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LAS FUERZAS AÉREAS SOVIÉTICAS EN LA GRAN GUERRA PATRIA DE LOS AÑOS 1941-1945

 

CAPÍTULO V

La aviación en la contraofensiva de Stalingrado

 

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Durante casi año y medio, el Ejército Rojo combatió tenaz­mente contra los ejércitos del bloque fascista. La grave situación creada en el primer período de la guerra no doblegó al pueblo soviético ni a sus Fuerzas Armadas. Cada día fue en aumento la resistencia del Ejército Rojo. El enemigo no pudo lograr los objetivos de guerra trazados para el verano de 1942.

Para entonces las Fuerzas Aéreas soviéticas se habían trans­formado cualitativamente. La industria aceleraba el ritmo de producción de aviones, armamento y municiones. Se elevó la capacidad de supervivencia de los aviones gracias al aumento de la defensa blindada de la tripulación y de los dispositivos más importantes, al mejo­ramiento de los depósitos de combustible y de los medios para com­batir los incendios. En lo fundamental se había provisto a las Fuerzas Aéreas de nuevos aviones, lo que creaba las premisas para un cumplimiento más exitoso de las tareas de combate.

El mando y el estado mayor de las Fuerzas Aéreas del Ejér­cito Rojo tenían ya la suficiente experiencia en la organización y realización de las acciones de combate en las grandes opera­ciones y en la guerra en su conjunto. Mejoró la interacción de la aviación de los diversos frentes y la maniobra de sus fuerzas en las direcciones principales. Se fortaleció la retaguardia de la aviación, aunque no se le pudo suministrar en la medida necesaria camiones y transporte especial. Los batallones del servicio de ae­ródromo adquirieron experiencia en el aseguramiento de los regi­mientos de aviación, en las difíciles condiciones existentes. Se realizó de una manera más organizada el estacionamiento de los aviones y mejoró la guardia y la defensa terrestre de los aeró­dromos. Trabajaron infatigablemente los ingenieros y técnicos, así como los combatientes de otros servicios de las unidades de aviación a fin de preparar oportunamente los aviones para los vuelos. En las Fuerzas Aéreas había ya muchos regimientos de aviación condecorados y otros que habían sido distinguidos con la denominación «de la Guardia».

Había terminado la reestructuración de los organismos polí­ticos. Al implantar el sistema del mando unipersonal prestaron mayor atención a la elevación del prestigio de los jefes, al incre­mento del trabajo educativo y a las condiciones de vida del per­sonal. Crecieron considerablemente las organizaciones del Partido y del Komsomol de las unidades y grandes unidades, en las que ingresaron aviadores jóvenes, una gran parte de los cuales se había formado en las duras condiciones de los combates. De este modo, las Fuerzas Aéreas soviéticas, se habían fortalecido mucho al llegar el otoño de 1942.

Las Fuerzas Aéreas alemanas, conjuntamente con sus aliados, tenían en aquellos tiempos 3.300 aviones en el frente soviético-alemán. Seguía atribuyéndose el papel principal a la aviación de bombardeo, pero en la industria alemana a la vez se advertía la tendencia al aumento de la producción de aparatos de caza. Mientras que en 1941 sólo se construyó un 11% más de este tipo de aviones que de los de bombardeo, en 1942, tal diferencia era ya del 27%.98 Llegaron al frente los cazas modificados Me-109F, Me-109G-2 y el nuevo tipo de caza FW-190, cuyas cualidades técnicas y de vuelo eran algo mejores que las de los cazas produ­cidos anteriormente.

La potencia productiva de la industria de aviación alemana seguía siendo muy grande. En 1942 produjo 15.400 aparatos, pero no pudo reponer las pérdidas sufridas.

La situación en el aire a mediados de noviembre de 1942, se caracterizaba por la elevación de la capacidad combativa y de la actividad de nuestras Fuerzas Aéreas, que ya tenían superioridad numérica sobre la aviación alemana.

El Alto Mando Supremo de la Unión Soviética decidió arre­batar al enemigo la iniciativa en la conducción de la guerra en las operaciones ofensivas del invierno de 1942 e imprimir un viraje radical en el curso de la guerra. Se preveía asestar el golpe prin­cipal en la dirección sudoeste, contra una de las agrupaciones de tropas enemigas más potente y activa. En lo sucesivo se estipu­laba desplegar una impetuosa ofensiva en el ala meridional del frente soviético-alemán y realizar a la vez una serie de operaciones para mejorar la situación de nuestras tropas en las direcciones noroeste y oeste y levantar el bloqueo de Leningrado.

Se encomendó efectuar la contraofensiva a los Frentes Sudoeste, del Don y de Stalingrado, que contaban respectivamente con los ejércitos aéreos 17°, 16° y 8°. A fin de reforzar los ejércitos aéreos de los tres frentes, el Gran Cuartel General del Alto Mando Su­premo envió de la reserva dos cuerpos mixtos de aviación y siete divisiones independientes. Además, para colaborar con el Frente Sudoeste, fue enviado desde el Frente de Vorónezh el 2° ejército aéreo. La dirección de todas las fuerzas de aviación fue encomendada al general A. Nóvikov, representante del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo para la aviación, el cual se encontraba con un pequeño grupo operativo en la zona de Stalingrado.

