DETECCIÓN DE AVIONES
Es mucho más fácil detectar los aviones por el
sonido que visualmente. Cuando no hay viento y con tiempo despejado el
sonido del motor se puede oír a 10—12km de distancia, mientras que
detectarlo visualmente sin ayuda de los binoculares es solamente posible
a una distancia de 8—10km. En este caso hay que recordar que durante
tiempo húmedo, presencia de niebla, viento, sobre todo si éste sopla en
dirección hacia el avión, el sonido se difunde mucho peor, con lo que al
observador se le exige controlar su sector de observación con mayor
atención.
La visibilidad también depende de las condiciones
meteorológicas. Durante un tiempo húmedo, niebla o precipitaciones, la
visibilidad es peor que con tiempo claro y despejado; cuando no hay
viento, la visibilidad, por norma general, es peor que cuando hay viento;
por la mañana se ve un poco más lejos que de día o por la tarde.
Por eso el observador debe estar dotado de oído y
visión agudos, debe entrenarlos, saber distinguir el ruido de los
motores de otros ruidos ajenos que se producen en tierra.
Durante la noche y en presencia de niebla la
detección de aviones se efectúa de oído. Para determinar la dirección
del avión, el observador debe ponerse de frente hacia la fuente del
ruido, procurando captar el momento en que ambos oídos captan el sonido
con el mismo nivel de volumen, y estirando el brazo hacia donde procede
el ruido para determinar así su posición.
Hay que tener presente que sobre la superficie de
agua (un lago, el mar, un río ancho) el ruido de los motores se difunde
a una distancia mucho mayor en comparación con la superficie terrestre.
En un terreno montañoso y boscoso el ruido del motor produce eco, lo que
puede confundir al observador, obligándolo a buscar el objetivo en una
dirección totalmente equivocada. En estos casos el objetivo debe ser
localizado aplicando más el método visual. Cuanto antes se detecte el
avión, mejor. El objetivo debe ser detectado ya cuando apenas comienza a
ser visible, cuando sobre el fondo del cielo comienza a representar un
pequeño punto, apenas visible por el ojo humano. Por eso, una vez
detectado el ruido del motor, el observador debe prestar toda su
atención sobre aquel sector en el cual se había detectado.
La observación en sí no puede ser efectuada sin
ningún sistema, con una mirada distraída, observando puntos sueltos en
el cielo. Para no dejar desapercibido un objetivo, se debe partir todo
el sector de observación en varios “pisos”, los cuales deben ser
revisados por orden, desde un extremo del sector de responsabilidad
hacia el otro, tal y como se muestra en la figura que viene a
continuación.
Fig.1. Orden de observación de un sector del cielo,
con la ayuda de binoculares.
Una vez el objetivo sea detectado visualmente (sin
la ayuda de instrumentos) o por el sonido del motor se haya podido
determinar su dirección aproximada, el sector de cielo sospechoso debe
ser observado con binoculares. Captar el objetivo con binoculares,
incluso si éste previamente haya sido detectado visualmente (a ojo), no
es tan fácil como parece, si se busca de manera desordenada, dirigiendo
el binocular de un lado hacia el otro sin ningún sistema. Los
binoculares tienen un campo de visión pequeño, por eso es fácil perder
de vista el objetivo. Por eso aquel sector del cielo, donde se encuentra
el avión, debe ser rastreado moviendo los binoculares suavemente,
rastreando por bandas, tal y como se muestra en la Fig.1. La anchura y
la altura de la banda no deben superar el diámetro del campo de visión
del propio binocular.
Se debe efectuar la búsqueda con mayor atención
sobre todo por delante de la fuente del sonido (en dirección al
movimiento del avión), dado que mientras el sonido tarda en recorrer la
distancia hasta alcanzar al observador, el avión puede recorrer varios
kilómetros.
Si el avión aparece por la parte del sol, para no
hacer daño a la vista y para poder visualizar mejor el objetivo, en los
binoculares se ponen cristales protectores (filtros de luz), que reducen
su intensidad. Cuando el espacio aéreo es observado sin la ayuda de
instrumentos ópticos (a ojo), el observador deberá ponerse las gafas
protectoras. |