De los
numerosos episodios de la Guerra Patriótica en los que participé,
especialmente recuerdo uno. En el invierno de 1942 después de sufrir la
derrota en las afueras de Moscú y en el frente Kalininskiy, los alemanes
se atrincheraron en la línea Rzhev-Vyazma y opusieron una fuerte
resistencia, defendiendo el campo de operaciones de Rzhev para cuando
las condiciones se vuelvan favorables comenzar a actuar de forma activa
en el próximo verano de 1942.
En el mes de
abril en algunos sectores del frente Kalininskiy el enemigo intensificó
la actividad.
El 25 de
abril en el sector Staro-Korostelev y Novo-Korostelev (15-20km al oeste
de Rzhev), después de efectuar un intenso ataque de artillería por la
mañana, los alemanes comenzaron la ofensiva con el objetivo de
conquistar las posiciones en la costa sur del rió Volga. Estas
posiciones estaban fuertemente defendidas por nuestras tropas.
A las 11:30
me llamaron al puesto de mando del Comandante del regimiento, donde me
asignaron la siguiente misión: a las 13:00 horas el conjunto de 7 Pe-2 y
con una escolta de cazas, realizar el ataque sobre la infantería enemiga
que estaba atacando a nuestras posiciones en la región Staro-Korostelev.
La toma de
decisión sobre la carga bélica, la formación de vuelo, la ruta y la
cantidad de ataques era de mi competencia. Así mismo mi tarea consistía
en ponerse de acuerdo y coordinar acciones con los cazas de escolta.
Para preparar
el vuelo nos quedaban 40 minutos. Mientras yo estaba andando hacia el
aparcamiento, en mi cabeza se había formalizado un plan de acción. Yo
conocía bastante bien el terreno, así como la situación en tierra y en
el aire en este sector. La principal dificultad de la misión consistía
en localizar a las tropas alemanas y eliminar la máxima cantidad de
efectivos y de armamento pesado, frustrando de esta forma su ofensiva.
Era necesario
atacar a baja altitud. Yo no esperaba encontrarme con una fuerte
oposición en el aire, dado que en primavera la nieve estaba
derritiéndose y la aviación enemiga no podía actuar desde aeródromos de
tierra; por otro lado el aeródromo de Rzhevsk estaba bajo control dado
que era atacado continuamente por nuestra aviación. Desde aeródromos de
retaguardia alemana hacia la línea del frente penetraban pequeños grupos
de “cazadores” Me-109, que no podían impedir de ninguna forma el
cumplimiento de nuestra misión.
Valorando los
elementos cruciales de la situación, decidí realizar el ataque sobre la
artillería e infantería enemiga, volando en formación “escuadrón en
serpiente”, con las escuadrillas puestas en “cuña”.
La carga
bélica:
-
Contenedores de bombas pequeñas (KMB) AO-10sch y AO-2,5;
- 30% FAB-50;
- 30%
FAB-100.
El
lanzamiento tenia que ser realizado en vuelo horizontal desde 700-900m
de altitud, lanzando las bombas en serie, replicando al líder de cada
escuadrilla, y adicionalmente atacando con las ametralladoras de los
artilleros/operadores de radio. El bombardeo tenia que ser realizado en
dos ataques a lo largo de la línea del frente. La entrada al objetivo
desde el sur-oeste, con un giro a izquierda hacia nuestro territorio y
en descenso a velocidad máxima.
Reuní al
personal de vuelo a las 12:10 horas. Anuncié el objetivo de la misión y
mi plan de acción.
Acordé las
acciones conjuntas con el líder del grupo de cazas, Leytenant de la
Guardia Motylev. Sus cazas irían en la formación siguiente: un grupo de
escolta directa cubriendo los flancos, el otro grupo iría por detrás de
la formación de los bombarderos, unos 200-300 mas alto. En caso de
ausencia de los cazas enemigos en la zona del objetivo, los cazas de
escolta tendrían que neutralizar la artillería antiaérea por turnos y
atacar a la infantería enemiga.
Despegamos. A
las 12:40 horas el grupo fue reunido en círculo sobre el aeródromo de Migalovskiy
y se puso rumbo hacia el objetivo. A pesar de los colores del terreno
que dificultaba considerablemente la orientación, el grupo salió al
objetivo con una gran precisión. Cuando nos estábamos acercando al
sector, por los fogonazos de los cañones en las afueras de Staro-Korostelev
detectamos un grupo de artillería, que estaba disparando sobre nuestras
tropas (Fig.40).
Decidí atacar
primero a las posiciones de artillería. Di la orden por radio:
“estrechar la formación, prepararse para el ataque. Bombardear las
posiciones de artillería replicando las acciones de mi escuadrilla”.

