CAPÍTULO VIII
La aviación en los combates librados para liberar la
margen izquierda del río Dniéper en Ucrania y el Donbáss
La exitosa culminación de la contraofensiva del Ejército
Rojo en Kursk creó condiciones favorables para desarrollar la ofensiva
general en el ala meridional del frente soviético-alemán. El Alto Mando
Supremo soviético decidió liberar toda la margen izquierda del Dniéper
en Ucrania, forzar el río sobre la marcha y conquistar algunas cabezas
de puente en su orilla derecha. Esta misión fue encomendada al Frente
Central de Vorónezh y al de la Estepa, que contaban con los ejércitos
aéreos 16°, 2° y 5°. Estos ejércitos aéreos disponían de 1.450 aviones,
mientras que el enemigo tenía 900.
El 26 de agosto de 1943, el Frente Central emprendió la
ofensiva, asestando el golpe principal en la dirección de Nóvgorod-Sevsk,
y con la activa participación de la aviación, rompió el primer día la
defensa enemiga y liberó la ciudad de Sevsk.
El 16° ejército aéreo, que disponía de más de 600
aviones, atacó con gran eficacia a las tropas enemigas y su material de
guerra, siendo altamente evaluada su actuación por el mando de las
tropas terrestres. «En el período de encarnizados combates ofensivos por
la liberación de Sevsk —comunicó el Consejo Militar del 2° ejército de
tanques al general S. Rudenko, comandante en jefe del 16° ejército
aéreo— recibimos una gran ayuda de los aguiluchos soviéticos... En
nombre del mando y de los combatientes del 2° ejército de tanques, el
Consejo Militar le expresa a usted su gratitud y a su ayudante más
inmediato, el general P. Braiko, jefe del estado mayor, así como a los
jefes de las grandes unidades y al personal de vuelo y técnico.»
Aprovechando el éxito logrado y después de reagrupar el
grueso de las fuerzas en el ala izquierda, las tropas del Frente Central
desplegaron la ofensiva en la dirección de Kónotop. Con objeto de
contener el avance, el mando alemán reforzó la aviación que operaba en
aquella zona, hasta formar una agrupación do 400 aviones. Los cazas
enemigos protegían la retirada de sus tropas por las carreteras y los
lugares de carga y descarga de las mismas. Pero la superioridad en el
aire continuaba estando de parte de la aviación soviética.
Operando en estrecha interacción con las tropas
terrestres, el 16° ejército aéreo asestó golpes escalonados a los nudos
de resistencia del enemigo y a sus tropas en retirada en las carreteras
y pasos de los ríos. Al rechazar los contraataques del enemigo se le
atacaba con golpes concentrados, en los que participaban de 100 a 160
aparatos. El 5 de septiembre fueron atacadas las unidades del 2°
ejército de tanques alemán, que se disponía a contraatacar en la zona de
Kónotop. El enemigo perdió unos 100 camiones, 3 tanques, 32 cañones y
fueron destruidos 4 almacenes de municiones. Quedó aniquilada, además,
una compañía de infantería.
La aviación prestó también una gran ayuda a las tropas al
liberar la ciudad de Bajniach. En su intento de mantener en su poder
esta ciudad, importante nudo de carreteras y líneas férreas, el enemigo
ofreció una resistencia encarnizada. Los aparatos de asalto y bombardeo
soviéticos asestaron vigorosos golpes a los puntos de apoyo y a las
concentraciones de tropas fascistas. Nuestras tropas irrumpieron en la
ciudad, expulsando al enemigo.
Fueron muy eficaces las acciones de la aviación. Los
soldados y oficiales alemanes prisioneros declararon que una parte de la
45° división de infantería hitleriana, que había sido trasladada de
Komarichi a Pavlovski, fue atacada dos veces en el camino, quedando de
un regimiento nada más que un batallón. A consecuencia del bombardeo de
sus unidades concentradas en un soto al norte de Shvenchikov y en unos
barrancos próximos a Galinski y Pavlovski, los fascistas perdieron,
entre muertos y heridos, hasta el 80 % de sus contingentes. Además de
atacar a las tropas enemigas, la aviación bombardeó el transporte
ferroviario y los aeródromos, y además protegió a nuestras tropas en su
ofensiva y realizó el reconocimiento aéreo.
La lucha contra la aviación, se libró en los aeródromos y
en el aire. Fue muy afortunado el ataque al aeródromo de Kónotop el 3 de
septiembre, en el que participaron dos escuadrillas de bombarderos del
6° cuerpo mixto de aviación, los cuales destruyeron 10 aparatos
enemigos y averiaron 9.
