CAPÍTULO
V
La aviación en la contraofensiva de Stalingrado
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Durante casi año y medio, el Ejército Rojo combatió
tenazmente contra los ejércitos del bloque fascista. La grave situación
creada en el primer período de la guerra no doblegó al pueblo soviético
ni a sus Fuerzas Armadas. Cada día fue en aumento la resistencia del
Ejército Rojo. El enemigo no pudo lograr los objetivos de guerra
trazados para el verano de 1942.
Para entonces las Fuerzas Aéreas soviéticas se habían
transformado cualitativamente. La industria aceleraba el ritmo de
producción de aviones, armamento y municiones. Se elevó la capacidad de
supervivencia de los aviones gracias al aumento de la defensa blindada
de la tripulación y de los dispositivos más importantes, al
mejoramiento de los depósitos de combustible y de los medios para
combatir los incendios. En lo fundamental se había provisto a las
Fuerzas Aéreas de nuevos aviones, lo que creaba las premisas para un
cumplimiento más exitoso de las tareas de combate.
El mando y el estado mayor de las Fuerzas Aéreas del
Ejército Rojo tenían ya la suficiente experiencia en la organización y
realización de las acciones de combate en las grandes operaciones y en
la guerra en su conjunto. Mejoró la interacción de la aviación de los
diversos frentes y la maniobra de sus fuerzas en las direcciones
principales. Se fortaleció la retaguardia de la aviación, aunque no se
le pudo suministrar en la medida necesaria camiones y transporte
especial. Los batallones del servicio de aeródromo adquirieron
experiencia en el aseguramiento de los regimientos de aviación, en las
difíciles condiciones existentes. Se realizó de una manera más
organizada el estacionamiento de los aviones y mejoró la guardia y la
defensa terrestre de los aeródromos. Trabajaron infatigablemente los
ingenieros y técnicos, así como los combatientes de otros servicios de
las unidades de aviación a fin de preparar oportunamente los aviones
para los vuelos. En las Fuerzas Aéreas había ya muchos regimientos de
aviación condecorados y otros que habían sido distinguidos con la
denominación «de la Guardia».
Había terminado la reestructuración de los organismos
políticos. Al implantar el sistema del mando unipersonal prestaron
mayor atención a la elevación del prestigio de los jefes, al incremento
del trabajo educativo y a las condiciones de vida del personal.
Crecieron considerablemente las organizaciones del Partido y del
Komsomol de las unidades y grandes unidades, en las que ingresaron
aviadores jóvenes, una gran parte de los cuales se había formado en las
duras condiciones de los combates. De este modo, las Fuerzas Aéreas
soviéticas, se habían fortalecido mucho al llegar el otoño de 1942.
Las Fuerzas Aéreas alemanas, conjuntamente con sus
aliados, tenían en aquellos tiempos 3.300 aviones en el frente
soviético-alemán. Seguía atribuyéndose el papel principal a la aviación
de bombardeo, pero en la industria alemana a la vez se advertía la
tendencia al aumento de la producción de aparatos de caza. Mientras que
en 1941 sólo se construyó un 11% más de este tipo de aviones que de los
de bombardeo, en 1942, tal diferencia era ya del 27%.98
Llegaron al frente los cazas modificados Me-109F, Me-109G-2 y el nuevo
tipo de caza FW-190, cuyas cualidades técnicas y de vuelo eran algo
mejores que las de los cazas producidos anteriormente.
La potencia productiva de la industria de aviación
alemana seguía siendo muy grande. En 1942 produjo 15.400 aparatos, pero
no pudo reponer las pérdidas sufridas.
La situación en el aire a mediados de noviembre de 1942,
se caracterizaba por la elevación de la capacidad combativa y de la
actividad de nuestras Fuerzas Aéreas, que ya tenían superioridad
numérica sobre la aviación alemana.
El Alto Mando Supremo de la Unión Soviética decidió
arrebatar al enemigo la iniciativa en la conducción de la guerra en las
operaciones ofensivas del invierno de 1942 e imprimir un viraje radical
en el curso de la guerra. Se preveía asestar el golpe principal en la
dirección sudoeste, contra una de las agrupaciones de tropas enemigas
más potente y activa. En lo sucesivo se estipulaba desplegar una
impetuosa ofensiva en el ala meridional del frente soviético-alemán y
realizar a la vez una serie de operaciones para mejorar la situación de
nuestras tropas en las direcciones noroeste y oeste y levantar el
bloqueo de Leningrado.
Se encomendó efectuar la contraofensiva a los Frentes
Sudoeste, del Don y de Stalingrado, que contaban respectivamente con los
ejércitos aéreos 17°, 16° y 8°. A fin de reforzar los ejércitos aéreos
de los tres frentes, el Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo
envió de la reserva dos cuerpos mixtos de aviación y siete divisiones
independientes. Además, para colaborar con el Frente Sudoeste, fue
enviado desde el Frente de Vorónezh el 2° ejército aéreo. La dirección
de todas las fuerzas de aviación fue encomendada al general A. Nóvikov,
representante del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo para la
aviación, el cual se encontraba con un pequeño grupo operativo en la
zona de Stalingrado.
Teniendo en cuenta las unidades y grandes unidades de
refuerzo, al empezar la contraofensiva se habían concentrado 1.414
aviones, de los cuales 426 (Po-2, R-5 y SB) actuaron solamente do noche.
