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LAS FUERZAS AÉREAS SOVIÉTICAS EN LA GRAN GUERRA PATRIA DE LOS AÑOS 1941-1945

 

CAPÍTULO XIII

 

En el cielo de Bielorrusia

 

 

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A mediados de junio de 1944, las tropas soviéticas se hallaban en el sector central del frente en la línea del lago Nescherdo, parte oriental de Vítebsk, Orsha, Zhlobina, Kovel, Brodi, Chernovitsa, Yassi y orilla septentrional del Pripiat, formando el saliente bielorruso, que protegía el territorio de la Prusia oriental y la di­rección estratégica principal de Minsk, Varsovia y Berlín.

El enemigo construyó en Bielorrusia un profundo sistema de defensa escalonado, constituido por tres franjas fortificadas. Apro­vechando las favorables condiciones geográficas naturales y el sistema de fortificaciones, el mando alemán confiaba en mantener el saliente bielorruso.

Después de ser derrotadas las agrupaciones alemanas de los flancos del frente soviético-alemán, el Alto Mando Supremo adoptó la decisión de efectuar en Bielorrusia una operación ofensiva con cuatro frentes: el 1er Frente del Litoral del Báltico y los Frentes Bielorrusos 1°, 2° y 3°. Esos frentes contaban respectivamente con el 3er ejército aéreo (del que era comandante en jefe, el general N. Papivin, adjunto para el trabajo político, el general N. Babak y jefe del estado mayor, el general N. Dagáev); el 1er ejército aéreo (del que era comandante en jefe, el general T. Jriukin, adjunto para el trabajo político, el general I. Litvinenko y jefe del estado mayor, el general A. Pronin); el 4° ejército aéreo (del que era comandante en jefe, el general K. Vershinin, adjunto para el trabajo político, el general F. Vierov y jefe del estado mayor, el general A. Ustínov, y desde el 11 de julio de 1944, el general A. Alexéiev); el 16° ejército aéreo (del que era comandante en jefe, el general S. Rudenko, adjunto para el trabajo político, el general A. Vinográdov y jefe del estado mayor, el general P. Braiko). En el ala izquierda del 1er Frente Bielorruso se encon­traban también grandes unidades del 6° ejército aéreo (del que era comandante en jefe, el general F. Polinin, adjunto para el trabajo político, el coronel     A. Vivolokin y jefe del estado mayor, el general V. Storozhenko, y desde el 2 de julio de 1944, el general P. Kotélnikov).

El propósito del Alto Mando Supremo en lo concerniente a la operación de Bielorrusia preveía la ruptura simultánea de la de­fensa enemiga en unas cuantas direcciones, la ofensiva impetuosa, el cerco y exterminio ulteriores de las principales agrupaciones enemigas y la liberación de Minsk, capital de Bielorrusia.

La situación en el aire se caracterizaba por la superioridad de nuestra aviación, cuantitativa y cualitativa, sobre la del enemigo.

Las tropas alemanas del grupo de ejército «Centro» estaban apoyadas por las grandes unidades de la 6ta flota aérea, que dis­ponía de 1.342 aviones. Nuestras Fuerzas Aéreas contaban con unos 6.000 aparatos (de los cuales el 50% había llegado en vísperas de la operación procedente de la reserva del Alto Mando Supremo), siendo 2.000 de ellos aviones de asalto y más de 1.100 aparatos de bombardeo diurno y nocturno.

Parte de la aviación de bombardeo de largo radio de acción tenía que atacar los objetivos de la retaguardia operativa. Las comunicaciones del 1er Frente del Litoral del Báltico y de los 3 frentes Bielorrusos serían protegidas por la aviación de caza del Frente Norte de la Defensa Antiaérea.

A la aviación de los frentes y a la de bombardeo de largo radio de acción se le plantearon para la operación ofensiva las siguientes tareas fundamentales:

- Mantener con firmeza el dominio en el aire.

- Apoyar y proteger a las tropas terrestres al romper la zona táctica de la defensa del enemigo y durante el desarrollo del éxito en su profundidad operativa.

- Impedir el traslado de reservas.

- Desorganizar la retirada de las tropas enemigas.

- Realizar reconocimiento aéreo y observar las acciones del enemigo.

En los sectores de ruptura de todos los frentes se planeó rea­lizar una demoledora preparación artillera y realizar 2.730 mi­siones, la víspera del inicio de la ofensiva, con la aviación de los frentes y la de bombardeo de largo radio de acción. Se estipulaba que en el transcurso de la preparación artillera se asestaría un potente golpe con 548 aviones Pe-2 en el sector meridional de ruptura del 3er Frente Bielorruso, donde el enemigo tenía potentes fortificaciones.

Se prestó gran atención a la organización del apoyo aéreo en el período en que entraran en acción y al operar, en la profun­didad de la defensa enemiga, las grandes unidades de tanques, motorizadas y de caballería. Empezando desde el segundo día (en el 1er Frente del Litoral del Báltico y en el 1° Frente Bie­lorruso desde el primer día de la operación), los esfuerzos princi­pales de los ejércitos aéreos se concentrarían en el apoyo a las grandes unidades de tanques, motorizadas y de caballería. En el 1er ejército aéreo fue designado un grupo de aviones Pe-2 de la 213° división de aviación de bombardeo, para iluminar por la noche la ruta que habían de seguir las grandes unidades de tanques.

Se adoptaron diversas medidas para la lucha contra la aviación alemana. En los ejércitos aéreos 1° y 16° se destinaron algunos regimientos de aviación de bombardeo y asalto para atacar los aeródromos enemigos. A fin de proteger a nuestras tropas y com­batir a los aparatos enemigos en el aire se designó a una división de caza para cada uno de los ejércitos aéreos 3° y 4°, y a tres o cuatro divisiones para los ejércitos aéreos 1° y 16°. Se preveía emplear una gran parte de la aviación de caza para acompañar a los aviones de bombardeo y asalto en sus vuelos durante el día.