Teniendo en cuenta las unidades y grandes unidades de refuerzo, al empezar la contraofensiva se habían concentrado 1.414 aviones, de los cuales 426 (Po-2, R-5 y SB) actuaron solamente do noche. El enemigo tenía en esta dirección 1.216 aparatos.

Su prestó gran atención al reforzamiento de los frentes con aviones de asalto. Para entonces, el biplaza de asalto IL-2 había demostrado ser un magnífico aparato para actuar en el campo de batalla, que cooperaba exitosamente con la infantería y los tanques en Ias operaciones ofensivas y defensivas. Los 4 ejércitos aéreos contaban con 575 aviones IL-2.

Los ejércitos aéreos 17° y 16° fueron estacionados cerca del sector de ruptura de la defensa enemiga. Las unidades del 8° ejército aéreo se encontraban en la orilla derecha del Volga, a unos 100-150 km del sector de ruptura. Debido a la inexistencia de una red ramificada de caminos y a la insuficiencia de medios de transporte, los aeródromos de este ejército aéreo tenían una reserva limitada de bencina y municiones. Al empezar la con­traofensiva empezaron las heladas, que dificultaban todavía más las comunicaciones con la orilla derecha del Volga.

De acuerdo con los propósitos del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo, las tropas de los tres frentes debían asestar dos golpes muy potentes a los flancos del enemigo desde el nor­oeste y el sur de Stalingrado en dirección convergente hacia Kalach y Sovietski para cercar y aniquilar después a la agrupación enemiga.

A la aviación de los frentes se les encomendó la tarea de pro­teger y apoyar durante la contraofensiva a las agrupaciones de choque, sobre todo a los cuerpos de tanques y motorizados y rea­lizar el reconocimiento aéreo. Se prestó gran atención a la lucha contra la aviación alemana. La conquista del dominio en el aire, era una de las tareas más importantes de los ejércitos aéreos.

En base a las tareas encomendadas, los estados mayores de la aviación elaboraron los documentos correspondientes para las ac­ciones de las Fuerzas Aéreas. El 8° ejército aéreo (comandante en jefe, el general T. Jrinkin, adjunto para el trabajo político, el comisario de brigada A. Vijorev y jefe del estado mayor, el coronel N. Seleznov) debía dedicarse preferentemente, a apoyar a la agru­pación de choque del frente, integrada por los ejércitos 57° y 51°. Se planeó realizar la preparación de aviación la víspera por la noche con los aparatos de bombardeo Po-2 y mediante ataques de la aviación de asalto, a los estados mayores y nudos de comunica­ciones antes de emprender la ofensiva.

Con el fin de facilitarle al 13° y 4° cuerpo de la infantería motorizada la entrada en combate y la ofensiva en la profundidad, se planificó con el 4° cuerpo de infantería y la aviación de asalto, que debía atacar las bocas de fuego y las reservas enemigas y proteger a las tropas terrestres contra la aviación enemiga, mediante el patrullaje de los cazas. Para cooperar exitosamente con los cuerpos mecanizados en la ofensiva en la profundidad, a cada uno de ellos le fue asignado un regimiento de aviación de asalto y otro de caza.

A una división de aviación de bombardeo se le encomendó atacar las reservas enemigas. Parte de las fuerzas de aviación tenía que proteger y apoyar al 62° ejército por si el enemigo pa­saba a la ofensiva en la zona de su defensa.

Las primeras acciones del 8° ejército aéreo en la operación ofensiva fueron planeadas como ataque aéreo, que estipulaba la actividad ininterrumpida de la aviación en la preparación de la ruptura, durante el ataque y al operar los tanques y la infantería en la profundidad de la defensa enemiga.

En el 17° ejército aéreo (comandante en jefe del general S. Krasovski, adjunto para el trabajo político el comisario de brigada V. Toimachov y jefe del estado mayor el coronel K. Telnov), las divisiones de la aviación de caza y de asalto fueron subordinadas operativamente a los comandantes en jefe de los ejércitos de tropas terrestres y de tanques. Por indicación del general Vatutin, co­mandante en jefe del Frente Sudoeste, se planeó el empleo masivo de la aviación en el ataque a las reservas y a las divisiones de tanques y motorizadas del enemigo.

En el 16° ejército aéreo (comandante en jefe, el general S. Rudenko, adjunto para el trabajo político, el coronel A. Vinográdov y jefe del estado mayor, el general M. Kosij) se planeó el ataque a determinados objetivos, especificando éstos y las acciones para el período de la ruptura de la zona táctica de la defensa enemiga.

A la aviación de bombardeo de largo radio de acción se le planteó la tarea de actuar en la zona del Frente Sudoeste, con la finalidad de destruir los aeródromos, nudos ferroviarios y esta­ciones y de impedir el acercamiento de las reservas desde la pro­fundidad.

De acuerdo con las tareas y los planes del empleo combativo de la aviación fue realizado un reagrupamiento de fuerzas. A fin de aumentar el apoyo a las tropas de choque del Frente Sud­oeste fueron enviadas tres divisiones de aviación del 2° ejército aéreo (comandante en jefe, el general K. Smirnov, adjunto para el trabajo político el general S. Romazánov y jefe del estado mayor, el coronel N. Stepánov), perteneciente al Frente de Vorónezh al ala derecha del Frente Sudoeste. Parte de las divisiones de aviación de los ejércitos aéreos 2°, 17° y 8° fueron estacionadas en los aeródromos de vanguardia uno o dos días antes de que empezara la ofensiva.