El enemigo tenía en esta dirección 1.216 aparatos.
Su prestó gran atención al reforzamiento de los frentes
con aviones de asalto. Para entonces, el biplaza de asalto IL-2 había
demostrado ser un magnífico aparato para actuar en el campo de batalla,
que cooperaba exitosamente con la infantería y los tanques en Ias
operaciones ofensivas y defensivas. Los 4 ejércitos aéreos contaban con
575 aviones IL-2.
Los ejércitos aéreos 17° y 16° fueron estacionados cerca
del sector de ruptura de la defensa enemiga. Las unidades del 8°
ejército aéreo se encontraban en la orilla derecha del Volga, a unos
100-150 km del sector de ruptura. Debido a la inexistencia de una
red ramificada de caminos y a la insuficiencia de medios de transporte,
los aeródromos de este ejército aéreo tenían una reserva limitada de
bencina y municiones. Al empezar la contraofensiva empezaron las
heladas, que dificultaban todavía más las comunicaciones con la orilla
derecha del Volga.
De acuerdo con los propósitos del Gran Cuartel General
del Alto Mando Supremo, las tropas de los tres frentes debían asestar
dos golpes muy potentes a los flancos del enemigo desde el noroeste y
el sur de Stalingrado en dirección convergente hacia Kalach y Sovietski
para cercar y aniquilar después a la agrupación enemiga.
A la aviación de los frentes se les encomendó la tarea de
proteger y apoyar durante la contraofensiva a las agrupaciones de
choque, sobre todo a los cuerpos de tanques y motorizados y realizar el
reconocimiento aéreo. Se prestó gran atención a la lucha contra la
aviación alemana. La conquista del dominio en el aire, era una de las
tareas más importantes de los ejércitos aéreos.
En base a las tareas encomendadas, los estados mayores de
la aviación elaboraron los documentos correspondientes para las
acciones de las Fuerzas Aéreas. El 8° ejército aéreo (comandante en
jefe, el general T. Jrinkin, adjunto para el trabajo político, el
comisario de brigada A. Vijorev y jefe del estado mayor, el coronel N.
Seleznov) debía dedicarse preferentemente, a apoyar a la agrupación de
choque del frente, integrada por los ejércitos 57° y 51°. Se planeó
realizar la preparación de aviación la víspera por la noche con los
aparatos de bombardeo Po-2 y mediante ataques de la aviación de asalto,
a los estados mayores y nudos de comunicaciones antes de emprender la
ofensiva.
Con el fin de facilitarle al 13° y 4° cuerpo de la
infantería motorizada la entrada en combate y la ofensiva en la
profundidad, se planificó con el 4° cuerpo de infantería y la aviación
de asalto, que debía atacar las bocas de fuego y las reservas enemigas y
proteger a las tropas terrestres contra la aviación enemiga, mediante el
patrullaje de los cazas. Para cooperar exitosamente con los cuerpos
mecanizados en la ofensiva en la profundidad, a cada uno de ellos le fue
asignado un regimiento de aviación de asalto y otro de caza.
A una división de aviación de bombardeo se le encomendó
atacar las reservas enemigas. Parte de las fuerzas de aviación tenía que
proteger y apoyar al 62° ejército por si el enemigo pasaba a la
ofensiva en la zona de su defensa.
Las primeras acciones del 8° ejército aéreo en la
operación ofensiva fueron planeadas como ataque aéreo, que estipulaba la
actividad ininterrumpida de la aviación en la preparación de la ruptura,
durante el ataque y al operar los tanques y la infantería en la
profundidad de la defensa enemiga.
En el 17° ejército aéreo (comandante en jefe del general
S. Krasovski, adjunto para el trabajo político el comisario de brigada
V.
Toimachov y jefe del estado mayor el coronel K. Telnov),
las divisiones de la aviación de caza y de asalto fueron subordinadas
operativamente a los comandantes en jefe de los ejércitos de tropas
terrestres y de tanques. Por indicación del general Vatutin, comandante
en jefe del Frente Sudoeste, se planeó el empleo masivo de la aviación
en el ataque a las reservas y a las divisiones de tanques y motorizadas
del enemigo.
En el 16° ejército aéreo (comandante en jefe, el general
S. Rudenko, adjunto para el trabajo político, el coronel A. Vinográdov y
jefe del estado mayor, el general M. Kosij) se planeó el ataque a
determinados objetivos, especificando éstos y las acciones para el
período de la ruptura de la zona táctica de la defensa enemiga.
A la aviación de bombardeo de largo radio de acción se le
planteó la tarea de actuar en la zona del Frente Sudoeste, con la
finalidad de destruir los aeródromos, nudos ferroviarios y estaciones y
de impedir el acercamiento de las reservas desde la profundidad.
De acuerdo con las tareas y los planes del empleo
combativo de la aviación fue realizado un reagrupamiento de fuerzas. A
fin de aumentar el apoyo a las tropas de choque del Frente Sudoeste
fueron enviadas tres divisiones de aviación del 2° ejército aéreo (comandante
en jefe, el general K. Smirnov, adjunto para el trabajo político el
general S. Romazánov y jefe del estado mayor, el coronel N. Stepánov),
perteneciente al Frente de Vorónezh al ala derecha del Frente Sudoeste.
Parte de las divisiones de aviación de los ejércitos aéreos 2°, 17° y 8°
fueron estacionadas en los aeródromos de vanguardia uno o dos días antes
de que empezara la ofensiva.