La dirección y coordinación general estuvo a cargo del mariscal principal de aviación A. Nóvikov y del general        F. Falaléiev, repre­sentantes del Gran Cuartel General.

Durante 22 días, en todas las unidades y grandes unidades de aviación se realizó un intenso trabajo de preparación para la operación. Las cuestiones de las acciones conjuntas fueron pla­neadas minuciosamente por los jefes de la aviación y de las tropas terrestres: se elaboraron planes de la interacción para períodos de cinco a siete días, y antes de empezar la operación fueron realizados ejercicios por los estados mayores de la aviación y de las tropas terrestres.

Allí donde había que operar en dos direcciones (los Frentes Bielorrusos 1° y 3°) se instalaron dos puntos auxiliares de dirección de la aviación. En cada uno de ellos había un grupo operativo del ejército aéreo con 6 ó 8 oficiales y de 3 a 5 transmisores de radio. La dirección de su actividad corrió a cargo del Comandante en Jefe del ejército aéreo, de su adjunto o de uno de los jefes de los cuerpos de aviación. En los cuerpos de infantería y divisiones de caballería, así como en las brigadas de tanques y motorizadas, se encontraban oficiales de aviación con transmisores de radio.

Para lograr el elemento sorpresa y mantener el secreto, la operación fue planeada por un grupo muy limitado de jefes. Se prohibió toda clase de conversaciones telegráficas y telefónicas rela­tivas a la operación. Sólo se trataba con los ejecutores aquellos asuntos que debían conocer. Los jefes de los cuerpos y divisiones fueron informados de las acciones que debían realizar con una an­telación de 5 a 7 días, y el personal de los regimientos, unas horas antes de que cumplieran la misión encomendada.

Las unidades y grandes unidades de refuerzo llegadas, no fueron empleadas en ningún tipo de tareas en el período prepa­ratorio, siendo estacionadas a 100-120 km del frente. Solamente cuando faltaban 2 días para el inicio de la operación se dirigieron en pequeños grupos, volando muy bajo, a los aeródromos de vanguardia.

En el intenso reconocimiento aéreo realizado participaron nu­merosos aviones. Gracias a la fotografía aérea de la primera línea de la defensa enemiga, fueron obtenidos valiosos datos.

El empleo de un gran número de aviones en los ejércitos aéreos exigió un aseguramiento muy preciso de la observación al realizar las acciones. Además de los medios corrientes del asegu­ramiento desde tierra de la orientación de los aviones (radio, faros de señales, estaciones de radio para transmisiones y puntos para goniómetros), en los ejércitos aéreos 4° y 16° se utilizaron orientadores artificiales, situados en tierra cerca de los puestos de mando, así como letras o cifras que facilitaban a las tripula­ciones la orientación visual al volar de 2.000 a 3.000 m de altura. Para asegurar la entrada precisa de los aviones al objetivo se hacía uso de lienzos de colores y cartuchos fumígenos, y de noche, faros de señales. En el 1er ejército aéreo, los orientadores funda­mentales fueron aeróstatos sujetos a tierra a una altura de 120 m, ubicados en el centro del sector de ruptura de la defensa enemiga. Para el empleo de los cartuchos fumígenos, en los lugares bos­cosos fueron erigidas torres muy sencillas de unos 10 m de altura. Para asegurar las acciones de la aviación, fue realizado un gran trabajo en los servicios del mismo, bajo el mando de los jefes de la retaguardia de los ejércitos aéreos, generales I. Guíller, V. Uspenski, A. Korotáev, A. Kiríllov e I. Semiónov.

Se realizó un gran trabajo en la preparación de los aeródromos con pistas de tierra. Esto permitió que al empezar la operación dispusieran los cuatro ejércitos aéreos de un aeródromo para cada regimiento de aviación. La mitad de esos aeródromos fue cons­truida antes de que empezara la operación. La población local participó en esos trabajos. Además, por decisión de los consejos militares de los frentes fueron adscritos a cada ejército aéreo de 5.000 a 6.000 soldados y oficiales de las grandes unidades de la construcción. En los almacenes y aeródromos fueron depositados de 4 a 8 módulos diarios de combustible y lubricantes, y de 8 a 10 módulos de bombas, proyectiles y cartuchos.

Fueron elaborados planes de estacionamiento y aseguramiento material de las grandes unidades de aviación durante la operación y se enviaron grupos de búsqueda de lugares aptos para la pre­paración de aeródromos. En cada ejército aéreo había de 4 a 8 batallones de servicio de aeródromo, cuya finalidad consistía en asegurar el traslado de la aviación a nuevos aeródromos en el transcurso de la operación.

Los organismos políticos y las organizaciones del Partido, con­tinuaron realizando el trabajo de educación del personal en el sentido de elevar sus cualidades morales y combativas. Antes de realizar el primer vuelo se celebraron breves mítines, en los que estaban izadas las banderas combativas de la guardia, al pie de las cuales los aviadores juraban expulsar del cielo soviético a la carroña fascista.

De este modo, antes de que empezara la operación de Bielorrusia fue realizada una minuciosa y múltiple preparación de las unidades y grandes unidades de aviación con vistas a las acciones planeadas.

La operación de Bielorrusia empezó el día 23 de junio de 1944. La víspera del inicio de la operación, los batallones de van­guardia del 1er Frente del Litoral del Báltico y del 3er Frente Bielorruso atacaron al enemigo en algunos sectores y avanzaron de 3 a 5 km. Aparatos solitarios o en pequeños grupos, de los ejércitos aéreos 3° y 1°, volaron ese día sobre la zona de opera­ciones. Nuestros pilotos no sólo reconocieron los objetivos fijados y los orientadores característicos de los sectores de la ruptura, sino que también atacaron las bocas de fuego, ayudando a los destacamentos de vanguardia a superar la resistencia del enemigo.

