Por lo demás, les dije a los líderes de cada grupo
que para el resto de asuntos tienen la plena libertad de acción.
El primer
grupo, formado por 4 cazas Yak-9, era liderado por mí. Tras haber
despegado, alcanzamos 4.000m de altitud. Cuando llegábamos a la
línea del frente, me puse en contacto con las estaciones de guiado y
desde la principal estación recibí el aviso de que el enemigo se
acercaba desde suroeste, a 2.000m de altitud, y se dirigía hacia el
sector de nuestra responsabilidad.
Nos
pusimos en descenso y gracias a ello incrementamos nuestra velocidad
de vuelo, llegando a volar a la máxima velocidad durante el rastreo.
Esta decisión me habría permitido acercarme al enemigo en el menor
tiempo posible tras haberlo detectado y no le dejaría posibilidades
de tomar contramedidas; por otro lado, gracias a una alta velocidad
y a la reserva de potencia del motor, nosotros lograríamos la
ventaja en altitud mediante maniobras verticales.
Tras
haber detectado visualmente el grupo de aviones alemanes, comencé el
acercamiento. No les permitimos acercarse a más de 5-6km hasta la
línea del frente. Realicé el ataque sobre el grupo líder de Ju-88;
éste estaba formado por 6 aparatos y escoltado por 6 FW-190. Les
ataqué con todo mi cuarteto, por debajo y desde atrás, a un escorzo
de 2/4 (30º).
Volando a
gran velocidad me acerqué al líder a una distancia de 20-25m y situé
el colimador en el motor derecho. Disparé a quemarropa una ráfaga
con el cañón de 37mm.
El motor
derecho y los depósitos del Ju-88 explotaron. Atravesé las llamas
provocadas por la explosión, puse el avión en vertical y en
dirección al oeste, contando con que los demás Ju-88 se retirarían
en la misma dirección, donde nosotros les podríamos volver a atacar.
La
segunda pareja de mi escuadrilla derribó a otro Ju-88, también en el
primer ataque. Tras finalizar el ataque, toda nuestra escuadrilla
pudo conservar la formación de combate y seguirme.
Los Ju-88
restantes, sorprendidos por un ataque relámpago y por la perdida de
2 aviones, lanzaron precipitadamente sus bombas sobre sus propias
tropas, y tras haber girado a 90º comenzaron la retirada.
Los cazas
que escoltaban a los Ju-88 solamente pudieron detectarnos tras
finalizar el primer ataque. Ellos comenzaron el contraataque, pero
sin disponer de suficiente velocidad no pudieron seguirnos en
maniobras verticales, empleadas por nosotros. Sin bajar el ritmo, di
media revolución y me puse en posición con todo el grupo para volver
a atacar al resto de Ju-88.
En el
segundo ataque derribamos a otros 2 Ju-88. Tras finalizar este
ataque dimos media revolución y nos retiramos a nuestro territorio.
Los cazas
de escolta intentaron perseguirnos, pero no pudieron acercarnos a
una distancia de abrir fuego con eficacia.
Como
resultado del combate, derribamos a 4 Ju-88 de los 6 que formaban el
grupo. Los 2 Ju-88 restantes no pudieron llegar a su objetivo, se
desprendieron de sus bombas y volvieron hacia su territorio.
Utilizando el guiado desde la tierra, logrando efectuar un ataque
por sorpresa y manteniendo la ventaja en altitud y en velocidad
durante todo el combate, nosotros logramos romper la formación de
los bombarderos sin malgastar nuestros esfuerzos contra los cazas de
escolta, que no pudieron prestarnos ninguna oposición.
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