Para llevar a cabo la cooperación de la aviación con las tropas terrestres fueron elaboradas unas tablas de planeamiento de las acciones de las tropas terrestres y la aviación de los frentes; en los estados mayores de los ejércitos de tropas terrestres había re­presentantes de la aviación con medios de comunicación por radio y en el 5° ejército de tanques y el 21° ejército de tropas terrestres del Frente Sud­oeste se encontraban grupos operativos.

Para enmascarar la verdadera dislocación de las unidades de aviación fueron construidos aeródromos ficticios. En el 8° ejército aéreo, además de sus 25 aeródromos reales fueron construidos 19 falsos, en 14 de los cuales se imitaron las instalaciones propias de los vuelos nocturnos.

Los organismos políticos y las organizaciones del Partido y del Komsomol trabajaron arduamente. Para educar al personal en el espíritu de las tradiciones combativas del Ejército Rojo, fue am­pliamente difundido el llamamiento de los participantes en la defensa de Tsaritsin a los defensores de la ciudad héroe (Stalingrado). La víspera de la ofensiva, en las unidades y pequeñas unidades se celebraron reuniones del Partido y del Komsomol para tratar de las tareas de los comunistas y komsomoles en la futura operación y ese día por la noche fue leída a todo el per­sonal la orden emitida por los consejos militares de los frentes.

El 19 de noviembre de madrugada, las tropas del Frente Sud­oeste pasaron a la contraofensiva después de una poderosa prepa­ración artillera. La niebla y el cielo encapotado impidieron que la aviación cumpliera el plan trazado. Sólo algún que otro apa­rato de asalto atacó a las tropas enemigas en la dirección del golpe principal del 5° ejército de tanques.

Después de haber entrado en combate los cuerpos de tanques 1° y 26°, las tropas del frente rompieron la zona táctica de la defensa enemiga y avanzaron de 30 a 35 km. En 5 días de ope­ración, habiendo recorrido en combate 150 km, nuestras tropas liberaron Kalach y ocuparon unos cuantos aeródromos del ene­migo, lo que le obligó a desplazar urgentemente su aviación a los aeródromos de retaguardia, por lo que se redujo su actividad en la zona de la ofensiva de nuestras tropas. Debido al mal tiempo, nuestra aviación continuaba operando con fuerzas muy limitadas.

La contraofensiva de las tropas del Frente de Stalingrado empezó el 20 de noviembre. El 8° ejército aéreo, debido a la niebla y a la poca visibilidad, pudo actuar con fuerzas muy redu­cidas, que se dedicaron a atacar los tanques y la infantería del enemigo y a proteger a las unidades 13° y 4° de los cuerpos mo­torizados. En 4 días, las tropas del frente avanzaron 115 km y liberaron la ciudad de Sovietski. El 23 de noviembre se cerró el frente interno del cerco al converger en la zona de Kalach con los cuerpos de tanques del Frente Sudoeste. En esos días, pese a las condiciones meteorológicas desfavorables, el 8° ejército aéreo realizó 340 misiones para proteger a las tropas.

El 16° ejército aéreo, que apoyó la ofensiva de los ejércitos 65° y 24° del Frente del Don, apenas pudo operar por las desfa­vorables condiciones meteorológicas. En los primeros 5 días rea­lizó 238 misiones, atacando a las tropas y el material del enemigo en el campo de batalla, las columnas de camiones y los aeródromos.

En total, mientras se tendió el cerco a la agrupación enemiga nuestra aviación realizó unas 1.000 misiones. Los pilotos soviéticos, actuando en una situación tan inadecuada, dieron muestras de heroísmo y elevada maestría. Por ejemplo, el 21 de noviembre, la tripulación de un IL-2, mandada por el capitán Goluviev, Héroe de la Unión Soviética, atacó el aeródromo de las proximi­dades del sovjós «Pobeda Oktiabriá». Al acercarse al objetivo fue cañoneado por la artillería antiaérea. Luego de aplastar los ca­ñones enemigos, la tripulación atacó el aeródromo y destruyó 8 aviones enemigos. Al regresar a su base fue atacado el IL-2 por varios cazas. En el combate fueron abatidos 2 Me-109 y el avión soviético volvió sin novedad a su aeródromo.

Víctor Goluviev fue galardonado con el título de Héroe de la Unión Soviética el 12 de agosto de 1942 en Stalingrado y un año más tarde, el 24 de agosto de 1943, por sus hazañas en la batalla de Kursk fue destacado por segunda vez con ese título.

A partir del 24 de noviembre, mejoró algo el tiempo, lo que permitió la activación de nuestra aviación. Desde entonces se efectuaban ya diariamente unas 800 misiones para proteger a las grandes unidades móviles que se encontraban a la ofensiva, atacar a las tropas y a la técnica enemigas, realizar reconocimiento aéreo, bombardear los aeródromos enemigos y transportar cargas al 62° ejército, que se hallaba aislado de su retaguardia por haber em­pezado a helarse el Volga.