El 22 de junio por la noche, las divisiones de aviación de bom­bardeo de largo radio de acción y la aviación de bombardeo del frente, realizaron unas 1.000 misiones, en las que atacaron los nudos de resistencia y la artillería en los sectores de ruptura de los Frentes Bielorrusos 3° y 2°. Actuaron intensamente las aviadoras del 46° regimiento de aviación de bombardeo nocturno de la guardia, «de Tamán». Las tripulaciones de la capitana Serafina Amósova, de la primer teniente Larisa Rozánova y de las tenientes Zoya Parfiónova y Ekaterina Riábova realizaron 3 ó 4 vuelos en la corta noche estival.

En los sectores de ruptura del 1er Frente Bielorruso, el 23 de junio por la noche fueron realizadas 550 misiones por la aviación de bombardeo de largo radio de acción y los aparatos de bombardeo nocturno del 16° ejército aéreo.189

Debido a la niebla que cubría la zona de los aeródromos y el campo de batalla, los días 23 y 24 de junio por la mañana se tro­pezó con grandes dificultades para efectuar bombardeo antes de iniciar la ofensiva, y solamente se pudo actuar en el sector meridional de ruptura del 3er Frente bielorruso, en el que actuaron 160 aviones Pe-2. Al empezar el ataque, pequeños grupos de apa­ratos de asalto IL-2 apoyaron a las tropas terrestres. Los grupos de aviones llegaban al campo de batalla con intervalos de 8 a 12 min, lo que aseguraba el ataque ininterrumpido al enemigo, siendo los objetivos las bocas de fuego y las reservas tácticas. La di­rección de los grupos de aparatos desde tierra por medio de la radio y el empleo de los datos obtenidos en el reconocimiento aéreo elevaron la eficacia de las acciones de los aviones de asalto.

Al mejorar el tiempo después del mediodía se intensificó la actividad de nuestra aviación.

Ciento sesenta y dos aparatos de bombardeo Pe-2 del 1er ejército aéreo, atacaron los nudos de resistencia de Gorman y Kiréievo, en la dirección de Orsha. Los bombarderos del 16° ejército aéreo, ases­taron 2 golpes el 24 de junio, con grupos de 224 y 163 aviones a los principales puntos de apoyo de la defensa en las direcciones de Rogachevo y Bobruisk. Los objetivos de pequeñas dimensiones fueron atacados en picado por grupos de 6 a 9 aparatos Pe-2.

En los combates en la dirección de Orsha se destacó extraor­dinariamente la tripulación mandada por el subteniente   V. Zajárchenko, del 124° regimiento de aviación de bombardeo de la guardia. Al atacar en picado un puente del río Adrov, cerca de Zobolota (a 6 km al oeste de Orsha), el jefe de la tripulación fue herido en la pierna por un trozo de metralla de un proyectil de la artillería antiaérea. A pesar de la herida y de la gran hemo­rragia producida por ella, Zajárchenko continuó cumpliendo la misión encomendada. Con ayuda del observador, subteniente N. Tenuev, el piloto terminó el bombardeo, que ejecutó con gran precisión, y luego condujo el avión al aeródromo, aterrizando fe­lizmente. Por la gran valentía mostrada en el cumplimiento de la tarea de combate, los subtenientes Zajárchenko y Tenuev fueron condecorados con la orden de la Bandera Roja.

El eficaz apoyo de la aviación permitió a las tropas terrestres superar rápidamente la zona táctica de la defensa. A partir del 24 de junio empezaron a entrar en combate los cuerpos de tanques, los grupos de caballería motorizada y los ejércitos blindados, siendo empleado el grueso de las fuerzas de todos los ejércitos aéreos para apoyarlos.

En el 1° Frente Bielorruso, en el que los cuerpos de tanques operaban en distintas direcciones, fue muy bien organizada la coordinación de éstos con las divisiones de aviación de asalto, que estaban subordinadas operativamente a los jefes de las grandes unidades de tanques. Se aseguró una elevada eficacia de los apa­ratos de asalto mediante las llamadas urgentes por radio de grupos de aviones, que realizaban los representantes de la aviación si­tuados en los puestos de observación de los jefes de las grandes unidades móviles.

En el 3° Frente Bielorruso, el 25 de junio empezaron a in­corporarse a la ofensiva los grupos de caballería motorizada, y a continuación el 5° ejército de tanques de la guardia. El 1er ejér­cito aéreo se dedicó preferentemente a atacar las reservas del ene­migo que se dirigían al frente y los medios de defensa antitanque emplazados en la zona de la ofensiva del ejército de blindados. La dirección de la aviación destinada a apoyar a las grandes uni­dades de tanques fue ejercida con todo éxito por el jefe del 1er cuerpo de aviación de bombardeo de la guardia, que se despla­zaba con el puesto de mando del Comandante en Jefe del ejército de tanques. Aprovechando hábilmente los efectos de los golpes de la aviación, las grandes unidades móviles desarrollaron una ofen­siva impetuosa.

La aviación actuó con la máxima intensidad para asegurar la ruptura de la zona defensiva y permitir la incorporación de las grandes unidades móviles a la batalla. En los cuatro primeros días de ofensiva, la aviación realizó unas 28.000 misiones.