Los combates aéreos más encarnizados, tuvieron lugar en
el período de la derrota de la agrupación alemana de Nezhin. En su
intento de impedir la llegada de nuestras tropas al Dniéper el mando
hitleriano realizó toda clase de esfuerzos a fin de mantener en su poder
la ciudad de Nezhin, importantísimo nudo ferroviario y cruce de
carreteras, que era el último punto de apoyo en la dirección de Kiev.
Los fascistas trataron de compensar con la aviación la insuficiencia de
tropas. Con ataques a las tropas y a la retaguardia inmediata a la línea
del frente el enemigo trataba de reducir el ritmo de nuestra ofensiva,
pero los cazas soviéticos protegían con toda firmeza a las tropas y
rechazaban a menudo las incursiones de la aviación alemana.
Continuando su ofensiva, las tropas del Frente Central
forzaron el Desná y llegaron al Dniéper, forzando sobre la marcha esta
gran barrera acuática al norte de Kíev. El paso del río, con el apoyo de
la aviación y la artillería, empezó el 22 de septiembre al amanecer. Al
anochecer, las unidades soviéticas se habían aferrado firmemente a la
cabeza de puente y al día siguiente avanzaron 35 km. El 30 de
septiembre fue ocupada también una cabeza de puente en la zona de Dímer
y al norte de esta población. El enemigo envió al lugar en que había
sido forzado el río unidades de cuatro divisiones de tanques, que
atacaron furiosamente, tratando de arrojar a nuestras tropas a la orilla
izquierda del Dniéper. La aviación hitleriana redobló sus ataques a
nuestras tropas y a los pasos del río.
El 16° ejército aéreo se incorporó inmediatamente a la
lucha por el mantenimiento de las cabezas de puente. Actuando con la
máxima tensión, sus tripulaciones bombardearon a las tropas fascistas
que contraatacaban y rechazaron con éxito las incursiones de la aviación
enemiga. Con el apoyo de la aviación, las tropas terrestres rechazaron
exitosamente numerosos ataques del enemigo y mantuvieron las cabezas de
puente.
Con la eficaz cooperación de la aviación, nuestras tropas
avanzaron hasta 200 km y su ala izquierda llegó al Dniéper y al Pripiat,
ocupando cabezas de puente en su orilla izquierda. Con ello se habían
creado condiciones favorables para que desarrollaran la ofensiva las
tropas de los frentes de Vorónezh y de la Estepa.
Habiendo rechazado todos los contraataques y derrotado a
la agrupación alemana de Zenkovski, las tropas del Frente de Vorónezh
envolvieron el 10 de septiembre a 8 divisiones enemigas por el flanco al
este de Priluka.
Las tropas del Frente de la Estepa, que habían emprendido
la ofensiva el 25 de agosto, asestaron el golpe principal a la
agrupación enemiga de Poltava y Kremenchug. Cuando su flanco izquierdo
fue envuelto por las tropas de Vorónezh, la agrupación alemana se vio
obligada a replegarse en dirección al Dniéper. Entre tanto, los
ejércitos aéreos 2° y 5° atacaron a las tropas enemigas que se retiraban
por las carreteras, puentes y pasos de los ríos y se dedicaron también a
aplastar los nudos de resistencia y los puntos de apoyo. En los
combates por Poltava se distinguieron extraordinariamente los aviones de
asalto y caza del 5° ejército aéreo (comandante en jefe, el general S.
Goriunov). Por el heroísmo y arrojo mostrado al liberar Poltava, la 266°
división de aviación de asalto (mandada por el coronel F. Rodiakin) y la
294° división de aviación de caza (mandada por el coronel V. Sujoriábov,
y desde el 27 de julio por el teniente coronel I. Taranenko) recibieron
la denominación honorífica «de Poltava».
Habiendo sido derrotadas en la zona de Poltava, las
tropas enemigas se retiraron en grandes columnas en dirección a
Kremenchug y empezaron a cruzar a la orilla derecha del Dniéper, por lo
que el 5° ejército aéreo se dedicó a bombardear los pasos del río. El 24
de septiembre fue asestado un golpe con 60 bombarderos y aparatos de
asalto, protegidos por 35 cazas. Luego de superar una intensa cortina de
fuego de la artillería antiaérea, los aviones llegaron al río, en el que
destruyeron un puente y dos pasarelas de pontones. Al no tener otros
medios para retirarse, las tropas estaban aglomeradas ante los pasos del
río. Cerca de Kremenchug, en la orilla izquierda del Dniéper, había unos
2.000 camiones formando varias filas, que fueron bombardeadas durante
los dos días siguientes.
En la segunda mitad de septiembre, contando con la activa
cooperación de la aviación, creció considerablemente el ritmo de la
ofensiva de nuestras tropas, que algunos días avanzaron de 30 a 40 km.
