CAPÍTULO
XIII
En el cielo de Bielorrusia
Cliquear mapa
A mediados de junio de 1944, las tropas soviéticas se
hallaban en el sector central del frente en la línea del lago Nescherdo,
parte oriental de Vítebsk, Orsha, Zhlobina, Kovel, Brodi, Chernovitsa,
Yassi y orilla septentrional del Pripiat, formando el saliente
bielorruso, que protegía el territorio de la Prusia oriental y la
dirección estratégica principal de Minsk, Varsovia y Berlín.
El enemigo construyó en Bielorrusia un profundo sistema
de defensa escalonado, constituido por tres franjas fortificadas.
Aprovechando las favorables condiciones geográficas naturales y el
sistema de fortificaciones, el mando alemán confiaba en mantener el
saliente bielorruso.
Después de ser derrotadas las agrupaciones alemanas de
los flancos del frente soviético-alemán, el Alto Mando Supremo adoptó la
decisión de efectuar en Bielorrusia una operación ofensiva con cuatro
frentes: el 1er Frente del Litoral del Báltico y los Frentes
Bielorrusos 1°, 2° y 3°. Esos frentes contaban respectivamente con el
3er ejército aéreo (del que era comandante en jefe, el general N.
Papivin, adjunto para el trabajo político, el general N. Babak y jefe
del estado mayor, el general N. Dagáev); el 1er ejército aéreo (del que
era comandante en jefe, el general T. Jriukin, adjunto para el trabajo
político, el general I. Litvinenko y jefe del estado mayor, el general
A. Pronin); el 4° ejército aéreo (del que era comandante en jefe, el
general K. Vershinin, adjunto para el trabajo político, el general F.
Vierov y jefe del estado mayor, el general A. Ustínov, y desde el 11 de
julio de 1944, el general A. Alexéiev); el 16° ejército aéreo (del que
era comandante en jefe, el general S. Rudenko, adjunto para el trabajo
político, el general A. Vinográdov y jefe del estado mayor, el general
P. Braiko). En el ala izquierda del 1er Frente Bielorruso se
encontraban también grandes unidades del 6° ejército aéreo (del que era
comandante en jefe, el general F. Polinin, adjunto para el trabajo
político, el coronel A. Vivolokin y jefe del estado mayor, el
general
V.
Storozhenko, y desde el 2 de julio de 1944, el general P.
Kotélnikov).
El propósito del Alto Mando Supremo en lo concerniente a
la operación de Bielorrusia preveía la ruptura simultánea de la defensa
enemiga en unas cuantas direcciones, la ofensiva impetuosa, el cerco y
exterminio ulteriores de las principales agrupaciones enemigas y la
liberación de Minsk, capital de Bielorrusia.
La situación en el aire se caracterizaba por la
superioridad de nuestra aviación, cuantitativa y cualitativa, sobre la
del enemigo.
Las tropas alemanas del grupo de ejército «Centro»
estaban apoyadas por las grandes unidades de la 6ta flota aérea, que
disponía de 1.342 aviones. Nuestras Fuerzas Aéreas contaban con unos
6.000 aparatos (de los cuales el 50% había llegado en vísperas de la
operación procedente de la reserva del Alto Mando Supremo), siendo 2.000
de ellos aviones de asalto y más de 1.100 aparatos de bombardeo diurno y
nocturno.
Parte de la aviación de bombardeo de largo radio de
acción tenía que atacar los objetivos de la retaguardia operativa. Las
comunicaciones del 1er Frente del Litoral del Báltico y de los 3 frentes
Bielorrusos serían protegidas por la aviación de caza del Frente Norte
de la Defensa Antiaérea.
A la aviación de los frentes y a la de bombardeo de largo
radio de acción se le plantearon para la operación ofensiva las
siguientes tareas fundamentales:
-
Mantener con firmeza el dominio en el aire.
-
Apoyar y proteger a las tropas terrestres al romper la
zona táctica de la defensa del enemigo y durante el desarrollo del éxito
en su profundidad operativa.
- Impedir
el traslado de reservas.
-
Desorganizar la retirada de las tropas enemigas.
- Realizar
reconocimiento aéreo y observar las acciones del enemigo.
En los sectores de ruptura de todos los frentes se planeó
realizar una demoledora preparación artillera y realizar 2.730
misiones, la víspera del inicio de la ofensiva, con la aviación de los
frentes y la de bombardeo de largo radio de acción. Se estipulaba que en
el transcurso de la preparación artillera se asestaría un potente golpe
con 548 aviones Pe-2 en el sector meridional de ruptura del 3er Frente
Bielorruso, donde el enemigo tenía potentes fortificaciones.
Se prestó gran atención a la organización del apoyo aéreo
en el período en que entraran en acción y al operar, en la profundidad
de la defensa enemiga, las grandes unidades de tanques, motorizadas y de
caballería. Empezando desde el segundo día (en el 1er Frente del Litoral
del Báltico y en el 1° Frente Bielorruso desde el primer día de la
operación), los esfuerzos principales de los ejércitos aéreos se
concentrarían en el apoyo a las grandes unidades de tanques, motorizadas
y de caballería. En el 1er ejército aéreo fue designado un grupo de
aviones Pe-2 de la 213° división de aviación de bombardeo, para iluminar
por la noche la ruta que habían de seguir las grandes unidades de
tanques.
Se adoptaron diversas medidas para la lucha contra la
aviación alemana. En los ejércitos aéreos 1° y 16° se destinaron algunos
regimientos de aviación de bombardeo y asalto para atacar los aeródromos
enemigos. A fin de proteger a nuestras tropas y combatir a los aparatos
enemigos en el aire se designó a una división de caza para cada uno de
los ejércitos aéreos 3° y 4°, y a tres o cuatro divisiones para los
ejércitos aéreos 1° y 16°. Se preveía emplear una gran parte de la
aviación de caza para acompañar a los aviones de bombardeo y asalto en
sus vuelos durante el día.