En los 2 primeros días de combates, la aviación alemana se encontraba en los aeródromos de retaguardia. Los aviones fas­cistas aparecían muy pocas veces en el aire. En lo sucesivo se incrementó la actividad de la aviación enemiga, sobre todo en el período de los combates por Orsha y Bobruisk. Con este motivo, el mando ordenó asestar una serie de golpes a los aeródromos hitlerianos. Los aviones Pe-2 del 1er ejército aéreo, bombardearon unas cuantas veces el 25 y el 26 de junio los aeródromos de Borísov y Dokudovo. Fue muy eficaz el ataque realizado por la 6ta división de aviación de bombardeo de la guardia al aeródromo de Orsha. En el parte dado por el estado mayor de la 51° escuadra de aviación de caza alemana se decía: «...el 25 de junio de 1944 fue intensamente bombardeado el aeródromo de Orsha. A pesar del aviso de que habían aparecido aviones enemigos, no pudo des­pegar ni uno solo de nuestros aparatos. Los pilotos se encontraban lejos de los aviones y acudieron a ellos cuando los bombarderos se hallaban ya sobre el aeródromo. Una bomba incendió el puesto de mando de la escuadra, por lo que se perdió durante cierto tiempo la dirección de las unidades».190

Durante los 5 primeros días de ofensiva, las tropas de los frentes, con una participación muy activa de la aviación, derrotaron a las principales agrupaciones de tropas alemanas y cercaron en la zona de Vítebsk y al sudeste de Bobruisk a unas cuantas divisiones fascistas.

Las unidades de 4 divisiones de la agrupación de Vítebsk hi­cieron desesperados esfuerzos para romper el cerco, pero nuestras tropas, apoyadas por las grandes unidades del 1er ejército aéreo, les obligaron a rendirse el 27 de junio al anochecer.

En la derrota de las tropas alemanas cercadas en la zona de Bobruisk jugó un importante papel la aviación. El Mariscal de la Unión Soviética Konstantín Rokossovski, comandante en jefe del 1er Frente Bielorruso, conjuntamente con el Mariscal prin­cipal de aviación A. Nóvikov, comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas y representante del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo, decidieron que el 16° ejército aéreo, asestara un golpe masivo con el grueso de sus fuerzas a la agrupación fascista. El general S, Rudenko, comandante en jefe del 16° ejército aéreo, encomendó esta tarea a dos cuerpos de aviación de bombardeo y a cuatro divisiones de aviación de asalto.

El 27 de junio a las 19:15, los primeros grupos de aparatos de bombardeo y asalto empezaron el ataque en el que participaron 526 aviones, que arrojaron 159 t de bombas. El ataque se prolongó hora y media, quedando destruidos e incen­diados muchos tanques y camiones. Los soldados y oficiales que quedaron indemnes huyeron presa del mayor pánico a los bosques circundantes. En ese bombardeo el enemigo perdió unos 1.000 hombres.191

El cerco y aniquilamiento de las grandes agrupaciones de Vítebsk y Bobruisk y la derrota del enemigo en las direcciones de Orsha y Moguiliov pusieron a las tropas del grupo de ejércitos «Centro» al borde de la catástrofe. El mando hitleriano se vio en la necesidad de retirar apresuradamente en dirección oeste, a sus maltrechas divisiones. Y en su lugar envió a Bielorrusia tropas de otros sectores del frente y de los países ocupados por Alemania. En vista de esto, en los últimos días de junio la tarea principal de la aviación consistió en atacar las reservas que se dirigían al frente y a las columnas de tropas y material bélico que se retiraban.

Desde el 25 de junio al 4 de julio, la aviación de bombardeo de largo radio de acción asestó potentes golpes a los nudos ferro­viarios más importantes que ocupaba el enemigo en Bielorrusia, realizando 3.200 misiones. Desde el 1 de julio, los aparatos de asalto y de bombardeo de los ejércitos aéreos operaron contra las estaciones ferroviarias y los trenes en las zonas de Polotsk, Daugavpils, Molodechno, Minsk, Negoréloe, Baranovichi y Luninets. En 4 días fueron realizadas 790 misiones para cumplir esta tarea.192 Nuestra aviación creó grandes dificultades al enemigo en la retirada de sus tropas por ferrocarril desde Orsha. Fueron des­truidas las carreteras que conducían a Minsk. El 25 de junio por la noche, las carreteras situadas al oeste de Orsha fueron atacadas por aparatos Pe-2 de la 213° división de aviación de bombardeo nocturno, y por la aviación de bombardeo de largo radio de acción. Por la mañana, los bombarderos inutilizaron la estación de Tolochin, donde se encontraba un gran número de trenes con tropas y material de guerra. Durante el día actuaron escalonadamente contra los trenes, grupos de aviones de la 1ra di­visión de aviación de asalto de la guardia, mandada por el coronel S. Prutkov. En las 138 misiones que efectuaron destruyeron 10 locomotoras y 15 trenes. Por efecto del ataque quedó interrum­pido el movimiento en el tramo ferroviario de     Orsha-Tolochin. Las tropas enemigas tampoco pudieron organizar la retirada desde la zona de Orsha y por las carreteras que conducían a Minsk, donde atacaron activamente los aviones de asalto. Por ejemplo, el 26 de junio, la cabeza de una columna que se encontraba a 10 km al oeste de Tolochin fue atacada por 8 aviones de asalto IL-2, quedando atascada, y luego fue bombardeada durante 2 horas, quedando com­pletamente destruida.

El 26 de junio por la tarde fue liberado Tolochin por el 5° ejército de tanques de la guardia. Los restos de las tropas alemanas tuvieron que retirarse de Orsha en dirección sudoeste a través de bosques y por caminos vecinales, que estaban contro­lados por los guerrilleros. Este fue un gran éxito operativo, lo­grado gracias a las acciones conjuntas de nuestras grandes unidades de tanques y de aviación.