Ya el 21 de septiembre, las tropas del Frente de Vorónezh, y el 25 del
mismo mes las del Frente de la Estepa, llegaron al Dniéper al sur de
Kiev y Kremenchug, forzando el río sobre la marcha, lo que permitió
crear unas cuantas cabezas de puente. Los alemanes incrementaron en gran
escala su resistencia en tierra y en el aire, y contraatacando
reiteradamente, trataron de arrojar a nuestras tropas al Dniéper.
Debido a la ausencia de aeródromos en las proximidades
del Dniéper, nuestros aparatos de bombardeo y de asalto tuvieron que
operar en los primeros días desde largas distancias y con fuerzas
limitadas. Algunas unidades de aviación de caza, estacionadas en los
aeródromos de vanguardia, tuvieron que cumplir sus tareas con la máxima
tensión para oponerse a los bombardeos fascistas.
Durante toda la ofensiva nuestra aviación mantuvo el
dominio en el aire. El enemigo intentó repetidamente contener el avance
de nuestras tropas con ataques de su aviación de bombardeo, pero en
todos los casos tropezaron con la oposición de nuestros cazas. La
aviación hitleriana se mostró muy activa en los primeros días de
septiembre, durante los combates en la línea defensiva del río Merefa y
a finales de mes, cuando nuestras tropas forzaron el Dniéper. En la zona
de la cabeza de puente de Bukrinski se libraron los combates más
encarnizados. Durante el mes de septiembre se produjeron allí 211
combates aéreos, en los que el enemigo perdió 198 aviones.
Nuestros cazas actuaron con gran maestría y heroísmo al
proteger a nuestras tropas y escoltar a los aviones de bombardeo y de
asalto. El coronel N. Varchug, jefe del 737° regimiento de aviación de
caza y Héroe de la Unión Soviética, fue un ejemplo por su arrojo y
pericia. Al mando de un grupo de cazas que acompañaban a aviones de
asalto, al llegar a la zona del objetivo se encontró con 40 bombarderos
enemigos escoltados por 15 cazas, que se dirigían a atacar a nuestras
tropas. Habiendo dado la orden a su adjunto de que siguiera escoltando a
los aviones de asalto, Varchuk y otro piloto atacaron a los bombarderos
y con una ráfaga de cañón derribó uno de los aparatos fascistas. Al
salir del ataque, dos cazas hitlerianos se lanzaron contra el aparato de
Varchuk, pero el intrépido coronel abatió a los dos en ataques
frontales.
A pesar de las dificultades existentes, la aviación de
los tres frentes cumplió la tarea que le había sido encomendada. A
consecuencia de los ataques de la aviación soviética, el enemigo no pudo
llevarse un gran número de trenes cargados con material de guerra,
objetos robados y cereales. Gracias a su exitosa actividad, decenas de
miles de ciudadanos soviéticos pudieron eludir el ser enviados a la
esclavitud fascista.
En septiembre, las tropas del Frente Central, de Vorónezh
y el de la Estepa alcanzaron éxitos decisivos en la lucha entablada por
liberar la margen izquierda del Dniéper. En un frente de casi 600 km,
desde Lóev hasta Dniepropetrovsk, las tropas de los frentes llegaron al
Dniéper y ocuparon 21 cabezas de puente en su orilla derecha. En el
curso de la operación ofensiva avanzaron hacia occidente hasta 300 km y
liberaron casi toda la margen izquierda del Dniéper en Ucrania.
Simultáneamente a la ofensiva en dirección al Dniéper, se
luchó por liberar el Donbáss. El primero en iniciar la operación, el 13
de agosto, fue el Frente Sudoeste, cuya misión consistía en atacar desde
la zona de Izium en dirección a Barvenkovo, y Pavlograd, derrotar al
enemigo, avanzar hasta la zona de Zaporozhee y cortarle el camino de
retirada al Dniéper. Cinco días más tarde entró en acción el Frente Sur,
cuya misión consistía en romper la defensa del río Mius y, en
cooperación con el Frente Sudoeste, desarrollar la ofensiva en las
direcciones meridional y sudoeste.
La ofensiva de las tropas fue apoyada por los ejércitos
aéreos 17° y 8°, que tenían 1.400 aviones, en tanto que el enemigo
disponía de 1.100. Al empezar la operación ofensiva, el 17° ejército
aéreo, del que era comandante en jefe, el general V. Sudets, se dedicó
preferentemente a apoyar a las tropas del Frente Sudoeste, que a
finales de agosto forzaron el río Donetz septentrional, penetraron en la
defensa enemiga y se apoderaron de unos cuantos puntos de apoyo. En el
período preparatorio y durante la operación, el 17° ejército aéreo
realizó en agosto 16.188 misiones.