La dirección y coordinación general estuvo a cargo del
mariscal principal de aviación A. Nóvikov y del general F.
Falaléiev, representantes del Gran Cuartel General.
Durante 22 días, en todas las unidades y grandes unidades
de aviación se realizó un intenso trabajo de preparación para la
operación. Las cuestiones de las acciones conjuntas fueron planeadas
minuciosamente por los jefes de la aviación y de las tropas terrestres:
se elaboraron planes de la interacción para períodos de cinco a siete
días, y antes de empezar la operación fueron realizados ejercicios por
los estados mayores de la aviación y de las tropas terrestres.
Allí donde había que operar en dos direcciones (los
Frentes Bielorrusos 1° y 3°) se instalaron dos puntos auxiliares de
dirección de la aviación. En cada uno de ellos había un grupo operativo
del ejército aéreo con 6 ó 8 oficiales y de 3 a 5 transmisores de radio.
La dirección de su actividad corrió a cargo del Comandante en Jefe del
ejército aéreo, de su adjunto o de uno de los jefes de los cuerpos de
aviación. En los cuerpos de infantería y divisiones de caballería, así
como en las brigadas de tanques y motorizadas, se encontraban oficiales
de aviación con transmisores de radio.
Para lograr el elemento sorpresa y mantener el secreto,
la operación fue planeada por un grupo muy limitado de jefes. Se
prohibió toda clase de conversaciones telegráficas y telefónicas
relativas a la operación. Sólo se trataba con los ejecutores aquellos
asuntos que debían conocer. Los jefes de los cuerpos y divisiones fueron
informados de las acciones que debían realizar con una antelación de 5
a 7 días, y el personal de los regimientos, unas horas antes de que
cumplieran la misión encomendada.
Las unidades y grandes unidades de refuerzo llegadas, no
fueron empleadas en ningún tipo de tareas en el período preparatorio,
siendo estacionadas a 100-120 km del frente. Solamente cuando
faltaban 2 días para el inicio de la operación se dirigieron en pequeños
grupos, volando muy bajo, a los aeródromos de vanguardia.
En el intenso reconocimiento aéreo realizado participaron
numerosos aviones. Gracias a la fotografía aérea de la primera línea de
la defensa enemiga, fueron obtenidos valiosos datos.
El empleo de un gran número de aviones en los ejércitos
aéreos exigió un aseguramiento muy preciso de la observación al realizar
las acciones. Además de los medios corrientes del aseguramiento desde
tierra de la orientación de los aviones (radio, faros de señales,
estaciones de radio para transmisiones y puntos para goniómetros), en
los ejércitos aéreos 4° y 16° se utilizaron orientadores artificiales,
situados en tierra cerca de los puestos de mando, así como letras o
cifras que facilitaban a las tripulaciones la orientación visual al
volar de 2.000 a 3.000 m de altura. Para asegurar la entrada
precisa de los aviones al objetivo se hacía uso de lienzos de colores y
cartuchos fumígenos, y de noche, faros de señales. En el 1er ejército
aéreo, los orientadores fundamentales fueron aeróstatos sujetos a
tierra a una altura de 120 m, ubicados en el centro del sector de
ruptura de la defensa enemiga. Para el empleo de los cartuchos
fumígenos, en los lugares boscosos fueron erigidas torres muy sencillas
de unos 10 m de altura. Para asegurar las acciones de la aviación, fue
realizado un gran trabajo en los servicios del mismo, bajo el mando de
los jefes de la retaguardia de los ejércitos aéreos, generales
I.
Guíller,
V.
Uspenski, A. Korotáev, A. Kiríllov e
I.
Semiónov.
Se realizó un gran trabajo en la preparación de los
aeródromos con pistas de tierra. Esto permitió que al empezar la
operación dispusieran los cuatro ejércitos aéreos de un aeródromo para
cada regimiento de aviación. La mitad de esos aeródromos fue construida
antes de que empezara la operación. La población local participó en esos
trabajos. Además, por decisión de los consejos militares de los frentes
fueron adscritos a cada ejército aéreo de 5.000 a 6.000 soldados y
oficiales de las grandes unidades de la construcción. En los almacenes y
aeródromos fueron depositados de 4 a 8 módulos diarios de combustible y
lubricantes, y de 8 a 10 módulos de bombas, proyectiles y cartuchos.
Fueron elaborados planes de estacionamiento y
aseguramiento material de las grandes unidades de aviación durante la
operación y se enviaron grupos de búsqueda de lugares aptos para la
preparación de aeródromos. En cada ejército aéreo había de 4 a 8
batallones de servicio de aeródromo, cuya finalidad consistía en
asegurar el traslado de la aviación a nuevos aeródromos en el transcurso
de la operación.
Los organismos políticos y las organizaciones del
Partido, continuaron realizando el trabajo de educación del personal en
el sentido de elevar sus cualidades morales y combativas. Antes de
realizar el primer vuelo se celebraron breves mítines, en los que
estaban izadas las banderas combativas de la guardia, al pie de las
cuales los aviadores juraban expulsar del cielo soviético a la carroña
fascista.
De este modo, antes de que empezara la operación de
Bielorrusia fue realizada una minuciosa y múltiple preparación de las
unidades y grandes unidades de aviación con vistas a las acciones
planeadas.
La operación de Bielorrusia empezó el día 23 de junio de
1944. La víspera del inicio de la operación, los batallones de
vanguardia del 1er Frente del Litoral del Báltico y del 3er Frente
Bielorruso atacaron al enemigo en algunos sectores y avanzaron de 3 a 5
km. Aparatos solitarios o en pequeños grupos, de los ejércitos
aéreos 3° y 1°, volaron ese día sobre la zona de operaciones. Nuestros
pilotos no sólo reconocieron los objetivos fijados y los orientadores
característicos de los sectores de la ruptura, sino que también atacaron
las bocas de fuego, ayudando a los destacamentos de vanguardia a superar
la resistencia del enemigo.