Las tropas del 2° Frente Bielorruso persiguieron constante­mente a las unidades del 4° ejército alemán. Las tripulaciones del 4° ejército aéreo atacaron ininterrumpidamente a las columnas alemanas que se retiraban. El aniquilamiento del enemigo desde el aire, se llevaba a cabo en cooperación con los guerrilleros bie­lorrusos. El 26 de junio se retiraba de Orsha una columna ene­miga al distrito de Staroselia (a 10 km al oeste de Kopis), siendo hostigada por los guerrilleros. Para no internarse en los bosques, el enemigo viró hacia el sur, dirigiéndose a la aldea de Troitsa, donde fue descubierto por la aviación. Al cruzar el río Berezovka los aviones de asalto atacaron con gran precisión a la columna. Los fascistas abandonaron unos 500 camiones en la orilla del río e intentaron ocultarse en el bosque, pero fueron exterminados por los guerrilleros.

Al caracterizar la situación en la zona de la ofensiva de las tropas del 2° Frente Bielorruso, el general Vershinin, comandante en jefe del 4° ejército aéreo, informó el 27 de julio al Co­mandante en jefe de las Fuerzas Aéreas: «...la aviación del 4° ejército aéreo se dedica a apoyar directamente a las tropas. Todo marcha normalmente. Las tropas y el Consejo Militar están sa­tisfechos. Pero, compañero Mariscal principal, se oprime el co­razón al ver que se escapan columnas compactas de fascistas, que se atascan y concentran esas columnas y que no tenemos con qué machacarlas debidamente. Sólo en Crimea hubo objetivos semejantes, pero allá no ofrecía resistencia el enemigo, por lo que se podía emplear a toda la aviación en la lucha contra las co­lumnas. Si fuera posible, ruego que los ejércitos aéreos próximos, de los generales Rudenko y Jriukin, cedan una parte de sus fuerzas para destruir estas columnas...»193

Teniendo en cuenta la gran importancia operativa de la de­sorganización del 4° ejército alemán, el representante del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo para la aviación planteó al 16° ejército aéreo la tarea de exterminar al enemigo en la zona del 2° Frente Bielorruso. Desde el 28 al 30 de junio, los bom­barderos de este ejército asestaron unos cuantos golpes demole­dores a las tropas enemigas y a los pasos de los ríos en la zona de Berezina. Las concentraciones de tropas fascistas que se encon­traban al este del río Berezina, fueron aniquiladas por la aviación de asalto. Sólo el 29 de junio se enviaron 40 grupos de aviones de asalto del 4° ejército aéreo194 para atacar a las tropas que se reti­raban por la carretera Belinichi-Berezina, y en total, en 6 días, fueron realizadas unas 2.000 misiones para castigar a las tropas fascistas. En la carretera Moguiliov-Minsk, nuestra aviación des­truyó no menos de 3.000 camiones.195

Las memorias del general Tippelskirch, comandante en jefe del 4° ejército alemán, confirman la difícil situación en que se encontraban las tropas que se retiraban y la alta eficacia de las acciones de la aviación soviética. En esas memorias decía el ge­neral hitleriano: «El continuo torrente de piezas y material de artillería, de baterías de artillería antiaérea y de toda clase de ca­miones, marchaba por el único camino de retirada posible, que ya mucho antes había sido destruido, el que cruzaba el río Berezina cerca de la población de Berezina. Las constantes incursiones de la aviación enemiga causaban enormes pérdidas y provocaban a cada momento atascos en las columnas en retirada. Los aviones de asalto rusos destruían una y otra vez el puente de Berezina después que se formaban en la orilla oriental grandes concentraciones de camiones.»196

De este modo, las Fuerzas Aéreas soviéticas causaron al ene­migo cuantiosas pérdidas con sus enérgicas acciones y desbarataron su retirada organizada, lo que contribuyó al éxito de la ofensiva de nuestras tropas. La eficaz actividad de la aviación fue una de las premisas de los ulteriores cercos de las tropas enemigas en los bosques situados en la zona oriental de Minsk.

A partir del 27 de junio, comenzó el estacionamiento de los regimientos de aviación en los aeródromos abandonados por el enemigo, que fueron reconstruidos ya en territorio liberado. Las unidades del 3er ejército ocuparon los aeródromos ubicados en las zonas de Ulia y Beshenkovichi; las del 1er ejército aéreo se insta­laron en las zonas de Orsha, Tolochin y Lepel; las del 4° ejército aéreo, en los aeródromos del distrito de Moguiliov, y las del 16° ejército aéreo, en el distrito de Bobruisk. Las primeras en llegar a esos aeródromos fueron las grandes unidades de caza y de asalto que eran las que apoyaban a los cuerpos de tanques y a los grupos de caballería motorizada.

Mientras que parte de las fuerzas del 4° ejército aéreo y la totalidad del 16° ejército aéreo atacaban a las columnas enemigas en retirada, las grandes unidades de tanques de los Frentes Bie­lorruso 3° y 1° desplegaban una impetuosa ofensiva en dirección a Minsk y Slutsk.

El 3 de julio fue liberado Minsk, capital de la República So­cialista Soviética de Bielorrusia. En los bosques de la zona oriental de Minsk quedaron cercados diversos grupos dispersos de tropas fascistas, cuyo número se elevaba a 100.000 aproximadamente. Las tropas del 1° Frente del Litoral del Báltico y de los Frentes Bielorrusos 3° y 1", apoyadas por la aviación, avanzaron rápida­mente en las direcciones de Daugavpils, Molodech y Baranóvichi.

En esa operación actuaron excelentemente en los ataques a las tropas y al material de guerra del enemigo grupos de aviones de asalto y de caza al mando de los oficiales A. Brandis, A. Efímov, I. Pávlov y A. Smirnov, Héroes de la Unión Soviética. Todos ellos, fieles hijos de la Patria, pelearon abnegadamente hasta el final de la guerra. Por sus repetidas hazañas, realizadas en cum­plimiento de las tareas encomendadas por el mando, a los mencio­nados oficiales les fue concedido por segunda vez el título de Héroes de la Unión Soviética.