Las tropas del Frente Sur, con la cooperación del 8°
ejército aéreo, tras de romper la fuerte defensa del enemigo para
finales de agosto habían ampliado la ruptura hasta 80 km y avanzaron 50
km hacia el occidente, liberando la ciudad de Taganrog. Para contener la
ofensiva de nuestras tropas, el enemigo concentró hasta 650 aviones.
A pesar de la creciente resistencia de los cazas
enemigos, el 8° ejército aéreo mantuvo su dominio en el aire y prestó
una gran ayuda a las tropas terrestres, y en cooperación con ellas se
dedicó a machacar a la infantería, la artillería y los morteros. Después
de la ruptura de la zona táctica de la defensa, la aviación se dedicó a
apoyar a nuestras tropas en el cerco y aniquilamiento de la agrupación
enemiga de Taganrog y en la liberación de esta ciudad. Los aviadores
prestaron una gran ayuda a las tropas al rechazar los contraataques
enemigos. Por ejemplo, el 20 de agosto, cuando los fascistas con sus
ataques por el flanco casi aislaron a nuestras unidades de vanguardia al
norte de Taganrog, fueron llamados los aviones de asalto al campo de
batalla. Por medio de un potente golpe dispersaron a la infantería
enemiga, aplastaron sus bocas de fuego y ayudaron a nuestras tropas a
continuar la ofensiva.
Además de cumplir sus tareas de apoyo a las tropas, los
aviones de asalto atacaban algunas veces a los bombarderos enemigos,
impidiéndoles que pudieran llegar a nuestras posiciones. El 20 de
agosto, 11 aparatos del 655° regimiento de asalto, al mando del primer
teniente B. Kondakov, que en octubre de 1944 fue galardonado con el
título de Héroe de la Unión Soviética, al acercarse al objetivo al norte
de Taganrog descubrieron a un grupo de 50 bombarderos hitlerianos
protegidos por cazas. Viendo que esos aviones se dirigían hacia nuestras
posiciones los aparatos de asalto con los 4 cazas que les escoltaban
atacaron al enemigo, derribando 6 Ju-87 y un Me-109, después de lo cual
cumplieron la misión que se les había encomendado y regresaron al
aeródromo sin sufrir pérdida.131 También fue muy exitoso el
combate aéreo librado el 30 de agosto, cuando 6 IL-2 del mismo
regimiento al mando del capitán S. Grigorenko, atacaron a un gran grupo
de aviones alemanes y derribaron a 7.132
Además de apoyar a las tropas, el 8° ejército aéreo
atacaba a las reservas que se aproximaban a la zona del cerco,
interceptando su transporte ferroviario. La estación ferroviaria que
mayores ataques sufrió fue la de Uspénskaya, en la que los fascistas
habían concentrado grandes contingentes de tropas, trenes y almacenes.
Esa estación fue atacada violentamente durante varias jornadas, de día
y de noche. Fueron muy eficaces los golpes asestados por los aviones
Pe-2. El 22 de agosto por la noche esa estación fue bombardeada por los
Pe-2, haciendo volar 5 almacenes con municiones y combustible y
destruyendo 13 cañones y 12 camiones. Según declararon los vecinos del
lugar, después de cada bombardeo de los Pe-2 se formaban grandes
procesiones fúnebres en la guarnición alemana para enterrar a sus
muertos.
Incluyendo las acciones del período preparatorio, el 8°
ejército aéreo realizó en agosto 15.642 misiones.133 Fueron
arrojados sobre los objetivos enemigos cientos de toneladas de bombas
incendiarias y de fragmentación, 55.488 bombas antitanques y 11.753
proyectiles reactivos. En los 285 combates aéreos librados en ese
período fueron abatidos 280 aviones alemanes.134 Además
fueron destrozados 13 aviones en los aeródromos.
La derrota de la agrupación de Taganrog jugó un
importante papel en la ulterior liberación del Donbáss. Temiendo ser
cercado, el enemigo empezó a principios de septiembre a pasar a la
orilla derecha del Dniéper. En su persecución, las tropas del Frente
Sudoeste avanzaron en la profundidad del Donbáss. El 17° ejército aéreo,
del Frente Sudoeste, atacó noche y día a las tropas enemigas en el campo
de batalla y a las columnas que se retiraban por las carreteras.
Protegiendo su retaguardia, el enemigo intentó retirar organizadamente a
sus tropas. Para contener la ofensiva de nuestras unidades y poder hacer
circular los trenes que estaban congestionados en el sector de Slaviansk
y Cherkásskaya, el mando alemán desplegó el 9 de septiembre dos
divisiones nuevas frente al 34° cuerpo soviético de infantería. Gracias
a eso fue contenida la ofensiva de nuestras tropas,
y
fue requerida la presencia de la aviación de asalto, que
con un potente golpe en cooperación con la artillería ayudó a nuestras
tropas a superar la resistencia enemiga. Habiendo sufrido grandes
pérdidas, los fascistas se retiraron apresuradamente, abandonando gran
cantidad de material de guerra, medios de transporte, víveres y equipos.