El 22 de junio por la noche, las divisiones de aviación
de bombardeo de largo radio de acción y la aviación de bombardeo del
frente, realizaron unas 1.000 misiones, en las que atacaron los nudos de
resistencia y la artillería en los sectores de ruptura de los Frentes
Bielorrusos 3° y 2°. Actuaron intensamente las aviadoras del 46°
regimiento de aviación de bombardeo nocturno de la guardia, «de Tamán».
Las tripulaciones de la capitana Serafina Amósova, de la primer teniente
Larisa Rozánova y de las tenientes Zoya Parfiónova y Ekaterina Riábova
realizaron 3 ó 4 vuelos en la corta noche estival.
En los sectores de ruptura del 1er Frente Bielorruso, el
23 de junio por la noche fueron realizadas 550 misiones por la aviación
de bombardeo de largo radio de acción y los aparatos de bombardeo
nocturno del 16° ejército aéreo.189
Debido a la niebla que cubría la zona de los aeródromos y
el campo de batalla, los días 23 y 24 de junio por la mañana se tropezó
con grandes dificultades para efectuar bombardeo antes de iniciar la
ofensiva, y solamente se pudo actuar en el sector meridional de ruptura
del 3er Frente bielorruso, en el que actuaron 160 aviones Pe-2. Al
empezar el ataque, pequeños grupos de aparatos de asalto IL-2 apoyaron
a las tropas terrestres. Los grupos de aviones llegaban al campo de
batalla con intervalos de 8 a 12 min, lo que aseguraba el ataque
ininterrumpido al enemigo, siendo los objetivos las bocas de fuego y las
reservas tácticas. La dirección de los grupos de aparatos desde tierra
por medio de la radio y el empleo de los datos obtenidos en el
reconocimiento aéreo elevaron la eficacia de las acciones de los aviones
de asalto.
Al mejorar el tiempo después del mediodía se intensificó
la actividad de nuestra aviación.
Ciento sesenta y dos aparatos de bombardeo Pe-2 del 1er
ejército aéreo, atacaron los nudos de resistencia de Gorman y Kiréievo,
en la dirección de Orsha. Los bombarderos del 16° ejército aéreo,
asestaron 2 golpes el 24 de junio, con grupos de 224 y 163 aviones a
los principales puntos de apoyo de la defensa en las direcciones de
Rogachevo y Bobruisk. Los objetivos de pequeñas dimensiones fueron
atacados en picado por grupos de 6 a 9 aparatos Pe-2.
En los combates en la dirección de Orsha se destacó
extraordinariamente la tripulación mandada por el subteniente V.
Zajárchenko, del 124° regimiento de aviación de bombardeo
de la guardia. Al atacar en picado un puente del río Adrov, cerca de
Zobolota (a 6 km al oeste de Orsha), el jefe de la tripulación
fue herido en la pierna por un trozo de metralla de un proyectil de la
artillería antiaérea. A pesar de la herida y de la gran hemorragia
producida por ella, Zajárchenko continuó cumpliendo la misión
encomendada. Con ayuda del observador, subteniente N. Tenuev, el piloto
terminó el bombardeo, que ejecutó con gran precisión, y luego condujo el
avión al aeródromo, aterrizando felizmente. Por la gran valentía
mostrada en el cumplimiento de la tarea de combate, los subtenientes
Zajárchenko y Tenuev fueron condecorados con la orden de la Bandera
Roja.
El eficaz apoyo de la aviación permitió a las tropas
terrestres superar rápidamente la zona táctica de la defensa. A partir
del 24 de junio empezaron a entrar en combate los cuerpos de tanques,
los grupos de caballería motorizada y los ejércitos blindados, siendo
empleado el grueso de las fuerzas de todos los ejércitos aéreos para
apoyarlos.
En el 1° Frente Bielorruso, en el que los cuerpos de
tanques operaban en distintas direcciones, fue muy bien organizada la
coordinación de éstos con las divisiones de aviación de asalto, que
estaban subordinadas operativamente a los jefes de las grandes unidades
de tanques. Se aseguró una elevada eficacia de los aparatos de asalto
mediante las llamadas urgentes por radio de grupos de aviones, que
realizaban los representantes de la aviación situados en los puestos de
observación de los jefes de las grandes unidades móviles.
En el 3° Frente Bielorruso, el 25 de junio empezaron a
incorporarse
a la ofensiva los grupos de caballería motorizada, y a continuación el
5° ejército de tanques de la guardia. El 1er ejército aéreo se dedicó
preferentemente a atacar las reservas del enemigo que se dirigían al
frente y los medios de defensa antitanque emplazados en la zona de la
ofensiva del ejército de blindados. La dirección de la aviación
destinada a apoyar a las grandes unidades de tanques fue ejercida con
todo éxito por el jefe del 1er cuerpo de aviación de bombardeo de la
guardia, que se desplazaba con el puesto de mando del Comandante en
Jefe del ejército de tanques. Aprovechando hábilmente los efectos de los
golpes de la aviación, las grandes unidades móviles desarrollaron una
ofensiva impetuosa.
La aviación actuó con la máxima intensidad para asegurar
la ruptura de la zona defensiva y permitir la incorporación de las
grandes unidades móviles a la batalla. En los cuatro primeros días de
ofensiva, la aviación realizó unas 28.000 misiones.