El impetuoso avance de las tropas soviéticas obligo al enemigo a trasladar su aviación a aeródromos de retaguardia. Por ese mo­tivo y también por las pérdidas sufridas se redujo notablemente la actividad de las Fuerzas Aéreas hitlerianas. Desde el 19 hasta el 30 de noviembre, la aviación fascista sólo realizó un promedio de 115 misiones diarias por término medio.

Los ejércitos aéreos de los frentes y la aviación de bombardeo de largo radio de acción concentraron sus ataques a la agrupación enemiga cercada. A finales de noviembre se le planteó una nueva tarea a la aviación: la lucha contra la aviación de transporte ene­miga que trataba de abastecer por el aire a la agrupación cercada. En las primeras semanas fueron empleados para realizar ese trans­porte unos 600 aviones Ju-52, FW-200 y otros. Más adelante, debido a las grandes pérdidas que sufrían, se utilizaron para ese fin los bombarderos He-111 y Ju-88. A principios de diciembre empezaron a realizar los vuelos en grupos de 20 a 40 aparatos, protegidos por la aviación de caza.

Para mantener el bloqueo aéreo de la agrupación cercada en la zona de Stalingrado, que se prolongó hasta la capitulación del enemigo, fue empleada una parte de las fuerzas de los ejércitos aéreos 17°, 16° y 8° y de la aviación de bombardeo de largo radio de acción.

La ofensiva iniciada a principios de diciembre por las tropas de los frentes para liquidar a la agrupación cercada no propor­cionó grandes resultados. El enemigo resistía tenazmente. El 12 de diciembre, una poderosa agrupación de tanques enemiga em­prendió la ofensiva partiendo de la zona de Kotelnikov e hizo replegarse a las tropas del 51° ejército.

Desde el 15 de diciembre, nuestra aviación, aprovechando el mejoramiento del tiempo, operó activamente contra los tanques y la infantería que habían emprendido la ofensiva y contra el transporte ferroviario. Gracias a la lucha tenaz de nuestras tropas y aviación fueron frustrados los intentos del enemigo de establecer contacto con la agrupación cercada. El 24 de diciembre, la agru­pación fascista de Kotelníkovo se vio obligada a pasar a la defen­siva y más adelante tuvo que iniciar la retirada.

Del 20 al 23 de diciembre, el 8° ejército aéreo efectuó 758 misiones para atacar a los tanques y la infantería del enemigo, que sufrió grandes bajas. A las tropas del 51° ejército se les prestó una gran ayuda en el rechazamiento de la agrupación de tanques

Cuando la agrupación de choque enemiga llegó al río Mishkov, la agrupación cercada emprendió acciones enérgicas, concentrando para ello un gran número de tanques y nutridos contingentes de infantería en la zona de Karpovka a fin de salir al encuentro de la agrupación de tanques atacante, que se encontraba ya a unos 40-50 km del cerco. Los ejércitos aéreos 8° y 16° asestaron siste­máticamente fuertes golpes a las tropas cercadas, haciéndoles fra­casar en su intento de romper el cerco. Cuando habían llegado los combates a su punto más elevado de tensión en la línea del río Axái, el 18 de diciembre por la mañana, más de 100 aviones del 16° ejército aéreo atacaron a la concentración de tropas ene­migas en la zona de Karpovka. Los alemanes, que sufrieron grandes pérdidas, se vieron forzados a renunciar a los intentos de romper el cerco.

En vista de la ofensiva iniciada el 12 de diciembre por la agrupación enemiga de Kotelnikovo, el Alto Mando Supremo de la Unión Soviética decidió acelerar la operación ofensiva del Frente Sudoeste para desbaratar los planes enemigos de romper el cerco de la agrupación hitleriana. Las tropas del frente recibieron la orden de atacar desde Verjne Mamón en dirección a Nizhne Astájov y Morosovsk a fin de salir a la retaguardia de la agru­pación enemiga de Koltelníkovo y aniquilarla en cooperación con el 3° ejército de la Guardia y el 5° ejército de tanques, que atacarían desde el este. Las tropas a la ofensiva contarían con el apoyo del 6° ejército, del Frente de Vorónezh, que atacaría en la dirección de Kantemirovka.

Para cooperar en la ofensiva se destacó 455 aviones de los ejércitos aéreos 29° y 17°." El enemigo tenía también en ese sector 450 aviones. Pero ya el primer día de operaciones, la correlación de fuerzas de la aviación cambió a nuestro favor por el refuerzo del 3° cuerpo mixto de aviación, reorganizado de nuevo, que per­tenecía al 17° ejército aéreo.

Las tropas del Frente Sudoeste emprendieron la ofensiva el 16 de diciembre. A causa del mal tiempo la aviación no pudo apoyar a las tropas en las primeras horas de la operación. Debido a la encarnizada resistencia del enemigo, nuestras unidades avanzaban lentamente. Pero a mediodía mejoró el tiempo, lo que permitió a la aviación realizar más de 200 misiones en el sector de la ofensiva. Nuestros aviones bombardearon y ametrallaron los nudos de resistencia y de concentración de tropas en las zonas de Tverdojlebovka, Tadchenskoe y Boguchar y los aeródromos de Tatsínskaya y Morozovsk. Con ello se aceleró el avance de las tropas. El 18 de diciembre al anochecer, las grandes unidades de infantería, en cooperación con los cuerpos de tanques y moto­rizados, apoyados por la aviación, rompieron la zona fortificada de la defensa.

