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LAS FUERZAS AÉREAS SOVIÉTICAS EN LA GRAN GUERRA PATRIA DE LOS AÑOS 1941-1945

 

CAPÍTULO III

 

La aviación en la batalla de Moscú

 

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A principio de octubre de 1941 continuaba siendo muy tensa la situación en el frente soviético-alemán. El enemigo tenía su­perioridad numérica en hombres y material y trataba de desa­rrollar el éxito de la ofensiva. En la dirección noroeste los ale­manes preparaban un golpe contra Tijvin a fin de cerrar el cerco a Leningrado. En la dirección meridional se proponían apode­rarse de la zona industrial de Jarkov, el Dombáss y Crimea.

El enemigo planeaba su golpe principal en la dirección occi­dental para apoderarse de Moscú. Para este fin preparaba una gran operación ofensiva a base del grupo de ejércitos «Centro», con el apoyo de la 2da flota aérea, que contaba con 1000 aviones. La idea del plan consistía en lanzar poderosos ataques para aniquilar al grueso de las tropas soviéticas y rodear Moscú por el norte y por el sur.

En la segunda mitad de septiembre, la aviación fascista elevó al doble la intensidad de sus acciones, atacando los objetivos ferroviarios, a las tropas y los aeródromos. Fue muy activo el reconocimiento aéreo. En septiembre hubo 11 incur­siones aéreas contra Moscú. A consecuencia de la activa resis­tencia de nuestra aviación y artillería antiaérea, sólo pudieron irrumpir sobre la ciudad 51 aviones de bombardeo.

La dirección de Moscú era defendida por las tropas de los Frentes Oeste, de Reserva y de Briansk, que eran muy inferiores en hombres y armamento a la agrupación enemiga. Las tropas soviéticas estaban apoyadas por 364 aviones, de los cuales el 50% eran de tipos anticuados.56 Además, en la zona de Moscú se ha­llaban estacionados —participando activamente en las operaciones defensivas como refuerzo de la aviación del frente— el 6° cuerpo de aviación de caza de la Defensa antiaérea, que protegía a Moscú, 5 divisiones de aviación de bombardeo de largo radio de acción, que actuaban en la retaguardia profunda del enemigo y las uni­dades de la región militar de Moscú, que se encontraban en la fase de formación.

En la segunda mitad de septiembre empezó la preparación de las tropas soviéticas y de la aviación para la operación defensiva. La dirección general de la aviación estaba a cargo del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo, y era ejercida a través del ge­neral O. Zhigariov, comandante en jefe de la Aviación del Ejér­cito Rojo, y del comisario de cuerpo de ejército P. Stepánov, miembro del Consejo militar, que se encontraba en Moscú con un grupo operativo.

La actuación de la aviación fue organizada de acuerdo con las indicaciones de los comandantes en jefe de los frentes y del Co­mandante en jefe de la Aviación del Ejército Rojo. Las Fuerzas Aéreas del Frente Oeste (comandante en jefe, el general F. Michuguin y desde el 25 de diciembre de 1941 el general N. Naumenko; comisario militar, el comisario de brigada V. Klókov y jefe del estado mayor, el coronel F. Judiakov) actuaron preferen­temente en el ala izquierda del frente. Las Fuerzas Aéreas del Frente de Reserva (de las que era comandante en jefe el general E. Nikolaénko, comisario militar, el comisario de regimiento A. Vijorev y jefe del estado mayor, el jefe de brigada P. Kotélnikov) apoyaron a las tropas de los ejércitos 24° y 43°, que defendían la supuesta dirección de la ofensiva enemiga. Las Fuerzas Aéreas del Frente de Briansk (de las que era Comandante en jefe el ge­neral F. Polinin, comisario militar, el comisario de regimiento S. Romazanov y jefe del estado mayor el coronel N. Petrov) coo­peraban con las tropas del ala izquierda del frente.

Al comenzar los combates en los accesos lejanos a Moscú, la agrupación de choque enemiga, que actuaba en el sur, pasó a la ofensiva el 30 de septiembre apoyada por la aviación, rom­piendo la zona táctica de la defensa en el ala izquierda de las tropas del Frente de Briansk, y dos días más tarde también en el ala derecha. Al atardecer del 6 de octubre, las tropas de este frente quedaron desmembradas en tres partes. Todos los intentos de las tropas de restablecer la situación por medio de contraataques no dieron resultado alguno. El enemigo se apoderó de Briansk y Oriol y continuó desarrollando la ofensiva en la dirección de Tula.