Para llevar a cabo la cooperación de la aviación con las
tropas terrestres fueron elaboradas unas tablas de planeamiento de las
acciones de las tropas terrestres y la aviación de los frentes; en los
estados mayores de los ejércitos de tropas terrestres había
representantes de la aviación con medios de comunicación por radio y en
el 5° ejército de tanques y el 21° ejército de tropas terrestres del
Frente Sudoeste se encontraban grupos operativos.
Para enmascarar la verdadera dislocación de las unidades
de aviación fueron construidos aeródromos ficticios. En el 8° ejército
aéreo, además de sus 25 aeródromos reales fueron construidos 19 falsos,
en 14 de los cuales se imitaron las instalaciones propias de los vuelos
nocturnos.
Los organismos políticos y las organizaciones del Partido
y del Komsomol trabajaron arduamente. Para educar al personal en el
espíritu de las tradiciones combativas del Ejército Rojo, fue
ampliamente difundido el llamamiento de los participantes en la defensa
de Tsaritsin a los defensores de la ciudad héroe (Stalingrado). La
víspera de la ofensiva, en las unidades y pequeñas unidades se
celebraron reuniones del Partido y del Komsomol para tratar de las
tareas de los comunistas y komsomoles en la futura operación y ese día
por la noche fue leída a todo el personal la orden emitida por los
consejos militares de los frentes.
El 19 de noviembre de madrugada, las tropas del Frente
Sudoeste pasaron a la contraofensiva después de una poderosa
preparación artillera. La niebla y el cielo encapotado impidieron que
la aviación cumpliera el plan trazado. Sólo algún que otro aparato de
asalto atacó a las tropas enemigas en la dirección del golpe principal
del 5° ejército de tanques.
Después de haber entrado en combate los cuerpos de
tanques 1° y 26°, las tropas del frente rompieron la zona táctica de la
defensa enemiga y avanzaron de 30 a 35 km. En 5 días de
operación, habiendo recorrido en combate 150 km, nuestras tropas
liberaron Kalach y ocuparon unos cuantos aeródromos del enemigo, lo que
le obligó a desplazar urgentemente su aviación a los aeródromos de
retaguardia, por lo que se redujo su actividad en la zona de la ofensiva
de nuestras tropas. Debido al mal tiempo, nuestra aviación continuaba
operando con fuerzas muy limitadas.
La contraofensiva de las tropas del Frente de Stalingrado
empezó el 20 de noviembre. El 8° ejército aéreo, debido a la niebla y a
la poca visibilidad, pudo actuar con fuerzas muy reducidas, que se
dedicaron a atacar los tanques y la infantería del enemigo y a proteger
a las unidades 13° y 4° de los cuerpos motorizados. En 4 días,
las tropas del frente avanzaron 115 km y liberaron la ciudad de
Sovietski. El 23 de noviembre se cerró el frente interno del cerco al
converger en la zona de Kalach con los cuerpos de tanques del Frente
Sudoeste. En esos días, pese a las condiciones meteorológicas
desfavorables, el 8° ejército aéreo realizó 340 misiones para proteger a
las tropas.
El 16° ejército aéreo, que apoyó la ofensiva de los
ejércitos 65° y 24° del Frente del Don, apenas pudo operar por las
desfavorables condiciones meteorológicas. En los primeros 5 días
realizó 238 misiones, atacando a las tropas y el material del enemigo
en el campo de batalla, las columnas de camiones y los aeródromos.
En total, mientras se tendió el cerco a la agrupación
enemiga nuestra aviación realizó unas 1.000 misiones. Los pilotos
soviéticos, actuando en una situación tan inadecuada, dieron muestras de
heroísmo y elevada maestría. Por ejemplo, el 21 de noviembre, la
tripulación de un IL-2, mandada por el capitán Goluviev, Héroe de la
Unión Soviética, atacó el aeródromo de las proximidades del sovjós «Pobeda
Oktiabriá». Al acercarse al objetivo fue cañoneado por la artillería
antiaérea. Luego de aplastar los cañones enemigos, la tripulación atacó
el aeródromo y destruyó 8 aviones enemigos. Al regresar a su base fue
atacado el IL-2 por varios cazas. En el combate fueron abatidos 2 Me-109
y el avión soviético volvió sin novedad a su aeródromo.
Víctor Goluviev fue galardonado con el título de Héroe de
la Unión Soviética el 12 de agosto de 1942 en Stalingrado y un año más
tarde, el 24 de agosto de 1943, por sus hazañas en la batalla de Kursk
fue destacado por segunda vez con ese título.
A partir del 24 de noviembre, mejoró algo el tiempo, lo
que permitió la activación de nuestra aviación. Desde entonces se
efectuaban ya diariamente unas 800 misiones para proteger a las grandes
unidades móviles que se encontraban a la ofensiva, atacar a las tropas y
a la técnica enemigas, realizar reconocimiento aéreo, bombardear los
aeródromos enemigos y transportar cargas al 62° ejército, que se hallaba
aislado de su retaguardia por haber empezado a helarse el Volga.
El impetuoso avance de las tropas soviéticas obligo al
enemigo a trasladar su aviación a aeródromos de retaguardia. Por ese
motivo y también por las pérdidas sufridas se redujo notablemente la
actividad de las Fuerzas Aéreas hitlerianas. Desde el 19 hasta el 30 de
noviembre, la aviación fascista sólo realizó un promedio de 115 misiones
diarias por término medio.