En los 2 primeros días de combates, la aviación alemana
se encontraba en los aeródromos de retaguardia. Los aviones fascistas
aparecían muy pocas veces en el aire. En lo sucesivo se incrementó la
actividad de la aviación enemiga, sobre todo en el período de los
combates por Orsha y Bobruisk. Con este motivo, el mando ordenó asestar
una serie de golpes a los aeródromos hitlerianos. Los aviones Pe-2 del
1er ejército aéreo, bombardearon unas cuantas veces el 25 y el 26 de
junio los aeródromos de Borísov y Dokudovo. Fue muy eficaz el ataque
realizado por la 6ta división de aviación de bombardeo de la guardia al
aeródromo de Orsha. En el parte dado por el estado mayor de la 51°
escuadra de aviación de caza alemana se decía: «...el 25 de junio de
1944 fue intensamente bombardeado el aeródromo de Orsha. A pesar del
aviso de que habían aparecido aviones enemigos, no pudo despegar ni uno
solo de nuestros aparatos. Los pilotos se encontraban lejos de los
aviones y acudieron a ellos cuando los bombarderos se hallaban ya sobre
el aeródromo. Una bomba incendió el puesto de mando de la escuadra, por
lo que se perdió durante cierto tiempo la dirección de las unidades».190
Durante los 5 primeros días de ofensiva, las tropas de
los frentes, con una participación muy activa de la aviación, derrotaron
a las principales agrupaciones de tropas alemanas y cercaron en la zona
de Vítebsk y al sudeste de Bobruisk a unas cuantas divisiones fascistas.
Las unidades de 4 divisiones de la agrupación de Vítebsk
hicieron desesperados esfuerzos para romper el cerco, pero nuestras
tropas, apoyadas por las grandes unidades del 1er ejército aéreo, les
obligaron a rendirse el 27 de junio al anochecer.
En la derrota de las tropas alemanas cercadas en la zona
de Bobruisk jugó un importante papel la aviación. El Mariscal de la
Unión Soviética Konstantín Rokossovski, comandante en jefe del 1er
Frente Bielorruso, conjuntamente con el Mariscal principal de aviación
A. Nóvikov, comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas y representante del
Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo, decidieron que el 16°
ejército aéreo, asestara un golpe masivo con el grueso de sus fuerzas a
la agrupación fascista. El general S, Rudenko, comandante en jefe del
16° ejército aéreo, encomendó esta tarea a dos cuerpos de aviación de
bombardeo y a cuatro divisiones de aviación de asalto.
El 27 de junio a las 19:15, los primeros grupos de
aparatos de bombardeo y asalto empezaron el ataque en el que
participaron 526 aviones, que arrojaron 159 t de bombas. El
ataque se prolongó hora y media, quedando destruidos e incendiados
muchos tanques y camiones. Los soldados y oficiales que quedaron
indemnes huyeron presa del mayor pánico a los bosques circundantes. En
ese bombardeo el enemigo perdió unos 1.000 hombres.191
El cerco y aniquilamiento de las grandes agrupaciones de
Vítebsk y Bobruisk y la derrota del enemigo en las direcciones de Orsha
y Moguiliov pusieron a las tropas del grupo de ejércitos «Centro» al
borde de la catástrofe. El mando hitleriano se vio en la necesidad de
retirar apresuradamente en dirección oeste, a sus maltrechas divisiones.
Y en su lugar envió a Bielorrusia tropas de otros sectores del frente y
de los países ocupados por Alemania. En vista de esto, en los últimos
días de junio la tarea principal de la aviación consistió en atacar las
reservas que se dirigían al frente y a las columnas de tropas y material
bélico que se retiraban.
Desde el 25 de junio al 4 de julio, la aviación de
bombardeo de largo radio de acción asestó potentes golpes a los nudos
ferroviarios más importantes que ocupaba el enemigo en Bielorrusia,
realizando 3.200 misiones. Desde el 1 de julio, los aparatos de asalto y
de bombardeo de los ejércitos aéreos operaron contra las estaciones
ferroviarias y los trenes en las zonas de Polotsk, Daugavpils,
Molodechno, Minsk, Negoréloe, Baranovichi y Luninets. En 4 días fueron
realizadas 790 misiones para cumplir esta tarea.192 Nuestra
aviación creó grandes dificultades al enemigo en la retirada de sus
tropas por ferrocarril desde Orsha. Fueron destruidas las carreteras
que conducían a Minsk. El 25 de junio por la noche, las carreteras
situadas al oeste de Orsha fueron atacadas por aparatos Pe-2 de la 213°
división de aviación de bombardeo nocturno, y por la aviación de
bombardeo de largo radio de acción. Por la mañana, los bombarderos
inutilizaron la estación de Tolochin, donde se encontraba un gran número
de trenes con tropas y material de guerra. Durante el día actuaron
escalonadamente contra los trenes, grupos de aviones de la 1ra división
de aviación de asalto de la guardia, mandada por el coronel S. Prutkov.
En las 138 misiones que efectuaron destruyeron 10 locomotoras y 15
trenes. Por efecto del ataque quedó interrumpido el movimiento en el
tramo ferroviario de Orsha-Tolochin. Las tropas enemigas tampoco
pudieron organizar la retirada desde la zona de Orsha y por las
carreteras que conducían a Minsk, donde atacaron activamente los aviones
de asalto. Por ejemplo, el 26 de junio, la cabeza de una columna que se
encontraba a 10 km al oeste de Tolochin fue atacada por 8 aviones
de asalto IL-2, quedando atascada, y luego fue bombardeada durante 2
horas, quedando completamente destruida.
El 26 de junio por la tarde fue liberado Tolochin por el
5° ejército de tanques de la guardia. Los restos de las tropas alemanas
tuvieron que retirarse de Orsha en dirección sudoeste a través de
bosques y por caminos vecinales, que estaban controlados por los
guerrilleros. Este fue un gran éxito operativo, logrado gracias a las
acciones conjuntas de nuestras grandes unidades de tanques y de
aviación.
Las tropas del 2°
Frente Bielorruso persiguieron constantemente a las
unidades del 4° ejército alemán. Las tripulaciones del 4° ejército aéreo
atacaron ininterrumpidamente a las columnas alemanas que se retiraban.