Así pues, en la primera etapa de la operación de Bielorrusia, que duró desde el 23 de junio hasta el 4 de julio, las tropas sovié­ticas, con el apoyo de la aviación, derrotaron a las principales agrupaciones enemigas en las proximidades de Vítebsk, Orsha,, Moguiliov y Bobruisk. Además liberaron Minsk y cercaron al este de esta ciudad al grueso de las fuerzas del 4° ejército alemán. El grupo alemán de ejércitos «Centro» sufrió una derrota demoledora.

Las Fuerzas Aéreas soviéticas actuaron muy activamente y cau­saron enormes pérdidas a las escuadras de la 6ta flota aérea ale­mana. Siendo dueños absolutos del aire, nuestros aviadores des­truyeron unos 300 aparatos enemigos en combates aéreos y en los aeródromos. Los potentes golpes de nuestra aviación facilitaron a las tropas terrestres la ruptura de la zona táctica de la defensa y el cerco y aniquilamiento de grandes agrupaciones de tropas fascistas. Asimismo hicieron fracasar su retirada organizada y el reagrupamiento de las reservas. Los cuatro ejércitos aéreos y la aviación de bombardeo de largo radio de acción realizaron más de 55.000 misiones.

El 5 de julio empezó la segunda etapa de la operación de Bielorrusia. El Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo planteó nuevas tareas a las tropas del 1er Frente del Litoral del Báltico y de los tres Frentes Bielorrusos, consistentes en seguir desarrollando la ofensiva en las direcciones de Daugavpils, Vilnius, Novogrudok y Baranóvich. Una parte de los ejércitos aéreos 1° y 4° tenía que contribuir a la liquidación de la agrupación ene­miga cercada al este de Minsk.

La principal tarea de la aviación consistía en la realización de un minucioso y constante reconocimiento aéreo, que corría a cargo de las tripulaciones mejor preparadas, tanto de los aparatos de caza como de asalto, y en algunos casos de las de los aviones Pe-2.

Los informes recibidos por radio de los aparatos de reconoci­miento eran aprovechados inmediatamente para apoyar a las tropas terrestres y atacar desde el aire a las tropas cercadas.

Se atacaba por lo general a las tropas fascistas desde poca al­tura, causándoles grandes pérdidas. Después de los golpes de los aviones de asalto, grupos de fascistas salían del bosque y se rendían. La gran eficacia de las acciones de la aviación fue corroborada por P. Ponomarenko, secretario del Comité Central del Partido Comunista de Bielorrusia, el cual comunicó al repre­sentante del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo: «...Estos días hemos descubierto y contemplado en los bosques situados al sudeste de Minsk la enorme zona fortificada del ene­migo, que ha sido completamente destruida por nuestra aviación de asalto. Esta zona produce una impresión asombrosa por el alcance de las destrucciones y por la demostración de la potencia de nuestras Fuerzas Aéreas.»

Más adelante indicaba que un grupo de tropas fascistas, que contaba con unos 11.000 hombres y disponía de enorme cantidad de material de guerra diverso, había sido totalmente exterminado por la 1ra división de aviación de asalto de la guardia. El primer teniente B. Okrestin, Héroe de la Unión Soviética y jefe de una escuadrilla del 74° regimiento de aviación de asalto de la guardia, peleó con gran valentía. Cuando fue derribado e incendiado su avión, Okrestin lo lanzó contra una concentración de tropas ene­migas. Después de liberada esa zona fueron trasladados los restos del héroe a Minsk, donde los incineraron con honores militares. Los bielorrusos conservan en su memoria el recuerdo de este intrépido piloto, que ofrendó su vida por la libertad y la felicidad del pueblo bielorruso.

El hecho de que los aeródromos de los regimientos y escua­drillas de aviación estuvieran muy cerca de la agrupación enemiga cercada elevaba el rendimiento táctico de nuestros aviones. Sin em­bargo, en los aeródromos se creaban, a veces, situaciones compli­cadas. Grupos de tropas fascistas intentaban abrirse camino hacia el oeste y llegaban a los aeródromos o a los lugares en que estaban instalados los estados mayores (concretamente el estado mayor del 1° regimiento aéreo en el distrito de Rudin). Uno de esos grupos trató de apoderarse del aeródromo de Ozero a fin de asegurar el aterrizaje de la aviación de transporte fascista, que habría de evacuar por vía aérea a las tropas cercadas. En varias ocasiones, el personal de las unidades de aviación y de la retaguardia de la aviación, tuvieron que entablar combate con los hitlerianos, siendo apoyadas esas unidades por la aviación de asalto y de caza. A veces, al sonar la señal de alarma se trasladaban los aparatos a aeródromos de retaguardia. El personal de las unidades de la retaguardia del 4° ejército aéreo dio muerte a 974 fascistas e hirió y apresó a otros 1.833 en los combates librados al defender los aeródromos.

El 11 de julio, las tropas soviéticas, con el activo apoyo de la aviación, liquidaron completamente a la agrupación enemiga cercada.

En julio y agosto, la aviación de los frentes y la de bombardeo de largo radio de acción, además de atacar a la agrupación cercada, continuaron apoyando a las tropas terrestres en un amplio frente.

La lucha contra las reservas que se dirigían al frente corría a cargo, preferentemente, de la aviación de bombardeo de largo radio de acción, la cual atacaba los nudos ferroviarios de la parte occidental de Bielorrusia, Lituania y Polonia oriental. Las grandes unidades de los ejércitos aéreos asestaban golpes a los nudos de resistencia del enemigo.