Los ejércitos aéreos de los frentes y la aviación de
bombardeo de largo radio de acción concentraron sus ataques a la
agrupación enemiga cercada. A finales de noviembre se le planteó una
nueva tarea a la aviación: la lucha contra la aviación de transporte
enemiga que trataba de abastecer por el aire a la agrupación cercada.
En las primeras semanas fueron empleados para realizar ese transporte
unos 600 aviones Ju-52, FW-200 y otros. Más adelante, debido a las
grandes pérdidas que sufrían, se utilizaron para ese fin los bombarderos
He-111 y Ju-88. A principios de diciembre empezaron a realizar los
vuelos en grupos de 20 a 40 aparatos, protegidos por la aviación de caza.
Para mantener el bloqueo aéreo de la agrupación cercada
en la zona de Stalingrado, que se prolongó hasta la capitulación del
enemigo, fue empleada una parte de las fuerzas de los ejércitos aéreos
17°, 16° y 8° y de la aviación de bombardeo de largo radio de acción.
La ofensiva iniciada a principios de diciembre por las
tropas de los frentes para liquidar a la agrupación cercada no
proporcionó grandes resultados. El enemigo resistía tenazmente. El 12
de diciembre, una poderosa agrupación de tanques enemiga emprendió la
ofensiva partiendo de la zona de Kotelnikov e hizo replegarse a las
tropas del 51° ejército.
Desde el 15 de diciembre, nuestra aviación, aprovechando
el mejoramiento del tiempo, operó activamente contra los tanques y la
infantería que habían emprendido la ofensiva y contra el transporte
ferroviario. Gracias a la lucha tenaz de nuestras tropas y aviación
fueron frustrados los intentos del enemigo de establecer contacto con la
agrupación cercada. El 24 de diciembre, la agrupación fascista de
Kotelníkovo se vio obligada a pasar a la defensiva y más adelante tuvo
que iniciar la retirada.
Del 20 al 23 de diciembre, el 8° ejército aéreo efectuó
758 misiones para atacar a los tanques y la infantería del enemigo, que
sufrió grandes bajas. A las tropas del 51° ejército se les prestó una
gran ayuda en el rechazamiento de la agrupación de tanques
Cuando la agrupación de choque enemiga llegó al río
Mishkov, la agrupación cercada emprendió acciones enérgicas,
concentrando para ello un gran número de tanques y nutridos contingentes
de infantería en la zona de Karpovka a fin de salir al encuentro de la
agrupación de tanques atacante, que se encontraba ya a unos 40-50
km del cerco. Los ejércitos aéreos 8° y 16° asestaron
sistemáticamente fuertes golpes a las tropas cercadas, haciéndoles
fracasar en su intento de romper el cerco. Cuando habían llegado los
combates a su punto más elevado de tensión en la línea del río Axái, el
18 de diciembre por la mañana, más de 100 aviones del 16° ejército aéreo
atacaron a la concentración de tropas enemigas en la zona de Karpovka.
Los alemanes, que sufrieron grandes pérdidas, se vieron forzados a
renunciar a los intentos de romper el cerco.
En vista de la ofensiva iniciada el 12 de diciembre por
la agrupación enemiga de Kotelnikovo, el Alto Mando Supremo de la Unión
Soviética decidió acelerar la operación ofensiva del Frente Sudoeste
para desbaratar los planes enemigos de romper el cerco de la agrupación
hitleriana. Las tropas del frente recibieron la orden de atacar desde
Verjne Mamón en dirección a Nizhne Astájov y Morosovsk a fin de salir a
la retaguardia de la agrupación enemiga de Koltelníkovo y aniquilarla
en cooperación con el 3° ejército de la Guardia y el 5° ejército de
tanques, que atacarían desde el este. Las tropas a la ofensiva contarían
con el apoyo del 6° ejército, del Frente de Vorónezh, que atacaría en la
dirección de Kantemirovka.
Para cooperar en la ofensiva se destacó 455 aviones de
los ejércitos aéreos 29° y 17°." El enemigo tenía también en ese sector
450 aviones. Pero ya el primer día de operaciones, la correlación de
fuerzas de la aviación cambió a nuestro favor por el refuerzo del 3°
cuerpo mixto de aviación, reorganizado de nuevo, que pertenecía al 17°
ejército aéreo.
Las tropas del Frente Sudoeste emprendieron la ofensiva
el 16 de diciembre. A causa del mal tiempo la aviación no pudo apoyar a
las tropas en las primeras horas de la operación. Debido a la
encarnizada resistencia del enemigo, nuestras unidades avanzaban
lentamente. Pero a mediodía mejoró el tiempo, lo que permitió a la
aviación realizar más de 200 misiones en el sector de la ofensiva.
Nuestros aviones bombardearon y ametrallaron los nudos de resistencia y
de concentración de tropas en las zonas de Tverdojlebovka, Tadchenskoe y
Boguchar y los aeródromos de Tatsínskaya y Morozovsk. Con ello se
aceleró el avance de las tropas. El 18 de diciembre al anochecer, las
grandes unidades de infantería, en cooperación con los cuerpos de
tanques y motorizados, apoyados por la aviación, rompieron la zona
fortificada de la defensa.