El aniquilamiento del enemigo desde el aire, se llevaba a cabo en
cooperación con los guerrilleros bielorrusos. El 26 de junio se
retiraba de Orsha una columna enemiga al distrito de Staroselia (a 10
km al oeste de Kopis), siendo hostigada por los guerrilleros.
Para no internarse en los bosques, el enemigo viró hacia el sur,
dirigiéndose a la aldea de Troitsa, donde fue descubierto por la
aviación. Al cruzar el río Berezovka los aviones de asalto atacaron con
gran precisión a la columna. Los fascistas abandonaron unos 500 camiones
en la orilla del río e intentaron ocultarse en el bosque, pero fueron
exterminados por los guerrilleros.
Al caracterizar la situación en la zona de la ofensiva de
las tropas del 2° Frente Bielorruso, el general Vershinin, comandante en
jefe del 4° ejército aéreo, informó el 27 de julio al Comandante en
jefe de las Fuerzas Aéreas: «...la aviación del 4° ejército aéreo se
dedica a apoyar directamente a las tropas. Todo marcha normalmente. Las
tropas y el Consejo Militar están satisfechos. Pero, compañero Mariscal
principal, se oprime el corazón al ver que se escapan columnas
compactas de fascistas, que se atascan y concentran esas columnas y que
no tenemos con qué machacarlas debidamente. Sólo en Crimea hubo
objetivos semejantes, pero allá no ofrecía resistencia el enemigo, por
lo que se podía emplear a toda la aviación en la lucha contra las
columnas. Si fuera posible, ruego que los ejércitos aéreos próximos, de
los generales Rudenko y Jriukin, cedan una parte de sus fuerzas para
destruir estas columnas...»193
Teniendo en cuenta la gran importancia operativa de la
desorganización del 4° ejército alemán, el representante del Gran
Cuartel General del Alto Mando Supremo para la aviación planteó al 16°
ejército aéreo la tarea de exterminar al enemigo en la zona del 2°
Frente Bielorruso. Desde el 28 al 30 de junio, los bombarderos de este
ejército asestaron unos cuantos golpes demoledores a las tropas
enemigas y a los pasos de los ríos en la zona de Berezina. Las
concentraciones de tropas fascistas que se encontraban al este del río
Berezina, fueron aniquiladas por la aviación de asalto. Sólo el 29 de
junio se enviaron 40 grupos de aviones de asalto del 4° ejército aéreo194
para atacar a las tropas que se retiraban por la carretera Belinichi-Berezina,
y en total, en 6 días, fueron realizadas unas 2.000 misiones para
castigar a las tropas fascistas. En la carretera Moguiliov-Minsk,
nuestra aviación destruyó no menos de 3.000 camiones.195
Las memorias del general Tippelskirch, comandante en jefe
del 4° ejército alemán, confirman la difícil situación en que se
encontraban las tropas que se retiraban y la alta eficacia de las
acciones de la aviación soviética. En esas memorias decía el general
hitleriano: «El continuo torrente de piezas y material de artillería, de
baterías de artillería antiaérea y de toda clase de camiones, marchaba
por el único camino de retirada posible, que ya mucho antes había sido
destruido, el que cruzaba el río Berezina cerca de la población de
Berezina. Las constantes incursiones de la aviación enemiga causaban
enormes pérdidas y provocaban a cada momento atascos en las columnas en
retirada. Los aviones de asalto rusos destruían una y otra vez el puente
de Berezina después que se formaban en la orilla oriental
grandes concentraciones de camiones.»196
De este modo, las Fuerzas Aéreas soviéticas causaron al
enemigo cuantiosas pérdidas con sus enérgicas acciones y desbarataron
su retirada organizada, lo que contribuyó al éxito de la ofensiva de
nuestras tropas. La eficaz actividad de la aviación fue una de las
premisas de los ulteriores cercos de las tropas enemigas en los bosques
situados en la zona oriental de Minsk.
A partir del 27 de junio, comenzó el estacionamiento de
los regimientos de aviación en los aeródromos abandonados por el
enemigo, que fueron reconstruidos ya en territorio liberado. Las
unidades del 3er ejército ocuparon los aeródromos ubicados en las zonas
de Ulia y Beshenkovichi; las del 1er ejército aéreo se instalaron en
las zonas de Orsha, Tolochin y Lepel; las del 4° ejército aéreo, en los
aeródromos del distrito de Moguiliov, y las del 16° ejército aéreo, en
el distrito de Bobruisk. Las primeras en llegar a esos aeródromos fueron
las grandes unidades de caza y de asalto que eran las que
apoyaban a los cuerpos de tanques y a los grupos de caballería
motorizada.
Mientras que parte de las fuerzas del 4° ejército aéreo y
la totalidad del 16° ejército aéreo atacaban a las columnas enemigas en
retirada, las grandes unidades de tanques de los Frentes Bielorruso 3°
y 1° desplegaban una impetuosa ofensiva en dirección a Minsk y Slutsk.
El 3 de julio fue liberado Minsk, capital de la República
Socialista Soviética de Bielorrusia. En los bosques de la zona oriental
de Minsk quedaron cercados diversos grupos dispersos de tropas
fascistas, cuyo número se elevaba a 100.000 aproximadamente. Las tropas
del 1° Frente del Litoral del Báltico y de los Frentes Bielorrusos 3° y
1", apoyadas por la aviación, avanzaron rápidamente en las direcciones
de Daugavpils, Molodech y Baranóvichi.
En esa operación actuaron excelentemente en los ataques a
las tropas y al material de guerra del enemigo grupos de aviones de
asalto y de caza al mando de los oficiales A. Brandis, A. Efímov,
I. Pávlov y A. Smirnov, Héroes de la Unión Soviética. Todos ellos,
fieles hijos de la Patria, pelearon abnegadamente hasta el final de la
guerra. Por sus repetidas hazañas, realizadas en cumplimiento de las
tareas encomendadas por el mando, a los mencionados oficiales les fue
concedido por segunda vez el título de Héroes de la Unión Soviética.