Al retirarse del Donbáss, el enemigo trató de llevarse la
mayor cantidad posible de los bienes robados. Junto con las tropas en
retirada marchaba hacia el oeste un torrente ininterrumpido de trenes
cargados de equipos de las fábricas, trigo y ganado. La tarea de hacer
fracasar la evacuación fue encomendada a la aviación. A partir del 5 de
septiembre emprendió el cumplimiento de dicha tarea el 9° cuerpo mixto
de aviación, mandado por el general O. Tolstíkov. Los aparatos de
bombardeo y de asalto atacaron la estación de Lozovaya y la vía férrea
al este de Cherkásskaya, donde fueron destruidos 3 trenes con municiones
e inutilizada completamente la vía en una longitud de 1 km, lo que
provocó la suspensión del tráfico ferroviario en la vía Slaviansk-Cherkásskaya
También en otras direcciones se libró la lucha contra el
transporte ferroviario. Fue muy afortunado el ataque de la 305°
división de aviación de asalto, mandada por el coronel N. Mijévich. Un
grupo de 18 IL-2 de esta división asestó el 25 de agosto un golpe a los
almacenes de municiones instalados en la estación de Barnenkovo. Las
bombas y los proyectiles reactivos provocaron unos cuantos incendios.
Según declararon los ferroviarios, después de ese ataque ardieron los
almacenes y durante más de dos días se estuvieron produciendo
explosiones. A consecuencia del golpe quedaron destrozadas grandes
cantidades de municiones, víveres y equipos. En varios días no pudieron
circular trenes por la estación de Barvenkovo.
El enemigo adoptó medidas extremas para restablecer el
tráfico ferroviario en ese sector, pero los aparatos de asalto, de día,
y los de bombardeo Pe-2 de noche, siguieron atacando la vía lo que hizo
fracasar los trabajos de reparación. El enemigo tuvo que abandonar el
material de guerra y los objetos robados. Nuestras tropas se apoderaron
en ese sector de 40 trenes con trigo, tornos, metal, equipos y
medicamentos.135
A finales de agosto y primeros de septiembre la aviación
de bombardeo de largo radio de acción atacó también el transporte
ferroviario empleado para trasladar reservas a Ucrania. El 240°
regimiento de aviación de bombardeo destruyó 14 trenes e inutilizó en
unos cuantos lugares la vía férrea. La tripulación del piloto S. Krétov
bombardeó un nudo ferroviario destrozando cuatro trenes. Durante la
guerra, Krétov realizó 400 misiones contra objetivos ferroviarios,
aeródromos, tropas y material de guerra. Con la ayuda de su tripulación
destruyó o averió en los aeródromos unos 60 aviones y derribó en
combates aéreos 10 cazas. Por el cumplimiento exitoso de las tareas y
por su valentía y heroísmo, a principios del año 1944 fue concedido el
título de Héroe de la Unión Soviética el comunista Krétov, y al terminar
la guerra fue galardonado por segunda vez con ese título.
La exitosa actividad de la aviación contra el transporte
ferroviario y por carretera privó al enemigo de la capacidad de
maniobra, frustró la retirada planeada y la evacuación de sus tropas,
que sufrieron grandes pérdidas al replegarse. Sus caminos de retirada
estaban llenos de material de guerra destrozado y de cadáveres.
Nuestros aviadores impidieron al enemigo que se llevará a Alemania lo
que había robado y además, 60.000 ciudadanos soviéticos.136
Una vez expulsados los invasores de una gran parte del
Donbáss las tropas del Frente Sudoeste avanzaron hacia el Dniéper. El
17° ejército aéreo operaba en ese período en condiciones difíciles
debido a la insuficiencia de aeródromos. En su retirada, el enemigo
inutilizó los aeródromos y las pistas de aterrizaje y voló o minó los
edificios e instalaciones de los campos de aviación. Pero las unidades y
grandes unidades del 17° ejército aéreo, que tuvieron que hacer de 3 a 5
traslados a nuevos aeródromos, no quedaron a la zaga de las tropas a la
ofensiva. Incluso en los últimos días de la operación, en los combates
en los accesos a Zaporozhie, continuaron actuando con la misma tensión y
en unas cuantas jornadas realizaron 3.000 misiones.137
Continuando la ofensiva, a finales de septiembre las
tropas del Frente Sudoeste lograron un gran éxito. En casi todos los
sectores llegaron al Dniéper, ocuparon unas cuantas cabezas de puente en
su orilla derecha y entablaron combate en los accesos a Zaporozhie.