Fig.40
Con rumbo de
45° y desde 700m de altitud todo nuestro grupo bombardeó las baterías de
artillería con las bombas FAB, y adicionalmente los artilleros/operadores
de radio dispararon con sus ametralladoras. En el sector no se detectó
ningún caza enemigo. Los cazas de nuestra escolta también atacaron a las
posiciones de artillería alemana con sus ametralladoras. Durante nuestro
primer ataque la artillería antiaérea no abrió fuego.
Cuando
salimos del ataque, la artillería enemiga dejó de disparar, dado que
nuestras bombas alcanzaron su objetivo.
Cuando
realizamos el segundo ataque al noreste de Staro-Korostelev, detectamos
un regimiento de infantería enemiga puesta en formación de combate. Tomé
la decisión de atacarlos.
Di la orden
por radio: “formación de combate – “siete en serpiente”. Objetivo:
infantería al noreste de Staro-Korostelev”.
Bombardeamos
desde 900m en serie, replicando al líder de cada escuadrilla. La
escuadrilla derecha lanzaba sus bombas justo después de la última bomba
lanzada por la escuadrilla-líder, y la escuadrilla izquierda, después de
la última bomba lanzada por la escuadrilla derecha. Esta forma de
lanzamiento ha permitido alargar la serie de bombas de fragmentación,
vertidas desde los contenedores. Así cubrimos una superficie más amplia.
En el momento
de nuestro ataque la artillería antiaérea enemiga de pequeño calibre
abrió un intenso fuego, pero nuestro grupo conservó la formación de
combate y efectuó el bombardeo se forma satisfactoria.
Los cazas de
escolta atacaron en picado a los antiaéreos para neutralizarlos, lo que
ha disminuido muy considerablemente la intensidad de su fuego. Los
artilleros/operadores de radio de los Pe-2 abrieron fuego con sus
ametralladoras sobre la infantería enemiga, disparando en los lugares
cercanos de los impactos de las bombas.
Tanto el
primer como el segundo bombardeo fueron registrados por las fotocámaras
de los líderes de cada escuadrilla.
Al completar
el ataque, el grupo fue bajando hasta pasar en vuelo rasante y
camuflándose con el color del terreno se alejó del objetivo. Una vez nos
alejamos 40km de la línea del frente, ganamos altitud hasta 700m y nos
dirigimos hacia nuestro aeródromo.
A las 13:40
horas los siete Pe-2 y los siete “Hurricane” aterrizaron en el aeródromo
sin incidencias. Los aviones no habían sufrido ningún impacto de la
artillería antiaérea.
Al pasar 2
horas después del aterrizaje recibimos un telegrama del Comandante del
frente Kalininskiy, el mariscal Kónev, diciendo que los exitosos ataques
de nuestra aviación frustraron la ofensiva enemiga y nuestras tropas
pasaron en contraofensiva y liquidaron la brecha en el frente,
recuperando el territorio perdido. El Comandante mandó su agradecimiento
a las tripulaciones que participaron en la misión.
Quería
destacar dos aspectos: la justificación de la baja altitud de bombardeo
y la retirada del objetivo en vuelo rasante.
1)
Anteriormente he mencionado que las operaciones eran efectuadas en el
periodo de primavera cuando la nieve estaba derritiéndose. Por
consiguiente, la orientación era muy complicada. Nosotros no seriamos
capaces de determinar con precisión la línea de contacto de nuestras
tropas con las tropas enemigas, dado que mientras íbamos de camino la
situación podía haber cambiado, es decir, la línea de contacto se
hubiera desplazado en una u otra dirección. Por tanto, tomé la decisión
de lanzar las bombas a una altitud baja desde la cual los líderes de los
grupos, así como sus puntos-lideres de escuadrillas pudieran distinguir
todo lo que esta pasando en la tierra. Solamente gracias a esto nosotros
pudimos determinar de forma exacta las posiciones de las tropas y el
lugar en el cual deberíamos lanzar las bombas para poder prestar el
apoyo efectivo a nuestras tropas.
2) Por otro
lado, mientras los bombarderos realizaban el ataque, los cazas de
escolta también estaban atacando a las tropas enemigas, y por
consiguiente, habrán gastado la mayor parte de su munición. Mientras
tanto los alemanes podían haber levantado a sus cazas, los que nos
podían obligar a entrar en un combate aéreo, lo que no era deseable para
nosotros. Por tanto, al terminar los ataques, para evitar el encuentro
con los cazas enemigos decidí camuflarme aprovechando el color del
terreno, es decir pasando en vuelo rasante. De esta forma evitamos el
riesgo del encuentro con los cazas y otros posibles riesgos, y nos
alejamos de la línea del frente sin incidencias. Posteriormente subimos
a una altitud más elevada y llegamos a la base sin incidencias.
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