La actividad del 17° ejército aéreo, fue altamente calificada por el comandante en jefe del 3° ejército de la Guardia, general D. Leliuschenko, que escribió: «Los días 16 a 18 de diciembre de 1942, los pilotos actuaron formidablemente...»100

En eses días, el sargento Nukrén Abrírov, piloto observador, repitió le hazaña del capitán Gastello al lanzar su avión incen­diado por la artillería antiaérea contra una concentración de tanques fascistas. Abrírov fue galardonado post mortem con el título de Héroe de la Unión Soviética.

En los primeros cinco días de la ofensiva, la aviación que apoyaba a las tropas del Frente Sudoeste realizó 2.067 misiones y de ellas 407 por la noche. La eficaz cooperación de las Fuerzas Aéreas permitió a las tropas terrestres desarrollar el éxito y al anochecer del 21 de diciembre habían cortado todas las vías de retirada al 8° ejército hitleriano. El 24° cuerpo de tanques fue el que alcanzó un mayor ritmo de avance, progresando 240 km en cinco días. El día 24, con un golpe de sorpresa, los tanquistas se apoderaron del aeródromo y de la estación ferroviaria de Tatsínskaya, donde averiaron unos 350 aviones hitlerianos y destruyeron 5 depósitos de municiones y 7 de víveres e indumentaria. Al llegar las grandes unidades a esta zona, fue interceptada la vía férrea que suministraba a la agrupación enemiga de Tormósino.

Gracias a los éxitos del Frente Sudoeste fueron derrotados el 8° ejército italiano y el ala izquierda del grupo de ejércitos «Don». Nuestras tropas, con la cooperación de la aviación, avanzaron de 100 a 150 km hacia occidente, alejando considerablemente el cerco externo de la agrupación bloqueada e impidiendo al ene­migo prestarle ayuda. Del 16 al 31 de diciembre de 1942, los ejércitos aéreos 2° y 17° realizaron 4.177 misiones, de las cuales más del 80% tuvieron por finalidad apoyar directamente a las tropas terrestres.

En esos días, el 8° ejército aéreo, apoyó activamente a las tropas terrestres en el aniquilamiento de la agrupación de Kotel­níkovo. En los primeros días de ofensiva del enemigo, nuestra aviación ayudó a las tropas terrestres a desgastar y agotar a su agrupación de tanques en encarnizados combates en la línea com­prendida entre Kotelníkovo y el río Mishkov y en lo sucesivo .apoyaron activamente su ofensiva. Cuando el 2° ejército de la Guardia y el 5° ejército empezaron a avanzar impetuosamente hacia el sur, el 8° ejército aéreo se dedicó fundamentalmente a atacar a las tropas que retrocedían. En ese período, una parte de las fuerzas del 8° ejército aéreo, el 16° ejército aéreo y la aviación de bombardeo de largo radio de acción, atacaron enérgi­camente a la agrupación cercada y prestaron gran ayuda a nuestras tropas al rechazar los intentos del enemigo de romper el cerco interno.

En los encarnizados y tenaces combates de las proximidades de Stalingrado dio muestras de excepcional valentía y heroísmo el primer teniente V. Efrémov, jefe de una escuadrilla del 10° regi­miento de bombardeo de la guardia. Efrémov nació en Stalin­grado, estudió en la escuela de oficios y trabajó de electricista y en esa ciudad se hizo piloto militar.

La escuadrilla de bombarderos SB mandada por Efrémov, atacó repetidas veces a los aviones enemigos en sus aeródromos y bombardeó a los tanques y la infantería en el campo de ba­talla y las zonas de Kotelníkovo y Tormósino. Sólo en la batalla del Volga, Efrémov efectuó unos cien vuelos. Por la valentía y heroísmo de que hizo gala en los combates contra los invasores fascistas alemanes, Efrémov fue galardonado el 1° de mayo de 1943, con el título de Héroe de la Unión Soviética y el 24 de agosto le fue adjudicado por segunda vez ese título.

En su cooperación con las tropas terrestres, la aviación de bombardeo de largo radio de acción atacó las reservas, las vías férreas y los aeródromos del enemigo. Del 19 de noviembre al 31 de diciembre de 1942 realizó 962 misiones y arrojó sobre los objetivos más de 900 toneladas de bombas y además transportó cargas a las tropas del frente. En la batalla de Stalingrado se hizo fa­mosa la tripulación de komsomoles mandada por el famoso piloto Molodchi, Héroe de la Unión Soviética.

Las bombas arrojadas por Molodchi aniquilaron a decenas de hitlerianos, destruyeron depósitos de municiones y bencina, incen­diaron trenes y estaciones, destrozaron pasos y puentes de los ríos además de otros objetivos militares. En la batalla del Volga a me­nudo se realizaron dos vuelos cada noche. Al terminar el año 1942 fue hecho el balance de la actividad de la tripulación, que resultó ser impresionante. Molodchi y sus compañeros habían volado 190.000 km sobre el territorio enemigo y arrojado más de 200 ton de bombas en objetivos militares e industriales, así como sobre las tropas hitlerianas. Por sus destacados méritos en la lucha contra los invasores fascistas y por la valentía y heroísmo de que había hecho gala, Molodchi fue galardonado por segunda vez con el título de Héroe de la Unión Soviética. Este fue el primer piloto de la aviación de bombardeo de largo radio de acción que recibía dos veces el mencionado título. El observador de la tripulación, S. Kulikov, también fue distinguido con ese título.