Para poder contener al enemigo, el Alto Mando Supremo adoptó diversas medidas. Empleando todos los tipos de transporte, incluidos los aviones, fueron concentradas urgentemente uni­dades y grandes unidades de la reserva en la zona de Mtsensk, con las que se constituyó el 1er Cuerpo de Infantería de la Guardia. La tarea de transportar desde las zonas de Teikovo y Yaroslavl fue cumplida con todo éxito, por el grupo de la aviación civil de Moscú para misiones especiales y por unidades de aviación de bombardeo de largo radio de acción, que en tres días transportaron casi 5.500 soldados y oficiales y unas 13 toneladas de municiones.57

En los aeródromos de la zona de Mtsensk fueron dislocados 5 regimientos de aviación, con los que quedó constituido el 6° grupo de aviación de reserva, mandado por el general A. Demídov. Los regimientos de aviación de este grupo llevaron a cabo una intensa actividad para atacar al enemigo en los accesos a Mtsensk, proteger a sus tropas y realizar el reconocimiento aéreo. En esos días, muchos pilotos dieron ejemplo de valentía, intrepidez y de ayuda mutua. El 5 de octubre, durante uno de los ataques a las columnas de tanques enemigas el piloto-observador teniente V. Riaboshapko advirtió el aterrizaje forzoso realizado por el teniente A. Yákushev por una avería del avión. Riaboshapko tomó tierra allí cerca, recogió a su compañero y regresó al aeródromo. Aná­loga hazaña realizó el sargento P. Dubin, que salvó a su compa­ñero de combate piloto M. Vovkogon. El teniente G. Moshinets, jefe de patrulla, del 74° regimiento de aviación de asalto, dio ejemplo de maestría combativa. Tres aviones IL-2 a su mando atacaron en vuelo rasante en forma completamente imprevista a una columna motorizada alemana en la carretera Oriol-Mtsensk, logrando contener su avance y destruyendo, además, 15 transportes blindados y 3 cisternas con gasolina.58

Durante unos cuantos días, las Fuerzas Aéreas del Frente de Briansk actuaron en condiciones meteorológicas desfavorables, lo que redujo considerablemente el número de misiones. Además, la rápida retirada de nuestras tropas obligaba a la aviación a rea­lizar repetidos desplazamientos a otros aeródromos, lo que influía negativamente en la intensidad de sus acciones. A causa de la crítica situación que se le había creado a las tropas del Frente de Briansk y a las limitadas posibilidades de su aviación, el Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo ordenó que actuaran en esta dirección 6 divisiones de aviación de bombardeo de largo radio de acción, que atacaron día y noche con excelentes resul­tados el transporte ferroviario del enemigo y causaron grandes bajas a las tropas fascistas, sobre todo en la carretera Sevsk-Kromi-Oriol.

Para apoyar a las tropas del Frente de Briansk, nuestra aviación, a pesar del escaso número de aviones que se encontraban en buenas condiciones realizó en 11 días 1.700 misiones y de ellas el 65% tuvieron como objetivo atacar al 2do ejército de tanques hitleriano. Con sus golpes sistemáticos, la aviación entorpeció el avance del enemigo en la dirección de Tula y contribuyó a que salieran del cerco algunas de nuestras divisiones de infantería.

En el Frente Oeste la ofensiva enemiga comenzó el 2 de oc­tubre de 1941, después de una intensa preparación de la artillería y la aviación. Empleando fuerzas muy superiores en número, los alemanes lanzaron el golpe principal entre los ejércitos 30° y 19° y un segundo golpe en la dirección de Bieli, rompiendo la de­fensa de nuestras tropas, y con el activo apoyo de su aviación em­pezaron a desarrollar el éxito en profundidad. Los contragolpes de las tropas del frente no tuvieron éxito. La actividad de la aviación del frente se vio dificultada por la pérdida de aviones, por la existencia de material averiado y por el traslado de los apa­ratos a aeródromos de campaña que a menudo no estaban en con­diciones para poder actuar en otoño. En consecuencia, nuestra aviación sólo pudo efectuar de 100 a 200 misiones diarias contra las tropas enemigas.

Para apoyar a las tropas del frente fueron empleados el 6° cuerpo de aviación de caza, las Fuerzas Aéreas de la región mi­litar de Moscú, unas cuantas divisiones de aviación de bombardeo de largo radio de acción y 2 divisiones de las Fuerzas Aéreas del Frente Noroeste. Durante unos cuantos días, estas fuerzas atacaron a la agrupación enemiga que avanzaba en dirección a Viazma. La coordinación de las acciones de toda la aviación corrió a cargo del comisario de cuerpo P. Stepánov, representante del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo y miembro del Consejo militar de las Fuerzas Aéreas del Ejército Rojo, que se encontraba con un equipo operativo en el puesto de mando de las Fuerzas Aéreas del Frente Oeste.