Contribuyó al éxito de nuestras tropas terrestres la
lucha enérgica de nuestra aviación contra la enemiga. Los ataques más
eficaces y aleccionadores fueron los emprendidos por el 175° regimiento
de aviación de asalto, mandado por el teniente coronel M. Zajárchenko.
El 28 de septiembre, ocho aviones IL-2, al mando del capitán M. Shniriov,
protegidos por 16 cazas, llegaron en vuelo rasante al aeródromo de
Kaiitserovka, el cual bombardearon desde una altura de 400 m. Después de
destruir o averiar 15 de los 20 aparatos que se encontraban allí, el
grupo regresó sin pérdidas a su aeródromo. El vuelo fue inesperado para
el enemigo, ya que cuando abrió fuego su artillería antiaérea nuestros
aviones se habían alejado del objetivo. También actuó con éxito el 955°
regimiento de aviación de asalto contra el aeródromo de Bliznetsi, en el
que destruyeron 18 aparatos y averiaron 8.
Fueron atacados repetidamente los aeródromos de
Barvenkovo, Kramaíorsk, Bliznetsi, Krasnoarmeisk, Dniepropetrovsk y
Kantserovka. En la revisión efectuada después de la ocupación de los
aeródromos y por las declaraciones de los vecinos de esas localidades se
pudo establecer que nuestra aviación había destruido allí 167 aviones
enemigos y averiado 35.
También fue muy exitosa la ofensiva de las tropas del
Frente Sur. Tras liquidar a la agrupación enemiga de Taganrog y llegar a
la zona de Ilovaisk, nuestras tropas amenazaban con cercar a la
agrupación fascista del Donbáss. Por esta razón, a principios de
septiembre se retiraron apresuradamente las tropas fascistas. Entonces,
nuestra aviación se dedicó a apoyar a las tropas soviéticas que
desarrollaban la ofensiva y a atacar a las columnas enemigas que se
retiraban.
Con la activa cooperación del 8° ejército aéreo, en
septiembre las tropas del Frente Sur cruzaron combatiendo todo el
Donbáss y liberaron muchas ciudades, comprendidas Dónetz, Mariúpol, (Zdánov)
y Osipenko (Berdiansk), y llegaron al río Molóchnaya.
En septiembre llegó al máximo el encarnizamiento en los
combates por forzar el Dniéper. Por carecer de suficientes reservas, el
enemigo trató de crear un cierto nivel de fuerzas en algunos sectores
por medio del traslado de tropas de otros sectores del frente. Pero la
aviación soviética descubrió, en muchos casos, la maniobra de los
fascistas y atacó las vías férreas y los nudos ferroviarios. Fue muy
eficaz la actividad del 16° ejército aéreo el 6 de octubre contra la
estación de Gómel, donde había un tren blindado y 10 trenes cargados.
Varios grupos de aviones, con un total de 250, en su ataque a esta
estación incendiaron 62 vagones, destruyeron 3 locomotoras, 20
plataformas y 40 camiones y averiaron el tren blindado.
En su intento de rechazar a nuestras tropas de las
cabezas de puente del Dniéper, el enemigo contraatacaba incesantemente
con el apoyo de grandes grupos de bombarderos. Se agudizó la lucha por
el dominio del aire. Los cazas de los ejércitos aéreos reforzaron la
protección de las agrupaciones de tropas más importantes y sobre todo
las cabezas de puente. En el cumplimiento de esta tarea, el personal de
vuelo dio ejemplo de valentía e intrepidez, con lo que causó grandes
pérdidas a la aviación enemiga. Sólo en el mes de octubre, el teniente
K. Evstignéiev derribó 12 aparatos fascistas en 9 combates aéreos. Por
el excelente cumplimiento de las tareas de combate y su valentía y
heroísmo, en agosto de 1944 fue galardonado con el título de Héroe de la
Unión Soviética y el 23 de febrero fue distinguido por segunda vez con
ese título por sus nuevas hazañas. En toda la guerra Evstignéiev realizó
300 misiones, participó en 120 combates aéreos, y abatió 56 aviones
enemigos.
La tenaz resistencia del enemigo no pudo hacer decaer el
ímpetu ofensivo de nuestras tropas. A la vez que rechazaban todos los
contraataques, continuaron hasta finales de octubre ampliando las
cabezas de puente y atacando en la dirección de Kiev, Kirovograd,
Krivoirog y en el norte de Tavrin. Apoyadas activamente por la
aviación, nuestras tropas liberaron Zaporozhie el 14 de octubre. El 24 y
25 de octubre liberaron Melitópol, Dniepropetrovsk y Dnieprodzerzhinsk y
en el curso inferior del Dniéper ocuparon una importante cabeza de
puente. El enemigo fue expulsado del norte de Tavrin y bloqueado por
tierra en Crimea. Como consecuencia de la ofensiva de los cinco frentes,
en agosto y septiembre de 1943 fueron liberadas ricas zonas agrarias de
Ucrania y la importante zona fabril del Donbáss. Las tropas soviéticas
infligieron una gran derrota al enemigo y llegaron en un amplio frente
al Dniéper, que forzaron sobre la marcha.