Después de la derrota de las agrupaciones enemigas de Kotel­níkovo y Tormósino al enemigo no le quedó más que un medio de suministro a su agrupación cercada si quería prolongar su resistencia: la vía aérea. La aviación enemiga sufría enormes pérdidas, había aumentado la distancia entre los frentes interno y externo del cerco. Sin embargo, el mando alemán no renunció a sus propósitos de suministrar por aire a la agrupación cercada en la zona de Stalingrado.

La lucha contra la aviación se convirtió en la principal tarea de las Fuerzas Aéreas soviéticas. La mayoría de los aeródromos desde los que actuaba la aviación alemana se encontraban de 250 a 350 km de la zona del cerco, por lo que era imposible que los cazas escoltaran a los aviones de bombardeo o transporte. Por esa razón volaban sólo de noche y únicamente cuando las condi­ciones meteorológicas eran desfavorables lo hacían de día. Apro­vechando que en la parte meridional del cerco no existía una línea del frente compacta y a que no teníamos allí aeródromos, una parte de los aviones enemigos volaban por esa zona hasta la orilla izquierda del Volga y después giraban al norte para llegar a la zona de Stalingrado desde el este. En tal situación nuestro mando sintió la necesidad de organizar un bloqueo circular de la agrupación cercada. La lucha contra la aviación enemiga adquirió la máxima importancia.

Al otro lado del frente externo del cerco, nuestros aparatos de bombardeo y asalto destruían los aviones alemanes en sus aeró­dromos. Se dedicaban a esta actividad los regimientos de los ejércitos aéreos 17° y 8° y la aviación de bombardeo de largo radio de acción. Fue muy afortunado el ataque efectuado el 9 de enero al aeródromo de Salsk, donde se encontraban unos 150 aviones de transporte. En ese ataque participaron siete aparatos IL-2, al mando del capitán I. Bajtin, acompañados de cazas. La primera pasada sobre el aeródromo fue realizada de imprevisto, pues los IL-2 salieron de detrás de las nubes. Los aparatos de asalto dieron seis pasadas sobre el objetivo, al que bombardearon y lanzaron proyectiles reactivos; además lo cañonearon y ametra­llaron. En total fueron destruidos o averiados más de 70 aviones Ju-52.101

En cada uno de los cinco sectores de los frentes exterior e in­terior del cerco, patrullaban cazas en las direcciones probables de vuelo del enemigo y también fue montada la guardia en los aeródromos de la aviación de caza y de asalto a fin de despegar en cuanto se recibiera la llamada de los puntos de observación y dirección de vuelos. En una franja de 8 a 10 km de profun­didad adyacente a la zona del cerco, la aviación enemiga era ata­cada por la artillería antiaérea.

Nuestra aviación atacaba día y noche a los aviones enemigos en el aire y en los aeródromos de los distritos de Bolehaya Rassoshka, Karpovka y Gumrak. Los aparatos Pe-2 bloqueaban por la noche los aeródromos enemigos y atacaban a los aviones fascistas cuando se encontraban cargando.

La lucha contra los aparatos de transporte enemigos, fue muy exitosa. En la zona de Bolshij Chepurinkov, 18 aviones de la 235° división de aviación de caza, al mando del coronel I. Podgorni, jefe de la misma, atacaron a 16 aparatos de transporte que se dirigían con carga a la zona del cerco. En la primera pasada fueron derribados nueve Ju-52, de los cuales cinco ardieron en el aire y los demás tuvieron que aterrizar sobre el fuselaje, 8 avia­dores hitlerianos fueron hechos prisioneros. Los otros siete Ju-52 trataron de regresar hacia su aeródromo, pero fueron alcanzados por nuestros cazas, que derribaron a otros 6. Solamente un aparato alemán logró pasar la línea del frente. Los aviones de asalto des­truían a los aparatos de transporte en el aire y en los aeródromos, en el frente exterior y en la zona del cerco. Como poseían un poderoso armamento, los IL-2 se aproximaban a muy poca distancia de los aviones enemigos, los destruían con ráfagas de ametralla­dora y cañón y también con proyectiles reactivos.

El bloqueo aéreo de la agrupación cercada alcanzó en lo fun­damental sus objetivos. En los combates aéreos y en los aeró­dromos fueron destruidos unos 1.200 aparatos, siendo el 80 % de transporte y bombardeo. Las tropas cercadas recibían un raciona­miento de hambre y además sufrían enorme escasez de municiones y bencina, lo que contribuyó a reducir su capacidad combativa y su moral. Fracasó el plan del mando hitleriano de suministrar por el aire a aquella gran agrupación cercada, lo que creó las premisas para su completo aniquilamiento.