Del 7 al 13 de julio, los pilotos del 1er ejército aéreo partici­paron activamente en los combates por Vilnius, donde se encon­traba cercada una agrupación de tropas fascistas. Momentos antes de que fuera atacada la ciudad, 103 aparatos Pe-2 y 51 IL-2 bom­bardearon y ametrallaron los principales puntos de resistencia del enemigo. A continuación, las tropas terrestres aniquilaron en unas cuantas horas a la agrupación cercada. En los días sucesivos, las grandes unidades de aviación apoyaron a las tropas terrestres a forzar el río Niemen. El constante patrullaje de nuestros cazas en las zonas de los pasos del río y los ataques de los aparatos de bom­bardeo y de asalto a los aeródromos de Kaunas y Suvalkio hicieron que se redujera, bruscamente, la actividad de la aviación enemiga. Las tropas del 3° Frente de Bielorrusia, que tropezaron con muy poca resistencia de la aviación alemana, superaron de ese modo otra importante arteria fluvial.

Formando parte de la 303° división de aviación de caza del 1er ejército aéreo, en los combates por la liberación de Bielorrusia y Lituania participó el IV regimiento independiente de caza «Normandía», integrado por pilotos franceses, que se distinguieron extraordinariamente en el período de combate al forzar el río Niemen. El Alto Mando Supremo honró al regimiento con la denominación «del Niemen» y además expresó su gratitud a todo el personal. El Presídium del Soviet Supremo de la URSS, con­decoró al regimiento «Normandía-Niemen» con la orden de la Bandera Roja. Fueron destacados con diversas órdenes 42 pi­lotos, y 2 de ellos —los primeros tenientes Marcel Albert y Rolan de la Poin— recibieron el galardón de Héroe de la Unión Soviética.

A pesar de desarrollar la ofensiva en una gran profundidad y a un elevado ritmo, el mando de las Fuerzas Aéreas maniobró, muy acertadamente, con la aviación a lo largo del frente. A me­nudo, las grandes unidades de un ejército aéreo ayudaban a otro que operaba cerca de él.

Actuó con gran intensidad nuestra aviación, al rechazar el contragolpe del enemigo a las tropas del 1er Frente del Litoral del Báltico en la dirección de Shauliái. El mando fascista consiguió concentrar en secreto unidades seleccionadas de aviación para apoyar a las tropas que participaron en el contraataque. En ese período nuestra aviación sufría escasez de combustible y estaba estacionada lejos de la línea del frente. Aprovechando esta cir­cunstancia, la aviación fascista se adueñó de la iniciativa y operó activamente contra nuestras tropas.

Por orden del representante del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo, parte de las fuerzas del 1er ejército aéreo reforzaron al 3er ejército en la zona de Shauliái, con lo que se re­cuperó el dominio en el aire, que se había perdido temporalmente. El 4° ejército aéreo apoyó a las tropas terrestres en el período de los combates por la liberación de Grozno y ayudó a vencer la encarnizada resistencia del enemigo en los accesos a Bielostok. En agosto, el 4° ejército aéreo fue reforzado con el 4° cuerpo de aviación de asalto y el 8° cuerpo de aviación de caza, que perte­necían al 16° ejército aéreo. Ese ejército apoyó activamente a las tropas del frente en las direcciones de Augústov y Lomzha.

El 16° ejército aéreo cooperó en los primeros días de julio con las tropas del 1er Frente Bielorruso en la liberación de Baranóvich y en el rechazamiento del contraataque de las unidades fascistas en la dirección de Brest. En lo sucesivo, apoyó a las tropas al forzar el río Vístula y en la ofensiva en la dirección de Pultusk.

El 6° ejército aéreo (del que era comandante en jefe el ge­neral F. Polinin) operó activamente en la zona de Kóvel. A mediados de julio, el ejército fue reforzado con grandes unidades de la reserva del Alto Mando Supremo. También le fueron cedidas unas cuantas divisiones de aviación del 16° ejército aéreo. Desde el 18 de julio apoyó la ofensiva de las tropas del 1er Frente Bielorruso (8° ejército de la guardia y los ejércitos 47° y 59°) en la operación de Brest-Liublin. Las unidades y grandes unidades de aviación apoyaron la ofensiva de nuestras tropas al forzar sobre la marcha el río Bug occidental y cooperaron en la fulminante maniobra del 2° ejército de tanques, en la dirección de Varsovia. A finales de julio, los ejércitos aéreos 6° y 16° apoyaron prefe­rentemente al 8° ejército de la guardia y al 69° ejército al forzar el Vístula cerca de Magnúshev y Pulavi. En el período com­prendido entre el 18 y el 31 de julio, las unidades y grandes unidades del 6° ejército aéreo realizaron unas 12.000 misiones.197 Las unidades de aviación del 6° ejército aéreo se trasladaron oportunamente a nuevos aeródromos. Al instalarse hubo ocasiones en que un mismo técnico, tuvo que atender unos cuantos aviones, que realizaban 3 ó 4 vuelos diarios. Al preparar los aviones de asalto para despegar, realizaron un excelente trabajo los mecánicos Bovat, Kliméntiev, Ignátov, Trachenko y el armero, suboficial Longuínov, así como el cabo Jvorovoi. La experiencia de estos combatientes fue ampliamente difundida en el periódico del ejército.

En el período de ocupación de la cabeza de puente del río Vístula, a principios de agosto, se hizo aún más violenta la lucha contra la aviación enemiga. El reforzamiento de la protección sobre los pasos del río, el perfeccionamiento de la dirección y el empleo de los medios de radiolocalización, permitieron rechazar con éxito las incursiones de la aviación alemana, que sólo del 11 al 15 de agosto perdió sobre el Vístula 69 aparatos y se vio obligada a cesar sus actividades en esta zona.