A consecuencia del reforzamiento de la aviación del Frente Oeste, creció notablemente la intensidad de sus acciones. Durante 9 días realizó unas 2.850 misiones para apoyar a las tropas del frente y además causó enormes pérdidas al enemigo. Sin em­bargo, pese al duro castigo que sufrieron los alemanes, continuaron desarrollando la ofensiva. Su aviación desplegó gran actividad, realizando unas 4.000 misiones en la zona del frente. Los pilotos soviéticos ofrecieron tenaz resistencia a los aviadores fascistas. El 5 de octubre, una pequeña unidad de aparatos Pe-2, del 39° regi­miento de aviación de bombardeo, al mando del comisario de es­cuadrilla primer teniente B. Gorelijin, después de haber cumplido su misión fue atacada por diez cazas Me-109. En esta lucha desigual fueron derribados tres cazas enemigos.

En la zona de las tropas del Frente de Reserva, el enemigo emprendió también la ofensiva el 2 de octubre. Después de romper la defensa de las tropas del frente, los hitlerianos desarrollaron el éxito en profundidad. La insuficiencia de aviones en este frente, hizo que la aviación actuara en condiciones muy difíciles, ya que las tropas se replegaban, lo que originaba la pérdida frecuente del enlace con ellas e incluso entre las diversas unidades de aviación. En las primeras jornadas nuestros pilotos realizaron unas 100 misiones diarias, atacando preferentemente a las co­lumnas motorizadas del enemigo en la dirección de Yújnov. Transcurridos tres días se envió a ese sector a parte de las Fuerzas Aéreas de la región militar de Moscú, al 6° regimiento de aviación de caza de la Defensa Antiaérea y unidades de la aviación de bom­bardeo de largo radio de acción. En 9 días la aviación soviética realizó, para apoyar a las tropas del frente, 1.340 misiones. El 10 de octubre fue disuelto el Frente de Reserva y sus tropas y aviación fueron incorporados al Frente Oeste.

Después de 11 días (del 30 de septiembre al 10 de octubre de 1941) de encarnizadísimos combates defensivos, las tropas de los Frentes Oeste, de Reserva y de Briansk se replegaron a la línea de defensa de Mozhaisk, frenando considerablemente el avance de los grupos de choque del enemigo. En esto desempeñó un impor­tantísimo papel la aviación, que realizó 8.500 misiones, de ellas el 68% para apoyar a las tropas de los frentes y el 32% para defender a Moscú contra los ataques aéreos.

Después del 10 de octubre se libraron combates muy cruentos en la línea de defensa de Mozhaisk en las direcciones de Kalinin y Tula. El Gran Cuartel General adoptó diversas medidas para concentrar reservas y reforzar la defensa de las tropas, sobre todo en los accesos próximos a Moscú. En la dirección de Mozhaisk se concentraron y empezaron a actuar las tropas del 5° ejército y su aviación, compuesta por más de 80 aviones. Del Frente de la Transcaucasia fueron enviadas dos divisiones de aviación de bombardeo de largo radio de acción. Además llegaron otras uni­dades de aviación procedentes de la retaguardia del país.

En su ofensiva en la dirección de Kalinin, el enemigo se apo­deró de esta ciudad el 14 de octubre y trató de desarrollar el éxito en la dirección de Torzhok, pero fue contenido por medio de contragolpes de nuestras tropas con la activa cooperación de la aviación de los frentes Oeste y Sudoeste y de la de bombardeo de largo radio de acción, que realizaron unas 1.500 misiones. La aviación de asalto y de bombardeo, con sus incesantes ataques, causó enormes pérdidas al enemigo, sobre todo en las carreteras situadas al sur de Kalinin59 y nuestra aviación de caza bloqueó los aeródromos enemigos de la zona de Kalinin, destruyendo o averiando no menos de 40 apa­ratos enemigos.60 A consecuencia de la tenaz resistencia de nuestras tropas y del eficaz apoyo de la aviación, a finales de octubre fue contenida la ofensiva del enemigo en esta dirección.

