Un
combate característico, llevado a cabo por nuestros cazas, fue
realizado en agosto de 1943 cuando escoltábamos a nuestros
torpederos en la zona de Sulte Fiord, en el teatro de operaciones
del Norte, para realizar ataques sobre el convoy enemigos.
En la
misión participaron 6 torpederos tipo “Boston A-20G”, con la escolta
de 8 cazas “Airacobra”.
Para
rechazar nuestro ataque, el enemigo hizo despegar desde sus
aeródromos más cercanos 12 cazas Me-109 y FW-190. Al mismo tiempo,
sobre el convoy patrullaban de forma permanente 4 cazas Me-110 y 2
Me-109.
He de
destacar que en esta misión y en concreto en el combate aéreo
nuestros cazas de escolta cambiaron de táctica. En las misiones
anteriores el grupo de cazas de la “escolta directa” y el “grupo de
combate” se encontraban a corta distancia uno del otro (para evitar
que estos grupos sean detectados y reconocidos por los radares), y a
menudo seguían así hasta el objetivo; cuando solamente cuando
faltaban 3 o 4km hasta el objetivo, el “grupo de combate” ganaba
altitud ascendiendo a 300-400m sobre el “grupo de escolta directa”.
Dicha
formación (con escalonamiento por altitud poco pronunciado) daba al
enemigo la posibilidad de atacar a nuestros torpederos a máxima
velocidad, entrando por la semiesfera trasera y con ventaja de
altitud de 800-1000m, sobrepasando así la barrera de los cazas de
escolta y posteriormente retirándose hacia arriba con un giro de
combate, para volver a realizar el siguiente ataque.
Por
consiguiente, a causa de que nuestros cazas de escolta se
encontraban a baja altitud y a corta distancia de los torpederos, no
era posible rechazar los ataques enemigos.
Esta vez,
el grupo iba en la siguiente formación de combate (Fig.3):
1)
Torpederos;
2)
Escolta directa (por los flancos y por encima);
3)
El grupo de combate (por encima de todos y algo por detrás de la
formación).
El líder
del grupo de escolta directa era el Capitán Kaláshnikov. Yo lideraba
el grupo de combate.
Durante
la llegada al objetivo, cuando faltaban 10-12km, mi grupo escogió
una posición inicial para rechazar los ataques de los cazas enemigos.
En concreto, gané altitud (aproximadamente 1000m) para tener la
posibilidad de alcanzar la máxima velocidad entrando en picado.
Cuando
nos acercábamos a la zona por donde pasaba el convoy, detectamos a 4
Me-109, que como siempre, comenzaron a acercarse a nuestro grupo por
la izquierda, entrando por la semiesfera trasera y ganando altitud.
Cuando los Me-109 se colocaron por detrás, comenzaron el ataque
sobre los torpederos, intentando sobrepasar la barrera de los cazas
de escolta (Fig.3).
Mi grupo,
teniendo todas las ventajas, esperó un rato antes de comenzar a
rechazar el ataque de los Me-109. Valoré la situación y tras esperar
el momento oportuno, cuando los cazas enemigos se pusieron en línea
con mi grupo, gané velocidad y comencé el ataque en picado. El
ataque realizado por mi cuarteto con un escorzo de 0/4 (0º) dio
buenos resultados. Este elemento táctico fue empleado con éxito en
las posteriores misiones.
Como
resultado de nuestro ataque, fueron derribados 2 Me-109. Los 2
alemanes restantes se retiraron del combate en vuelo rasante y se
dirigieron hacia sus costas.
Yo con mi
grupo volví a ganar altitud. Nos pusimos en formación “frente” y
rechazamos otro ataque, emprendido por un cuarteto de Me-110, que se
acercaba frontalmente hacia nuestros torpederos. Tras nuestro ataque,
los Me-110 se retiraron uno a uno hacia la costa.
De esta
manera, el camino hacia los barcos enemigos estaba limpio. Los
torpederos comenzaron el ataque de inmediato. Como resultado, fue
hundido un petrolero enemigo y otro petrolero fue dañado.
Durante
el ataque de los 4 Me-109 realizado sobre los torpederos, el grupo
de escolta directa basó su combate en el principio de “rechazo” de
aquellos aviones enemigos que lograron penetrar hacia los torpederos.
CONTRAATAQUE DE 4 “AIRACOBRA” CONTRA 4 ME-109 DURANTE LA ESCOLTA DE
LOS BOMBARDEROS

Fig.3 (pulsar
imagen para ampliar)
Tras
analizar el combate de forma exhaustiva, llegué a la conclusión de
que la coordinación de todos los grupos que participan en el ataque
sobre los convoyes marítimos, la cohesión y máxima coordinación (sobre
todo a nivel de parejas) da buenos resultados, y al mismo tiempo
permiten reducir al mínimo las bajas propias.
También
he de destacar que un combate aéreo sobre el mar, realizado a bajas
altitudes, exige a los pilotos una gran maestría y una gran
capacidad de tomar decisiones en el menor tiempo posible a la hora
de rechazar los ataques de los cazas, sobre todo en el momento
cuando los torpederos se ponen en rumbo de combate para realizar el
lanzamiento de torpedos, dado que el éxito del lanzamiento depende
en gran medida de este momento.
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