Así pues, en la segunda etapa de la operación, pese a las dificultades y deficiencias, las Fuerzas Aéreas soviéticas coope­raron activamente con las tropas terrestres en el desarrollo de la ofensiva en una gran profundidad. En medio de la complicada situación creada, la aviación ayudó a nuestras tropas a superar las zonas intermedias de la defensa, a forzar grandes ríos y a rechazar los contragolpes del enemigo. Desde el 5 de julio hasta el 29 de agosto, la aviación soviética realizó 98.534 misiones y destruyó unos 1.500 aparatos del enemigo.

A causa del elevado ritmo de la ofensiva y a la insuficiencia de aeródromos y carreteras, las grandes unidades de aviación tro­pezaron con dificultades en el aseguramiento material y técnico al prepararse para las acciones.

Para suministrar los medios necesarios a las unidades de aviación, cuerpos de tanques y grupos de caballería motorizada se empleó a menudo el transporte aéreo. Los regimientos de transporte de la Aviación Civil realizaron unas 35.000 misiones y llevaron al frente a más de 43.000 hombres.1'8 La aviación de bombardeo de largo radio de acción, empleando aviones del tipo Li-2, transportó unos 11.000 hombres y unas 3 500 t de carga diversa.199

En la operación de Bielorrusia, las tropas soviéticas, con el apoyo de la aviación, infligieron una derrota demoledora al grupo de ejércitos «Centro», liberaron la República Socialista Soviética de Bielorrusia, parte de la República Socialista Soviética de Lituania y el territorio oriental de Polonia. Debido al empleo de grandes fuerzas de la aviación de los frentes y de la de bombardeo de largo radio de acción, nuestros aviadores hicieron un gran aporte a la derrota del enemigo en el sector central del frente soviético-alemán. Durante la operación ofensiva la aviación realizó 153.000 misiones. En ninguna de las operaciones anteriores fueron tan grandes las proporciones de las acciones de nuestras Fuerzas Aéreas.

La lucha contra la aviación enemiga fue una de las tareas fundamentales, y en el cumplimiento de la misma fue realizado el 42 % de las misiones. En los combates aéreos y en los aeró­dromos resultaron destruidos unos 2.000 aviones fascistas. Los propios generales hitlerianos confirman las grandes pérdidas que sufrieron. En la recopilación de artículos titulada «La guerra mundial de los años 1939-1945» se dice que «en el invierno de 1941 la aviación de bombardeo (alemana) recibió el primer golpe contun­dente, y en 1944 fue destruida definitivamente en Rusia».200 Se indica además en esa recopilación que desde el 1 de junio hasta el 31 de agosto de 1944, Alemania perdió 11.074 aviones, com­prendidos 1.874 aparatos de bombardeo, 1.345 de asalto y 7.855 cazas.201

El éxito en el empleo de la aviación, y especialmente en el transcurso de la persecución del enemigo, dependió en gran me­dida de la hábil dirección existente y de su estrecha interacción con las tropas de tierra, y en primer término con los ejércitos de tanques. La creación de grupos operativos provistos de medios de enlace y comunicación, el planteamiento de las tareas a su debido tiempo y la orientación de los grupos de aviones al obje­tivo, aseguraron el empleo más adecuado y efectivo de la aviación en el cumplimiento de las tareas fundamentales.

La actuación de la aviación al cercar agrupaciones de tropas enemigas y al aniquilarlas ocupó un importante lugar en las ac­ciones de las Fuerzas Aéreas. Los ataques de la aviación a las tropas en retirada contribuyeron en gran medida a que fueran cercadas. Esto ocurrió en las proximidades de Minsk y en otros lugares. La aviación fue un medio excelente de destrucción de las columnas enemigas que se retiraban y de cerco de sus agrupaciones. Se obtuvieron magníficos resultados en los casos en que las agrupaciones quedaban cercadas en zonas de poca superficie y disponían de escasos recursos de defensa antiaérea.

El reconocimiento aéreo ocupó un importante lugar en la ac­tuación de la aviación. El reconocimiento aéreo proporcionó al mando de los frentes y de los ejércitos, los datos necesarios sobre el enemigo en el transcurso de la preparación de la operación y en el desarrollo de ésta. Debido a que las unidades de la aviación de reconocimiento no podían cumplir un gran volumen de tareas, a menudo, se empleó para ese fin a unidades de la aviación de bombardeo, de asalto y de caza.

Contribuyó al éxito de las Fuerzas Aéreas la minuciosa prepa­ración de la operación y el correcto planeamiento de las acciones en el transcurso de la operación. Fue aleccionador el desplaza­miento efectuado, dentro del mayor secreto, de las unidades de aviación, concentradas en aeródromos ubicados a gran distancia del frente, a los aeródromos de vanguardia. Tal desplazamiento se realizaba en pequeños grupos, dos o tres días antes de que comenzara la operación. Los aparatos volaban a poca altura y en ningún caso hacían uso de sus medios de trasmisión por radio.

La Patria evaluó altamente la actuación de los aviadores sovié­ticos que participaron en la operación de Bielorrusia. Unas cien unidades y grandes unidades de aviación fueron distinguidas con denominaciones honoríficas. Un gran número de aviadores partí­cipes en la operación, fueron condecorados con órdenes y medallas de la Unión Soviética. En octubre de 1944, el Presídium del Soviet Supremo de la URSS galardonó con el título de Héroe de la Unión Soviética a muchos pilotos y observadores de los ejércitos aéreos 1°, 3°, 4°, 6° y 16°

Por el cumplimiento ejemplar de las tareas en el asegura­miento de las acciones de combate durante la operación de Bie­lorrusia, fueron condecorados con órdenes, los batallones de ser­vicios de los aeródromos 260° y 663° y también la zona 80° de estacionamiento de la aviación.

 

RKKA_OverG y HR_Tokarev

 

 

 

 

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