La actividad del 17° ejército aéreo, fue altamente
calificada por el comandante en jefe del 3° ejército de la Guardia,
general D. Leliuschenko, que escribió: «Los días 16 a 18 de diciembre de
1942, los pilotos actuaron formidablemente...»100
En eses días, el sargento Nukrén Abrírov, piloto
observador, repitió le hazaña del capitán Gastello al lanzar su avión
incendiado por la artillería antiaérea contra una concentración de
tanques fascistas. Abrírov fue galardonado post mortem con el
título de Héroe de la Unión Soviética.
En los primeros cinco días de la ofensiva, la aviación
que apoyaba a las tropas del Frente Sudoeste realizó 2.067 misiones y de
ellas 407 por la noche. La eficaz cooperación de las Fuerzas Aéreas
permitió a las tropas terrestres desarrollar el éxito y al anochecer del
21 de diciembre habían cortado todas las vías de retirada al 8° ejército
hitleriano. El 24° cuerpo de tanques fue el que alcanzó un mayor ritmo
de avance, progresando 240 km en cinco días. El día 24, con un
golpe de sorpresa, los tanquistas se apoderaron del aeródromo y de la
estación ferroviaria de Tatsínskaya, donde averiaron unos 350 aviones
hitlerianos y destruyeron 5 depósitos de municiones y 7 de víveres e
indumentaria. Al llegar las grandes unidades a esta zona, fue
interceptada la vía férrea que suministraba a la agrupación enemiga de
Tormósino.
Gracias a los éxitos del Frente Sudoeste fueron
derrotados el 8° ejército italiano y el ala izquierda del grupo de
ejércitos «Don». Nuestras tropas, con la cooperación de la aviación,
avanzaron de 100 a 150 km hacia occidente, alejando
considerablemente el cerco externo de la agrupación bloqueada e
impidiendo al enemigo prestarle ayuda. Del 16 al 31 de diciembre de
1942, los ejércitos aéreos 2° y 17° realizaron 4.177 misiones, de las
cuales más del 80% tuvieron por finalidad apoyar directamente a las
tropas terrestres.
En esos días, el 8° ejército aéreo, apoyó activamente a
las tropas terrestres en el aniquilamiento de la agrupación de
Kotelníkovo. En los primeros días de ofensiva del enemigo, nuestra
aviación ayudó a las tropas terrestres a desgastar y agotar a su
agrupación de tanques en encarnizados combates en la línea comprendida
entre Kotelníkovo y el río Mishkov y en lo sucesivo .apoyaron
activamente su ofensiva. Cuando el 2° ejército de la Guardia y el 5°
ejército empezaron a avanzar impetuosamente hacia el sur, el 8° ejército
aéreo se dedicó fundamentalmente a atacar a las tropas que retrocedían.
En ese período, una parte de las fuerzas del 8° ejército aéreo, el 16°
ejército aéreo y la aviación de bombardeo de largo radio de acción,
atacaron enérgicamente a la agrupación cercada y prestaron gran ayuda a
nuestras tropas al rechazar los intentos del enemigo de romper el cerco
interno.
En los encarnizados y tenaces combates de las
proximidades de Stalingrado dio muestras de excepcional valentía y
heroísmo el primer teniente
V.
Efrémov, jefe de una escuadrilla del 10° regimiento de
bombardeo de la guardia. Efrémov nació en Stalingrado, estudió en la
escuela de oficios y trabajó de electricista y en esa ciudad se hizo
piloto militar.
La escuadrilla de bombarderos SB mandada por Efrémov,
atacó repetidas veces a los aviones enemigos en sus aeródromos y
bombardeó a los tanques y la infantería en el campo de batalla y las
zonas de Kotelníkovo y Tormósino. Sólo en la batalla del Volga, Efrémov
efectuó unos cien vuelos. Por la valentía y heroísmo de que hizo gala en
los combates contra los invasores fascistas alemanes, Efrémov fue
galardonado el 1° de mayo de 1943, con el título de Héroe de la Unión
Soviética y el 24 de agosto le fue adjudicado por segunda vez ese
título.
En su cooperación con las tropas terrestres, la aviación
de bombardeo de largo radio de acción atacó las reservas, las vías
férreas y los aeródromos del enemigo. Del 19 de noviembre al 31 de
diciembre de 1942 realizó 962 misiones y arrojó sobre los objetivos más
de 900 toneladas de bombas y además transportó cargas a las
tropas del frente. En la batalla de Stalingrado se hizo famosa la
tripulación de komsomoles mandada por el famoso piloto Molodchi, Héroe
de la Unión Soviética.
Las bombas arrojadas por Molodchi aniquilaron a decenas
de hitlerianos, destruyeron depósitos de municiones y bencina,
incendiaron trenes y estaciones, destrozaron pasos y puentes de los
ríos además de otros objetivos militares. En la batalla del Volga a
menudo se realizaron dos vuelos cada noche. Al terminar el año 1942 fue
hecho el balance de la actividad de la tripulación, que resultó ser
impresionante. Molodchi y sus compañeros habían volado 190.000 km
sobre el territorio enemigo y arrojado más de 200 ton de bombas en
objetivos militares e industriales, así como sobre las tropas
hitlerianas. Por sus destacados méritos en la lucha contra los invasores
fascistas y por la valentía y heroísmo de que había hecho gala, Molodchi
fue galardonado por segunda vez con el título de Héroe de la Unión
Soviética. Este fue el primer piloto de la aviación de bombardeo de
largo radio de acción que recibía dos veces el mencionado título. El
observador de la tripulación, S. Kulikov, también fue distinguido con
ese título.