Así pues, en la primera etapa de la operación de
Bielorrusia, que duró desde el 23 de junio hasta el 4 de
julio, las tropas soviéticas, con el apoyo de la aviación, derrotaron a
las principales agrupaciones enemigas en las proximidades de Vítebsk,
Orsha,, Moguiliov y Bobruisk. Además liberaron Minsk y cercaron al este
de esta ciudad al grueso de las fuerzas del 4° ejército alemán. El grupo
alemán de ejércitos «Centro» sufrió una derrota demoledora.
Las Fuerzas Aéreas soviéticas actuaron muy activamente y
causaron enormes pérdidas a las escuadras de la 6ta flota aérea
alemana. Siendo dueños absolutos del aire, nuestros aviadores
destruyeron unos 300 aparatos enemigos en combates aéreos y en los
aeródromos. Los potentes golpes de nuestra aviación facilitaron a las
tropas terrestres la ruptura de la zona táctica de la defensa y el cerco
y aniquilamiento de grandes agrupaciones de tropas fascistas. Asimismo
hicieron fracasar su retirada organizada y el reagrupamiento de las
reservas. Los cuatro ejércitos aéreos y la aviación de bombardeo de
largo radio de acción realizaron más de 55.000 misiones.
El 5 de julio empezó la segunda etapa de la operación de
Bielorrusia. El Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo planteó
nuevas tareas a las tropas del 1er Frente del Litoral del Báltico y de
los tres Frentes Bielorrusos, consistentes en seguir desarrollando la
ofensiva en las direcciones de Daugavpils, Vilnius, Novogrudok y
Baranóvich. Una parte de los ejércitos aéreos 1° y 4° tenía que
contribuir a la liquidación de la agrupación enemiga cercada al este de
Minsk.
La principal tarea de la aviación consistía en la
realización de un minucioso y constante reconocimiento aéreo, que corría
a cargo de las tripulaciones mejor preparadas, tanto de los aparatos de
caza como de asalto, y en algunos casos de las de los aviones Pe-2.
Los informes recibidos por radio de los aparatos de
reconocimiento eran aprovechados inmediatamente para apoyar a las
tropas terrestres y atacar desde el aire a las tropas cercadas.
Se atacaba por lo general a las tropas fascistas desde
poca altura, causándoles grandes pérdidas. Después de los golpes de los
aviones de asalto, grupos de fascistas salían del bosque y se rendían.
La gran eficacia de las acciones de la aviación fue corroborada por P.
Ponomarenko, secretario del Comité Central del Partido Comunista de
Bielorrusia, el cual comunicó al representante del Gran Cuartel General
del Alto Mando Supremo: «...Estos días hemos descubierto y contemplado
en los bosques situados al sudeste de Minsk la enorme zona fortificada
del enemigo, que ha sido completamente destruida por nuestra aviación
de asalto. Esta zona produce una impresión asombrosa por el alcance de
las destrucciones y por la demostración de la potencia de nuestras
Fuerzas Aéreas.»
Más adelante indicaba que un grupo de tropas fascistas,
que contaba con unos 11.000 hombres y disponía de enorme cantidad de
material de guerra diverso, había sido totalmente exterminado por la 1ra
división de aviación de asalto de la guardia. El primer teniente B.
Okrestin, Héroe de la Unión Soviética y jefe de una escuadrilla del 74°
regimiento de aviación de asalto de la guardia, peleó con gran valentía.
Cuando fue derribado e incendiado su avión, Okrestin lo lanzó contra una
concentración de tropas enemigas. Después de liberada esa zona fueron
trasladados los restos del héroe a Minsk, donde los incineraron con
honores militares. Los bielorrusos conservan en su memoria el recuerdo
de este intrépido piloto, que ofrendó
su vida por la libertad y la
felicidad del pueblo bielorruso.
El hecho de que los aeródromos de los regimientos y
escuadrillas de aviación estuvieran muy cerca de la agrupación enemiga
cercada elevaba el rendimiento táctico de nuestros aviones. Sin
embargo, en los aeródromos se creaban, a veces, situaciones
complicadas. Grupos de tropas fascistas intentaban abrirse camino hacia
el oeste y llegaban a los aeródromos o a los lugares en que estaban
instalados los estados mayores (concretamente el estado mayor del 1°
regimiento aéreo en el distrito de Rudin). Uno de esos grupos trató de
apoderarse del aeródromo de Ozero a fin de asegurar el aterrizaje de la
aviación de transporte fascista, que habría de evacuar por vía aérea a
las tropas cercadas. En varias ocasiones, el personal de las unidades de
aviación y de la retaguardia de la aviación, tuvieron que entablar
combate con los hitlerianos, siendo apoyadas esas unidades por la
aviación de asalto y de caza. A veces, al sonar la señal de alarma se
trasladaban los aparatos a aeródromos de retaguardia. El personal de las
unidades de la retaguardia del 4° ejército aéreo dio muerte a 974
fascistas e hirió y apresó a otros 1.833 en los combates librados al
defender los aeródromos.
El 11 de julio, las tropas soviéticas, con el activo
apoyo de la aviación, liquidaron completamente a la agrupación enemiga
cercada.
En julio y agosto, la aviación de los frentes y la de
bombardeo de largo radio de acción, además de atacar a la agrupación
cercada, continuaron apoyando a las tropas terrestres en un amplio
frente.
La lucha contra las reservas que se dirigían al frente
corría a cargo, preferentemente, de la aviación de bombardeo de largo
radio de acción, la cual atacaba los nudos ferroviarios de la parte
occidental de Bielorrusia, Lituania y Polonia oriental. Las grandes
unidades de los ejércitos aéreos asestaban golpes a los nudos de
resistencia del enemigo.