En el período del bloqueo aéreo, cumplió con éxito su misión la aviación de bombardeo de largo radio de acción. En ese período fue ejemplo de valentía y de maestría en el cumpli­miento de las tareas de combate el teniente observador V. Señkó. En las noches completamente nubladas conducía con toda pre­cisión el aparato a los nudos ferroviarios, a los lugares de concen­tración de tropas y a los aeródromos, donde asestaba golpes muy sensibles al enemigo. Al señalar inequívocamente los objetivos, el intrépido observador Señkó prestó una gran ayuda a sus com­pañeros en el cumplimiento exitoso de las misiones encomendadas. Por su valentía y arrojo en el cumplimiento de las tareas de combate, el 25 de marzo de 1943 Señkó fue galardonado con el título de Héroe de la Unión Soviética. En lo sucesivo, condujo muchas veces más con absoluta precisión a grupos de aviones de bombardeo de largo radio de acción a la retaguardia pro­funda del enemigo donde asestó golpes demoledores a los nudos ferro­viarios, puentes, depósitos de combustible y municiones y a otros importantes objetivos. Durante la guerra Señkó efectuó 430 mi­siones de combate. La Patria evaluó altamente sus méritos, otor­gándole por segunda vez el título de Héroe de la Unión Soviética.

Después que el Frente de Stalingrado fue convertido el 30 de diciembre de 1942 en Frente Sur y emprendió la ofensiva en la dirección de Rostov, la tarea de aniquilar a la agrupación cercada fue encomendada al Frente del Don, correspondiendo al 16° ejército aéreo mantener el bloqueo en el aire de la agrupación cercada. Tras haber fracasado los intentos del enemigo de romper el cerco de la agrupación sitiada, el mando soviético decidió aniquilarla definitivamente.

En enero de 1943 cambió bruscamente a nuestro favor la si­tuación en el aire. Los aeródromos del enemigo se encontraban a gran distancia y sus cazas no podían operar en la zona del cerco. El parque del 16° ejército aéreo contaba con 610 aviones y todas sus fuerzas se dedicaron a apoyar al 65° ejército, que asestaba el golpe principal.

Para asegurar la cooperación con las tropas terrestres, fueron organizados dos puestos auxiliares de dirección y a lo largo de la línea del frente, fueron montadas cuatro estaciones de radio.

Después de haber sido rechazado el ultimátum del mando soviético acerca de la capitulación, en la madrugada del 10 de enero de 1943 las tropas del Frente del Don emprendieron la ofen­siva después de una potente preparación de la artillería y la aviación. El 16° ejército aéreo apoyó activamente a las tropas terrestres en la ruptura de la zona táctica de la defensa, realizando durante la jornada 676 misiones. Sus golpes fueron enfilados contra las tropas, los nudos de resistencia y los estados mayores. Fueron muy bien bloqueados desde el aire los aeródromos de Bolshaya Rossoshka y Pitómnik. Actuaron muy enérgicamente las tripulaciones del 2° cuerpo de aviación de bombardeo (jefe el general I. Turkel), que el primer día de la operación realizó 172 misiones.

El enemigo cercado, se resistía tenazmente y a menudo em­prendía contraataques, que eran rechazados por las tropas terrestres con la cooperación de la aviación. El 12 de enero al anochecer, nuestras tropas ocuparon la parte occidental del territorio ocupado por la agrupación cercada. También se desarrollaban con éxito las acciones en el sector meridional. Presionado por las tropas del 57° ejército, el enemigo inició la desbandada el 15 de enero por la mañana en dirección a Stalingrado y 6 días más tarde fue derrotado.

El mando soviético volvió a proponer la capitulación por se­gunda vez, pero también en esa ocasión fue rechazado. El 22 de enero las tropas soviéticas emprendieron el fraccionamiento y aniquilamiento de la agrupación enemiga. El 24 de enero a la caída del día nuestras tropas llegaron a las afueras sudoeste y oeste de la ciudad y al día siguiente se unieron a las tropas del 62° ejército, que se encontraban en la propia ciudad. La agru­pación enemiga quedó dividida en dos partes, empezando la ren­dición de grandes unidades completas. El 31 de enero capituló el grupo de tropas del sur, mandadas por el mariscal de campo Paulus y el 2 de febrero capituló el grupo norte.

El 16° ejército aéreo y la aviación de bombardeo de largo radio de acción, a partir del 14 de enero y hasta la plena liqui­dación de la agrupación cercada, apoyaron activamente a las tropas terrestres atacando a las tropas y el material del enemigo y destru­yendo sus aviones en los aeródromos.

El dominio en el aire, conquistado al iniciar la contraofensiva, ayudó mucho a nuestras tropas, mientras que los aparatos de bombardeo y asalto actuaron en la primera mitad de enero en grupos de 3 a 9 aviones y daban una o dos pasadas, en la segunda mitad de ese mes realizaban ya de 4 a 6 pasadas sobre el objetivo, arrojando en cada una de ellas una o dos bombas y disparando con los cañones y ametralladoras. Los grupos de bombardeo es­taban formados por unos 40 aparatos.

Durante los combates, no sólo los pilotos derrochaban valor e intrepidez, sino también el personal técnico. El 15 de enero, un aparato de bombardeo fue averiado por la aviación de caza enemiga, quedando inutilizado el panel de instrumentos y además se produjo un incendio. El técnico, teniente V. Opólev, que formaba parte de la tripulación, a pesar de encontrarse grave­mente herido trató de apagar el incendio y con grandes esfuerzos logró sofocar el foco de fuego y reparó la avería, lo que permitió cumplir la tarea de combate encomendada y re­gresar felizmente al aeródromo.