Después de la derrota de las agrupaciones enemigas de
Kotelníkovo y Tormósino al enemigo no le quedó más que un medio de
suministro a su agrupación cercada si quería prolongar su resistencia:
la vía aérea. La aviación enemiga sufría enormes pérdidas, había
aumentado la distancia entre los frentes interno y externo del cerco.
Sin embargo, el mando alemán no renunció a sus propósitos de suministrar
por aire a la agrupación cercada en la zona de Stalingrado.
La lucha contra la aviación se convirtió en la principal
tarea de las Fuerzas Aéreas soviéticas. La mayoría de los aeródromos
desde los que actuaba la aviación alemana se encontraban de 250 a 350
km de la zona del cerco, por lo que era imposible que los cazas
escoltaran a los aviones de bombardeo o transporte. Por esa razón
volaban sólo de noche y únicamente cuando las condiciones
meteorológicas eran desfavorables lo hacían de día. Aprovechando que en
la parte meridional del cerco no existía una línea del frente compacta y
a que no teníamos allí aeródromos, una parte de los aviones enemigos
volaban por esa zona hasta la orilla izquierda del Volga y después
giraban al norte para llegar a la zona de Stalingrado desde el este. En
tal situación nuestro mando sintió la necesidad de organizar un bloqueo
circular de la agrupación cercada. La lucha contra la aviación enemiga
adquirió la máxima importancia.
Al otro lado del frente externo del cerco, nuestros
aparatos de bombardeo y asalto destruían los aviones alemanes en sus
aeródromos. Se dedicaban a esta actividad los regimientos de los
ejércitos aéreos 17° y 8° y la aviación de bombardeo de largo radio de
acción. Fue muy afortunado el ataque efectuado el 9 de enero al
aeródromo de Salsk, donde se encontraban unos 150 aviones de transporte.
En ese ataque participaron siete aparatos IL-2, al mando del capitán
I.
Bajtin, acompañados de cazas. La primera pasada sobre el
aeródromo fue realizada de imprevisto, pues los IL-2 salieron de detrás
de las nubes. Los aparatos de asalto dieron seis pasadas sobre el
objetivo, al que bombardearon y lanzaron proyectiles reactivos; además
lo cañonearon y ametrallaron. En total fueron destruidos o averiados
más de 70 aviones Ju-52.101
En cada uno de los cinco sectores de los frentes exterior
e interior del cerco, patrullaban cazas en las direcciones probables de
vuelo del enemigo y también fue montada la guardia en los aeródromos de
la aviación de caza y de asalto a fin de despegar en cuanto se recibiera
la llamada de los puntos de observación y dirección de vuelos. En una
franja de 8 a 10 km de profundidad adyacente a la zona del cerco,
la aviación enemiga era atacada por la artillería antiaérea.
Nuestra aviación atacaba día y noche a los aviones
enemigos en el aire y en los aeródromos de los distritos de Bolehaya
Rassoshka, Karpovka y Gumrak. Los aparatos Pe-2 bloqueaban por la noche
los aeródromos enemigos y atacaban a los aviones fascistas cuando se
encontraban cargando.
La lucha contra los aparatos de transporte enemigos, fue
muy exitosa. En la zona de Bolshij Chepurinkov, 18 aviones de la 235°
división de aviación de caza, al mando del coronel
I.
Podgorni, jefe de la misma, atacaron a 16 aparatos de
transporte que se dirigían con carga a la zona del cerco. En la primera
pasada fueron derribados nueve Ju-52, de los cuales cinco ardieron en el
aire y los demás tuvieron que aterrizar sobre el fuselaje, 8 aviadores
hitlerianos fueron hechos prisioneros. Los otros siete Ju-52 trataron de
regresar hacia su aeródromo, pero fueron alcanzados por nuestros cazas,
que derribaron a otros 6. Solamente un aparato alemán logró pasar la
línea del frente. Los aviones de asalto destruían a los aparatos de
transporte en el aire y en los aeródromos, en el frente exterior y en la
zona del cerco. Como poseían un poderoso armamento, los IL-2 se
aproximaban a muy poca distancia de los aviones enemigos, los destruían
con ráfagas de ametralladora y cañón y también con proyectiles
reactivos.
El bloqueo aéreo de la agrupación cercada alcanzó en lo
fundamental sus objetivos. En los combates aéreos y en los aeródromos
fueron destruidos unos 1.200 aparatos, siendo el 80 % de transporte y
bombardeo. Las tropas cercadas recibían un racionamiento de hambre y
además sufrían enorme escasez de municiones y bencina, lo que contribuyó
a reducir su capacidad combativa y su moral. Fracasó el plan del mando
hitleriano de suministrar por el aire a aquella gran agrupación cercada,
lo que creó las premisas para su completo aniquilamiento.
En el período del bloqueo aéreo, cumplió con éxito su
misión la aviación de bombardeo de largo radio de acción. En ese período
fue ejemplo de valentía y de maestría en el cumplimiento de las tareas
de combate el teniente observador
V.