Del 7 al 13 de julio, los pilotos del 1er ejército aéreo
participaron activamente en los combates por Vilnius, donde se
encontraba cercada una agrupación de tropas fascistas. Momentos antes
de que fuera atacada la ciudad, 103 aparatos Pe-2 y 51 IL-2
bombardearon y ametrallaron los principales puntos de resistencia del
enemigo. A continuación, las tropas terrestres aniquilaron en unas
cuantas horas a la agrupación cercada. En los días sucesivos, las
grandes unidades de aviación apoyaron a las tropas terrestres a forzar
el río Niemen. El constante patrullaje de nuestros cazas en las zonas de
los pasos del río y los ataques de los aparatos de bombardeo y de
asalto a los aeródromos de Kaunas y Suvalkio hicieron que se redujera,
bruscamente, la actividad de la aviación enemiga. Las tropas del 3°
Frente de Bielorrusia, que tropezaron con muy poca resistencia de la
aviación alemana, superaron de ese modo otra importante arteria fluvial.
Formando parte de la 303° división de aviación de caza
del 1er ejército aéreo, en los combates por la liberación de Bielorrusia
y Lituania participó el
IV
regimiento independiente de caza «Normandía», integrado
por pilotos franceses, que se distinguieron extraordinariamente en el
período de combate al forzar el río Niemen. El Alto Mando Supremo honró
al regimiento con la denominación «del Niemen» y además expresó su
gratitud a todo el personal. El Presídium del Soviet Supremo de la URSS,
condecoró al regimiento «Normandía-Niemen» con la orden de la Bandera
Roja. Fueron destacados con diversas órdenes 42 pilotos, y 2 de ellos
—los primeros tenientes Marcel Albert y Rolan de la Poin— recibieron el
galardón de Héroe de la Unión Soviética.
A pesar de desarrollar la ofensiva en una gran
profundidad y a un elevado ritmo, el mando de las Fuerzas Aéreas
maniobró, muy acertadamente, con la aviación a lo largo del frente. A
menudo, las grandes unidades de un ejército aéreo ayudaban a otro que
operaba cerca de él.
Actuó con gran intensidad nuestra aviación, al rechazar
el contragolpe del enemigo a las tropas del 1er Frente del Litoral del
Báltico en la dirección de Shauliái. El mando fascista consiguió
concentrar en secreto unidades seleccionadas de aviación para apoyar a
las tropas que participaron en el contraataque. En ese período nuestra
aviación sufría escasez de combustible y estaba estacionada lejos de la
línea del frente. Aprovechando esta circunstancia, la aviación fascista
se adueñó de la iniciativa y operó activamente contra nuestras tropas.
Por orden del representante del Gran Cuartel General del
Alto Mando Supremo, parte de las fuerzas del 1er ejército aéreo
reforzaron al 3er ejército en la zona de Shauliái, con lo que se
recuperó el dominio en el aire, que se había perdido temporalmente. El
4° ejército aéreo apoyó a las tropas terrestres en el período de los
combates por la liberación de Grozno y ayudó a vencer la encarnizada
resistencia del enemigo en los accesos a Bielostok. En agosto, el 4°
ejército aéreo fue reforzado con el 4° cuerpo de aviación de asalto y el
8° cuerpo de aviación de caza, que pertenecían al 16° ejército aéreo.
Ese ejército apoyó activamente a las tropas del frente en las
direcciones de Augústov y Lomzha.
El 16° ejército aéreo cooperó en los primeros días de
julio con las tropas del 1er Frente Bielorruso en la liberación de
Baranóvich y en el rechazamiento del contraataque de las unidades
fascistas en la dirección de Brest. En lo sucesivo, apoyó a las tropas
al forzar el río Vístula y en la ofensiva en la dirección de Pultusk.
El 6° ejército aéreo (del que era comandante en jefe el
general F. Polinin) operó activamente en la zona de Kóvel. A mediados
de julio, el ejército fue reforzado con grandes unidades de la reserva
del Alto Mando Supremo. También le fueron cedidas unas cuantas
divisiones de aviación del 16° ejército aéreo. Desde el 18 de julio
apoyó la ofensiva de las tropas del 1er Frente Bielorruso (8° ejército
de la guardia y los ejércitos 47° y 59°) en la operación de Brest-Liublin.
Las unidades y grandes unidades de aviación apoyaron la ofensiva de
nuestras tropas al forzar sobre la marcha el río Bug occidental y
cooperaron en la fulminante maniobra del 2° ejército de tanques, en la
dirección de Varsovia. A finales de julio, los ejércitos aéreos 6° y 16°
apoyaron preferentemente al 8° ejército de la guardia y al 69° ejército
al forzar el Vístula cerca de Magnúshev y Pulavi. En el período
comprendido entre el 18 y el 31 de julio, las unidades y grandes
unidades del 6° ejército aéreo realizaron unas 12.000 misiones.197
Las unidades de aviación del 6° ejército aéreo se trasladaron
oportunamente a nuevos aeródromos. Al instalarse hubo ocasiones en que
un mismo técnico, tuvo que atender unos cuantos aviones, que realizaban
3 ó 4 vuelos diarios. Al preparar los aviones de asalto para despegar,
realizaron un excelente trabajo los mecánicos Bovat, Kliméntiev, Ignátov,
Trachenko y el armero, suboficial Longuínov, así como el cabo Jvorovoi.
La experiencia de estos combatientes fue ampliamente difundida en el
periódico del ejército.
En el período de ocupación de la cabeza de puente del río
Vístula, a principios de agosto, se hizo aún más violenta la lucha
contra la aviación enemiga. El reforzamiento de la protección sobre los
pasos del río, el perfeccionamiento de la dirección y el empleo de los
medios de radiolocalización, permitieron rechazar con éxito las
incursiones de la aviación alemana, que sólo del 11 al 15 de agosto
perdió sobre el Vístula 69 aparatos y se vio obligada a cesar sus
actividades en esta zona.