En las victorias obtenidas jugaron un importante papel
nuestras Fuerzas Aéreas. Para mantener el dominio en el aire y asegurar
con ello un elevado ritmo de la ofensiva, la aviación de los cinco
frentes realizó sólo en septiembre más de 90.000 misiones y arrojó sobre
los objetivos del enemigo 9.570 t de bombas y más de 55.000 proyectiles
reactivos.
El enemigo sufrió cuantiosas pérdidas. En los combates
aéreos perdió unos 2.000 aviones. La encarnizada pelea librada en el
firmamento de la margen izquierda del Dniéper y del Donbáss puso de
relieve, una vez más, la superioridad de la aviación soviética sobre la
alemana y constituyó un testimonio del incremento de la potencia de
nuestras Fuerzas Aéreas.
Después de llegar al Dniéper y ocupar cabezas de puente
en su orilla derecha, las tropas del Frente de Vorónezh (desde el 20 de
octubre se llamó 1° Frente Ucraniano), recibieron la orden de derrotar a
la agrupación enemiga de Kiev y liberar esta ciudad. Al empezar la
ofensiva, las tropas del frente sólo tenían superioridad cuantitativa
sobre el enemigo en la dirección principal.
Para impedir la ampliación de las cabezas de puente, el
enemigo no sólo se defendía tenazmente, sino que emprendía frecuentes
contraataques, que eran apoyados por incursiones masivas de su aviación.
Por ello, nuestra aviación de caza se dedicó enteramente a proteger a
las tropas en la orilla derecha y los pasos del río.
Del 12 al 15 de octubre nuestras tropas realizaron el
primer intento de romper la defensa enemiga en la cabeza de puente de
Bukrinski. En la noche de la víspera de la ofensiva nuestros bombarderos
realizaron 272 misiones en el sector de la ruptura. Durante el día,
todas las fuerzas del 2° ejército aéreo apoyaron a las tropas. La
aviación atacó las concentraciones de tropas, tanques y artillería del
enemigo y sus puntos de apoyo.
Con el apoyo de la aviación, nuestras tropas ampliaron la
cabeza de puente, pero no lograron mayores éxitos. El enemigo tuvo
tiempo de fortificarse muy bien y cubrió el sector relativamente pequeño
de las cabezas de puente con 10 divisiones, En cuanto se hizo evidente
que la situación creada no favorecía la ofensiva desde la cabeza de
puente de Bukrinski, por indicación del Gran Cuartel General del Alto
Mando Supremo el 1° Frente Ucraniano emprendió la ofensiva desde la
cabeza de puente de Liutezhki, al norte de Kiev.
Al empezar la ofensiva de noviembre se alteró algo la
correlación de fuerzas en el aire, que se niveló en cuanto al número de
aviones. El 2° ejército aéreo contaba con 603 aparatos, en tanto que el
enemigo disponía de 610.138 El 70% de la aviación alemana en
ese sector estaba constituida por aparatos de bombardeo.
El 1 de noviembre empezó la ofensiva en la cabeza de
puente de Bukrinski. Las tropas fueron apoyadas por la aviación. A pesar
de las desfavorables condiciones meteorológicas, el 2° ejército aéreo
realizó en dos días 640 misiones.139 En cuanto fue
desorientado el mando alemán, que empezó a enviar reservas a la cabeza
de puente de Bukrinski, la agrupación de choque del frente emprendió la
ofensiva desde la cabeza de puente de Liutezhki el 3 de noviembre.
El ataque de las tropas fue precedido de la preparación
de la artillería y la aviación. Los aparatos de asalto y de bombardeo
asestaron golpes al enemigo en las zonas de Pusha Vodina, Gorianka y
Priorka. Y aunque los fascistas resistieron tenazmente, los pilotos
soviéticos, inspirados por los éxitos logrados en la lucha por la
liberación de Kiev, capital de la Ucrania soviética, actuaron con
audacia y seguridad, frustrando los intentos de los hitlerianos de
rechazar nuestra ofensiva. Al no poder resistir los ataques de la
infantería y los tanques y los golpes de la aviación y la artillería,
al anochecer iniciaron la retirada. El 6 de noviembre por la mañana, las
tropas soviéticas liberaron Kiev y ampliaron la cabeza de puente hasta
230 km de longitud y 150 de profundidad.