Señkó. En las noches completamente nubladas conducía con
toda precisión el aparato a los nudos ferroviarios, a los lugares de
concentración de tropas y a los aeródromos, donde asestaba golpes muy
sensibles al enemigo. Al señalar inequívocamente los objetivos, el
intrépido observador Señkó prestó una gran ayuda a sus compañeros en el
cumplimiento exitoso de las misiones encomendadas. Por su valentía y
arrojo en el cumplimiento de las tareas de combate, el 25 de marzo de
1943 Señkó fue galardonado con el título de Héroe de la Unión Soviética.
En lo sucesivo, condujo muchas veces más con absoluta precisión a grupos
de aviones de bombardeo de largo radio de acción a la retaguardia
profunda del enemigo donde asestó golpes demoledores a los nudos
ferroviarios, puentes, depósitos de combustible y municiones y a otros
importantes objetivos. Durante la guerra Señkó efectuó 430 misiones de
combate. La Patria evaluó altamente sus méritos, otorgándole por
segunda vez el título de Héroe de la Unión Soviética.
Después que el Frente de Stalingrado fue convertido el 30
de diciembre de 1942 en Frente Sur y emprendió la ofensiva en la
dirección de Rostov, la tarea de aniquilar a la agrupación cercada fue
encomendada al Frente del Don, correspondiendo al 16° ejército aéreo
mantener el bloqueo en el aire de la agrupación cercada. Tras haber
fracasado los intentos del enemigo de romper el cerco de la agrupación
sitiada, el mando soviético decidió aniquilarla definitivamente.
En enero de 1943 cambió bruscamente a nuestro favor la
situación en el aire. Los aeródromos del enemigo se encontraban a gran
distancia y sus cazas no podían operar en la zona del cerco. El parque
del 16° ejército aéreo contaba con 610 aviones y todas sus fuerzas se
dedicaron a apoyar al 65° ejército, que asestaba el golpe principal.
Para asegurar la cooperación con las tropas terrestres,
fueron organizados dos puestos auxiliares de dirección y a lo largo de
la línea del frente, fueron montadas cuatro estaciones de radio.
Después de haber sido rechazado el ultimátum del mando
soviético acerca de la capitulación, en la madrugada del 10 de enero de
1943 las tropas del Frente del Don emprendieron la ofensiva después de
una potente preparación de la artillería y la aviación. El 16° ejército
aéreo apoyó activamente a las tropas terrestres en la ruptura de la zona
táctica de la defensa, realizando durante la jornada 676 misiones. Sus
golpes fueron enfilados contra las tropas, los nudos de resistencia y
los estados mayores. Fueron muy bien bloqueados desde el aire los
aeródromos de Bolshaya Rossoshka y Pitómnik. Actuaron muy enérgicamente
las tripulaciones del 2° cuerpo de aviación de bombardeo (jefe el
general
I.
Turkel), que el primer día de la operación realizó 172
misiones.
El enemigo cercado, se resistía tenazmente y a menudo
emprendía contraataques, que eran rechazados por las tropas terrestres
con la cooperación de la aviación. El 12 de enero al anochecer, nuestras
tropas ocuparon la parte occidental del territorio ocupado por la
agrupación cercada. También se desarrollaban con éxito las acciones en
el sector meridional. Presionado por las tropas del 57° ejército, el
enemigo inició la desbandada el 15 de enero por la mañana en dirección a
Stalingrado y 6 días más tarde fue derrotado.
El mando soviético volvió a proponer la capitulación por
segunda vez, pero también en esa ocasión fue rechazado. El 22 de enero
las tropas soviéticas emprendieron el fraccionamiento y aniquilamiento
de la agrupación enemiga. El 24 de enero a la caída del día nuestras
tropas llegaron a las afueras sudoeste y oeste de la ciudad y al día
siguiente se unieron a las tropas del 62° ejército, que se encontraban
en la propia ciudad. La agrupación enemiga quedó dividida en dos partes,
empezando la rendición de grandes unidades completas. El 31 de enero
capituló el grupo de tropas del sur, mandadas por el mariscal de campo
Paulus y el 2 de febrero capituló el grupo norte.
El 16° ejército aéreo y la aviación de bombardeo de largo
radio de acción, a partir del 14 de enero y hasta la plena liquidación
de la agrupación cercada, apoyaron activamente a las tropas terrestres
atacando a las tropas y el material del enemigo y destruyendo sus
aviones en los aeródromos.
El dominio en el aire, conquistado al iniciar la
contraofensiva, ayudó mucho a nuestras tropas, mientras que los aparatos
de bombardeo y asalto actuaron en la primera mitad de enero en grupos de
3 a 9 aviones y daban una o dos pasadas, en la segunda mitad de ese mes
realizaban ya de 4 a 6 pasadas sobre el objetivo, arrojando en cada una
de ellas una o dos bombas y disparando con los cañones y ametralladoras.
Los grupos de bombardeo estaban formados por unos 40 aparatos.
Durante los combates, no sólo los pilotos derrochaban
valor e intrepidez, sino también el personal técnico. El 15 de enero, un
aparato de bombardeo fue averiado por la aviación de caza enemiga,
quedando inutilizado el panel de instrumentos y además se produjo un
incendio. El técnico, teniente
V.
Opólev, que formaba parte de la tripulación, a pesar de
encontrarse gravemente herido trató de apagar el incendio y con grandes
esfuerzos logró sofocar el foco de fuego y reparó la avería, lo que
permitió cumplir la tarea de combate encomendada y regresar felizmente
al aeródromo.