Así pues, en la segunda etapa de la operación, pese a las
dificultades y deficiencias, las Fuerzas Aéreas soviéticas cooperaron
activamente con las tropas terrestres en el desarrollo de la ofensiva en
una gran profundidad. En medio de la complicada situación creada, la
aviación ayudó a nuestras tropas a superar las zonas intermedias de la
defensa, a forzar grandes ríos y a rechazar los contragolpes del
enemigo. Desde el 5 de julio hasta el 29 de agosto, la aviación
soviética realizó 98.534 misiones y destruyó unos 1.500 aparatos del
enemigo.
A causa del elevado ritmo de la ofensiva y a la
insuficiencia de aeródromos y carreteras, las grandes unidades de
aviación tropezaron con dificultades en el aseguramiento material y
técnico al prepararse para las acciones.
Para suministrar los medios necesarios a las unidades de
aviación, cuerpos de tanques y grupos de caballería motorizada se empleó
a menudo el transporte aéreo. Los regimientos de transporte de la
Aviación Civil realizaron unas 35.000 misiones y llevaron al frente a
más de 43.000 hombres.1'8 La aviación de bombardeo
de largo radio de acción, empleando aviones del tipo Li-2, transportó
unos 11.000 hombres y unas 3 500 t de carga diversa.199
En la operación de Bielorrusia, las tropas soviéticas,
con el apoyo de la aviación, infligieron una derrota demoledora al grupo
de ejércitos «Centro», liberaron la República Socialista Soviética de
Bielorrusia, parte de la República Socialista Soviética de Lituania y el
territorio oriental de Polonia. Debido al empleo de grandes fuerzas de
la aviación de los frentes y de la de bombardeo de largo radio de
acción, nuestros aviadores hicieron un gran aporte a la derrota del
enemigo en el sector central del frente soviético-alemán. Durante la
operación ofensiva la aviación realizó 153.000 misiones. En ninguna de
las operaciones anteriores fueron tan grandes las proporciones de las
acciones de nuestras Fuerzas Aéreas.
La lucha contra la aviación enemiga fue una de las tareas
fundamentales, y en el cumplimiento de la misma fue realizado el 42 % de
las misiones. En los combates aéreos y en los aeródromos resultaron
destruidos unos 2.000 aviones fascistas. Los propios generales
hitlerianos confirman las grandes pérdidas que sufrieron. En la
recopilación de artículos titulada «La guerra mundial de los años
1939-1945» se dice que «en el invierno de 1941 la aviación de bombardeo
(alemana) recibió el primer golpe contundente, y en 1944 fue destruida
definitivamente en Rusia».200 Se indica además en esa
recopilación que desde el 1 de junio hasta el 31 de agosto de 1944,
Alemania perdió 11.074 aviones, comprendidos 1.874 aparatos de
bombardeo, 1.345 de asalto y 7.855 cazas.201
El éxito en el empleo de la aviación, y especialmente en
el transcurso de la persecución del enemigo, dependió en gran medida de
la hábil dirección existente y de su estrecha interacción con las tropas
de tierra, y en primer término con los ejércitos de tanques. La creación
de grupos operativos provistos de medios de enlace y comunicación, el
planteamiento de las tareas a su debido tiempo y la orientación de los
grupos de aviones al objetivo, aseguraron el empleo más adecuado y
efectivo de la aviación en el cumplimiento de las tareas fundamentales.
La actuación de la aviación al cercar agrupaciones de
tropas enemigas y al aniquilarlas ocupó un importante lugar en las
acciones de las Fuerzas Aéreas. Los ataques de la aviación a las tropas
en retirada contribuyeron en gran medida a que fueran cercadas. Esto
ocurrió en las proximidades de Minsk y en otros lugares. La aviación fue
un medio excelente de destrucción de las columnas enemigas que se
retiraban y de cerco de sus agrupaciones. Se obtuvieron magníficos
resultados en los casos en que las agrupaciones quedaban cercadas en
zonas de poca superficie y disponían de escasos recursos de defensa
antiaérea.
El reconocimiento aéreo ocupó un importante lugar en la
actuación de la aviación. El reconocimiento aéreo proporcionó al mando
de los frentes y de los ejércitos, los datos necesarios sobre el enemigo
en el transcurso de la preparación de la operación y en el desarrollo de
ésta. Debido a que las unidades de la aviación de reconocimiento no
podían cumplir un gran volumen de tareas, a menudo, se empleó para ese
fin a unidades de la aviación de bombardeo, de asalto y de caza.
Contribuyó al éxito de las Fuerzas Aéreas la minuciosa
preparación de la operación y el correcto planeamiento de las acciones
en el transcurso de la operación. Fue aleccionador el desplazamiento
efectuado, dentro del mayor secreto, de las unidades de aviación,
concentradas en aeródromos ubicados a gran distancia del frente, a los
aeródromos de vanguardia. Tal desplazamiento se realizaba en pequeños
grupos, dos o tres días antes de que comenzara la operación. Los
aparatos volaban a poca altura y en ningún caso hacían uso de sus medios
de trasmisión por radio.
La Patria evaluó altamente la actuación de los aviadores
soviéticos que participaron en la operación de Bielorrusia. Unas cien
unidades y grandes unidades de aviación fueron distinguidas con
denominaciones honoríficas. Un gran número de aviadores partícipes en
la operación, fueron condecorados con órdenes y medallas de la Unión
Soviética. En octubre de 1944, el Presídium del Soviet Supremo de la
URSS galardonó con el título de Héroe de la Unión Soviética a muchos
pilotos y observadores de los ejércitos aéreos 1°, 3°, 4°, 6° y 16°
Por el cumplimiento ejemplar de las tareas en el
aseguramiento de las acciones de combate durante la operación de
Bielorrusia, fueron condecorados con órdenes, los batallones de
servicios de los aeródromos 260° y 663° y también la zona 80° de
estacionamiento de la aviación. |