En los combates aéreos hubo muchos casos en que los
pilotos soviéticos vencieron a sus enemigos gracias a la pericia y no
por medio de la superioridad numérica. El día en que fue superada la
resistencia de los fascistas en Kiev y nuestras tropas se lanzaron en
su persecución en la zona de Biélgorodka, Plesetskoe y Vasilkov,
acudieron para protegerlas 7 cazas al mando del capitán A. Vorozheikin.
Al llegar a la zona fijada recibieron por radio la orden de atacar a un
grupo de bombarderos alemanes, custodiados por 16 cazas, que volaban
desde el sudoeste. Luego de tomar altura, nuestros aviones salieron de
la parte del sol y atacaron de improviso a la escuadrilla que marchaba
en cabeza. Sorprendidos por el impetuoso y bien coordinado ataque, los
aviadores enemigos arrojaron las bombas sobre sus tropas. Aprovechando
la confusión producida, los pilotos soviéticos derribaron nueve aparatos
enemigos y regresaron a su base sin sufrir pérdidas.
Todas las unidades de aviación que
participaron en la liberación de Kiev recibieron un voto de gracia del
Alto Mando Supremo, y a las más destacadas (la 4° división de aviación
de asalto de la guardia, las divisiones de aviación de asalto 264° y
291°, la 8° división de aviación de caza de la guardia, la 256° división
de aviación de caza y la 208° división de bombardeo nocturno) les fue
conferida la denominación honorífica «de Kiev». Tres divisiones de
aviación fueron condecoradas por segunda vez con la orden de la Bandera
Roja.
Consciente de la amenaza que constituía
la ocupación de Kiev y de otras ciudades situadas más al oeste por
nuestras tropas, el mando alemán decidió recuperar el territorio perdido
en la margen derecha del Dniéper. Habiendo concentrado un gran número de
tanques, el enemigo pasó a la contraofensiva el 13 de noviembre contra
las tropas del 1° Frente Ucraniano, que avanzaban hacia occidente,
obligándolas a replegarse, pero no logró plenamente los objetivos que se
había propuesto.
Al rechazar la ofensiva del enemigo en el sector de
Fástov, la aviación del frente le asestó poderosos golpes del 12 al 15
de noviembre. El primer teniente I. Siomin dio un gran ejemplo de
abnegación. El 14 de noviembre, al frente de un grupo de 8 aparatos de
asalto IL-2, atacó a una columna de 70 tanques y camiones en la
carretera Jovtnevo-Kornin. Las bombas y proyectiles reactivos arrojados
por los aviones inutilizaron 7 tanques y 8 camiones, pero el avión del
jefe del grupo fue averiado por la artillería antiaérea. Prefiriendo la
muerte a caer prisionero, el intrépido piloto enfiló su aparato contra
la columna enemiga. El primer teniente Siomin y el ametrallador Bujlin
cayeron como dignos hijos de nuestra Patria.
Los demoledores golpes de nuestros aviones de asalto
desbarataron a menudo los planes del enemigo. El 22 de noviembre,
cuando 150 tanques enemigos y dos regimientos de infantería emprendieron
la ofensiva en la dirección de Stravishe y Visókoe, fueron atacados
durante 5 días por la 227° división de aviación de asalto, al mando del
coronel A. Lozhechníkov. El enemigo sufrió tantas bajas que se vio
obligado a suspender la ofensiva. El mando del 38° ejército, que se
defendía en este sector, evaluó altamente las acciones de la aviación de
asalto y expresó su gratitud a los aviadores.
El 2° ejército aéreo operó en diciembre contra los
tanques y la infantería motorizada del enemigo, así como contra los
trenes que se encontraban en las estaciones. Fueron de extraordinaria
potencia los golpes que asestaron al enemigo nuestros aviadores, del 12
al 15 de diciembre, cuando al mejorar las condiciones meteorológicas
pudieron actuar con grandes grupos de aparatos.
Habiendo rechazado la contraofensiva del enemigo, las
tropas del 1° Frente Ucraniano dieron por terminada la operación
ofensiva el 23 de diciembre. En ese período, el 2° ejército aéreo
realizó más de 20.000 misiones, causando enormes pérdidas al enemigo
en hombres y material. En 468 combates aéreos fueron derribados más de
300 aviones, con lo que quedó muy debilitada la agrupación de aviación
enemiga.
Las victorias de la aviación soviética se debieron a la
creciente potencia militar de la Unión Soviética, que proporcionó al
frente un número cada vez mayor de aviones de nuevos tipos. Y fue
también, a la vez, el resultado del enorme trabajo político del Partido.
La batalla del Dniéper fue un elocuente testimonio de las altas
cualidades morales de los aviadores soviéticos, cualidades que fueron
cultivadas por nuestro glorioso Partido Comunista. |