Durante todo el tiempo de preparación y realización de la
operación de exterminio de la agrupación cercada, del 1° de enero al 2
de febrero, el 16° ejército aéreo y la aviación de bombardeo de largo
radio de acción llevaron a cabo más de 10.000 misiones. A nuestras
tropas terrestres se les prestó una gran ayuda.
En el transcurso de la contraofensiva del Ejército Rojo
en el ala sur del frente soviético-alemán fue derrotada una de las
mayores agrupaciones estratégicas del enemigo. Desde el 19 de noviembre
de 1942 hasta el 2 de febrero de 1943, los ejércitos aéreos 2°, 17°,
16°, 8° y la aviación de bombardeo de largo radio de acción realizaron
35.929 misiones. La aviación enemiga sólo llevó a cabo 18.500 acciones.
La aviación soviética arrojó 141.000 bombas, 2.720 cápsulas con
sustancias inflamables y 30.000 proyectiles reactivos. Las tropas
enemigas sufrieron enormes pérdidas y su aviación perdió unos 3.000
aparatos desde el 19 de noviembre hasta el 31 de enero de 1943.192
Por la intrepidez, firmeza y heroísmo de las
tripulaciones en la pelea contra los invasores alemanes, se distinguió
por primera vez con la denominación «de la Guardia» a las divisiones de
caza 220° y 268°, a las de asalto 228° y 226°, a la de bombardeo 263 y a
la de bombardeo nocturno 272°, a las de la aviación de bombardeo de
largo radio de acción 3°, 17° y 24° y a la 102° de aviación de caza de
la Defensa Antiaérea, que eran mandadas respectivamente por los
coroneles A. Utin, B. Sídnev, G. Komarov, por el teniente coronel F.
Boldirijin, los coroneles F. Dobish y P. Kuznetsov, el general D.
Yujánov, el general E. Loguínov, el teniente coronel B. Bitskin y el
teniente coronel
I.
Puntus. En el 8° ejército aéreo, 17 pilotos fueron
galardonados con el título de Héroe de la Unión Soviética y 3.000 fueron
condecorados con órdenes y medallas. En el firmamento del Volga se
cubrieron de gloria los pilotos héroes I. Polbin,
I.
Kléschev,
V.
Lavrinenkov, A. Aleliujin,
V.
Makárov, I. Motorni, Z. Semenok, Amet-Jan Sultán,
V.
Goúbev,
V.
Efrémov.
I.
Borísov y muchos otros. Por su participación en los
combates de Stalingrado recibieron denominaciones honoríficas, 2 cuerpos,
12 divisiones y 21 regimientos de aviación.
Durante la contraofensiva se aplicó, aún en mayor escala
que en las operaciones anteriores, la maniobra y la concentración de la
aviación en la dirección de los golpes principales de las tropas
terrestres. Para organizar la interacción de los distintos tipos de
aviación, estuvo casi todo el tiempo en la zona de operaciones, el
mariscal A. A. Nóvikov, comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas del
Ejército Rojo. Como representante del Gran Cuartel General del Alto
Mando Supremo para la aviación, participó en los planes de la
contraofensiva, estableció la tensión combativa de la aviación,
distribuyó sus reservas y se ocupó de los problemas del suministro de
material para asegurar la actividad de las Fuerzas Aéreas.
La aviación soviética adquirió experiencia en la
organización y realización de las acciones de combate al cercar y
aniquilar a la agrupación enemiga.
En el transcurso de la ofensiva, la dirección de la
aviación estuvo centralizada en lo fundamental en todos los ejércitos
aéreos. En la dirección de los golpes principales fueron instalados
puestos auxiliares de dirección. La experiencia de su labor fue recogida
en las instrucciones de las Fuerzas Aéreas, elaboradas en mayo de 1943.
El principal medio de dirección de la aviación, tanto en tierra como en
el aire, fue la radio.
Conjuntamente con la aviación militar, en las operaciones
participaron cientos de aviones de la aviación civil, que cumplieron
tareas de transporte de cargas, mantuvieron el enlace entre los estados
mayores y las unidades de vanguardia y evacuaron heridos. Durante la
batalla del Volga, esa aviación realizó más de 46.000 misiones,
transportó alrededor de 31.000 combatientes y 2.587 toneladas de carga,
lo que le mereció una elevada calificación. Cientos de pilotos,
observadores, ingenieros y mecánicos fueron condecorados con órdenes y
medallas.
La retaguardia de la aviación adquirió una gran
experiencia de trabajo. Durante la operación, sus unidades aprendieron a
asegurar a la perfección la actividad combativa de las Fuerzas Aéreas
en invierno, elevando el ritmo de ofensiva de las tropas terrestres.
Para el transporte y suministro de las unidades de
aviación, se empleó también, satisfactoriamente, la aviación de
transporte.
Uno de los índices más elocuentes de la eficiencia del
trabajo político del Partido, fue el incremento de sus filas y de las
del Komsomol. Según datos incompletos, en el transcurso de los combates
librados entre los ríos Don y Volga, fueron admitidos en el Partido
3.353 combatientes y en el Komsomol 863 de los ejercites aéreos 8°, 16°
y 17°.
Las victorias alcanzadas por el Ejército Rojo en la
batalla del Volga, modificaron, radicalmente, la situación en otros
sectores del frente soviético-alemán y crearon condiciones favorables
para expulsar en masa a los invasores de los límites de la Unión
Soviética. |