Durante todo el tiempo de preparación y realización de la operación de exterminio de la agrupación cercada, del 1° de enero al 2 de febrero, el 16° ejército aéreo y la aviación de bombardeo de largo radio de acción llevaron a cabo más de 10.000 misiones. A nuestras tropas terrestres se les prestó una gran ayuda.

En el transcurso de la contraofensiva del Ejército Rojo en el ala sur del frente soviético-alemán fue derrotada una de las ma­yores agrupaciones estratégicas del enemigo. Desde el 19 de noviembre de 1942 hasta el 2 de febrero de 1943, los ejércitos aéreos 2°, 17°, 16°, 8° y la aviación de bombardeo de largo radio de acción realizaron 35.929 misiones. La aviación enemiga sólo llevó a cabo 18.500 acciones. La aviación soviética arrojó 141.000 bombas, 2.720 cápsulas con sustancias inflamables y 30.000 pro­yectiles reactivos. Las tropas enemigas sufrieron enormes pérdidas y su aviación perdió unos 3.000 aparatos desde el 19 de noviembre hasta el 31 de enero de 1943.192

Por la intrepidez, firmeza y heroísmo de las tripulaciones en la pelea contra los invasores alemanes, se distinguió por primera vez con la denominación «de la Guardia» a las divisiones de caza 220° y 268°, a las de asalto 228° y 226°, a la de bombardeo 263 y a la de bombardeo nocturno 272°, a las de la aviación de bom­bardeo de largo radio de acción 3°, 17° y 24° y a la 102° de aviación de caza de la Defensa Antiaérea, que eran mandadas respectivamente por los coroneles A. Utin, B. Sídnev, G. Komarov, por el teniente coronel F. Boldirijin, los coroneles F. Dobish y P. Kuznetsov, el general D. Yujánov, el general E. Loguínov, el teniente coronel B. Bitskin y el teniente coronel I. Puntus. En el 8° ejército aéreo, 17 pilotos fueron galardonados con el título de Héroe de la Unión Soviética y 3.000 fueron condeco­rados con órdenes y medallas. En el firmamento del Volga se cubrieron de gloria los pilotos héroes I. Polbin, I. Kléschev, V. Lavrinenkov, A. Aleliujin, V. Makárov, I. Motorni, Z. Semenok, Amet-Jan Sultán, V. Goúbev, V. Efrémov. I. Borísov y muchos otros. Por su participación en los combates de Stalingrado recibieron denominaciones honoríficas, 2 cuerpos, 12 divi­siones y 21 regimientos de aviación.

Durante la contraofensiva se aplicó, aún en mayor escala que en las operaciones anteriores, la maniobra y la concentración de la aviación en la dirección de los golpes principales de las tropas terrestres. Para organizar la interacción de los distintos tipos de aviación, estuvo casi todo el tiempo en la zona de operaciones, el mariscal A. A. Nóvikov, comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas del Ejército Rojo. Como representante del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo para la aviación, participó en los planes de la contraofensiva, estableció la tensión combativa de la aviación, distribuyó sus reservas y se ocupó de los pro­blemas del suministro de material para asegurar la actividad de las Fuerzas Aéreas.

La aviación soviética adquirió experiencia en la organización y realización de las acciones de combate al cercar y aniquilar a la agrupación enemiga.

En el transcurso de la ofensiva, la dirección de la aviación estuvo centralizada en lo fundamental en todos los ejércitos aéreos. En la dirección de los golpes principales fueron instalados puestos auxiliares de dirección. La experiencia de su labor fue recogida en las instrucciones de las Fuerzas Aéreas, elaboradas en mayo de 1943. El principal medio de dirección de la aviación, tanto en tierra como en el aire, fue la radio.

Conjuntamente con la aviación militar, en las operaciones par­ticiparon cientos de aviones de la aviación civil, que cumplieron tareas de transporte de cargas, mantuvieron el enlace entre los estados mayores y las unidades de vanguardia y evacuaron heridos. Durante la batalla del Volga, esa aviación realizó más de 46.000 misiones, transportó alrededor de 31.000 combatientes y 2.587 toneladas de carga, lo que le mereció una elevada calificación. Cientos de pilotos, observadores, ingenieros y mecánicos fueron condecorados con órdenes y medallas.

La retaguardia de la aviación adquirió una gran experiencia de trabajo. Durante la operación, sus unidades aprendieron a ase­gurar a la perfección la actividad combativa de las Fuerzas Aéreas en invierno, elevando el ritmo de ofensiva de las tropas terrestres.

Para el transporte y suministro de las unidades de aviación, se empleó también, satisfactoriamente, la aviación de transporte.

Uno de los índices más elocuentes de la eficiencia del trabajo político del Partido, fue el incremento de sus filas y de las del Komsomol. Según datos incompletos, en el transcurso de los com­bates librados entre los ríos Don y Volga, fueron admitidos en el Partido 3.353 combatientes y en el Komsomol 863 de los ejer­cites aéreos 8°, 16° y 17°.

Las victorias alcanzadas por el Ejército Rojo en la batalla del Volga, modificaron, radicalmente, la situación en otros sec­tores del frente soviético-alemán y crearon condiciones favorables para expulsar en masa a los invasores de los límites de la Unión Soviética.

 

RKKA_OverG y HR_Tokarev

 

 

 

 

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