Durante la batalla por la línea de Mozhaisk, según los informes obtenidos por todos los tipos de exploración se llegó a la conclusión de que el enemigo preparaba para el 12 ó 13 de ese mes un enorme golpe masivo, contra las tropas que se encontraban a la defensiva y contra los objetivos de retaguardia de la zona de Moscú. Para evitar ese golpe nuestra aviación atacó 20 aeródromos enemigos, realizando 300 misiones. A causa de los aviones destruidos en los aeródromos y en el aire, la actividad de la aviación enemiga se redujo casi a la cuarta parte en la zona del Frente Oeste.

En la línea de Mozhaisk no empezaron simultáneamente los combates, sino a medida que fueron llegando las tropas enemigas. En el rechazo de los incesantes ataques enemigos en la dirección de Borovsk prestaron una gran ayuda a las tropas del frente las Fuerzas Aéreas de la región militar de Moscú (de las que era Comandante en jefe el general Sbítov) y la 81° división de aviación de bombardeo de largo radio de acción (mandada por el coronel A. Golovánov), que atacaron a las tropas fascistas en las carreteras y en la zona de Yújnov y estaciones de Ugriúmovo, Miedin, Borovsk, Maloyaroslavl y Miatlevo, destruyeron los pasos del río Ugra en las zonas de Yújnov y Kaluga y volaron una base de suministro de combustible. En los aeródromos fueron destruidos o averiados unos 40 aviones del enemigo.

La ofensiva del enemigo fue contenida en el río Nara al entrar en combate las divisiones del 33° ejército y apoyar a las tropas del frente unos cuantos regimientos de aviación de las Fuerzas Aéreas del Frente Oeste, la aviación de bombardeo de largo radio de acción y el 6° cuerpo de aviación de caza de la Defensa Anti­aérea. Del 11 al 31 de octubre la aviación soviética realizó en esta dirección más de 2.300 misiones, prestando una gran ayuda a las tropas del frente.

A la vez se libraban encarnizados combates en la dirección de Kaluga, donde las tropas enemigas lograron irrumpir en Tarus y Alexin. Nuestra aviación se dedicó a atacar preferentemente a las tropas enemigas en los sectores de Tarus, Alexin y Kaluga. Gracias a los esfuerzos conjuntos de las tropas y la aviación, se logró contener al enemigo  al oeste de Sérpujov el 23 de octubre. Ese día se destacaron extraordinariamente los pilotos del 120° regi­miento de aviación de caza, que hicieron cinco vuelos en grupos de 6 a 17 aviones para ametrallar a las tropas enemigas en el campo de batalla. En apoyo a las tropas terrestres, la aviación soviética efectuó 1.800 misiones en 20 días, prestando un gran apoyo a las unidades del 49° ejército.61

En la propia dirección de Mozhaisk los combates defensivos comenzaron el 14 de octubre. Las tropas del 5° ejército, con el apoyo de la aviación, contuvieron al enemigo al oeste de Kubinka a finales de octubre. En el transcurso de 20 días, la aviación soviética realizó más de 3.100 misiones en apoyo a las tropas del frente, y de ellas más del 40% para atacar a las tropas enemigas en los distritos de Gznatsk, Mijailóvskoe y Vereya. La aviación de asalto actuó con gran eficacia contra las tropas hitlerianas. El 20 de octubre, 5 aparatos de asalto IL-2, de la 47° división mixta de aviación, acompañados por 6 cazas, al mando del capitán Románov, atacaron al oeste de Mozhaisk una columna de tropas alemanas, quedando destruidos o averiados unos cuantos tanques y 16 camiones. A los éxitos de nuestras tropas y aviación contri­buyó el paso del 6° cuerpo de aviación de caza de la Defensa Anti­aérea a la protección sistemática de las tropas del frente, lo que redujo la actividad de la aviación enemiga.

En la dirección de Volokolamsk empezó la ofensiva enemiga el 17 de octubre, pero a los 9 días fue contenida. En esto jugó un importante papel la creciente actividad de nuestra aviación, que castigó duramente a las tropas enemigas en los distritos de Volo­kolamsk, Shajóvskaya y Ostashevo. El enemigo sufrió grandes pérdidas. Los grupos de los aviones de asalto, mandados por el capitán Románov, y por otros oficiales, el 29 de octubre destru­yeron o averiaron 15 tanques y 60 camiones.

Para finales de octubre fueron contenidas las agrupaciones de choque del enemigo que operaban en la zona del frente Oeste. Cooperando con las tropas terrestres, nuestra aviación realizó 10.200 misiones en 20 días. Contribuyó a la elevación de su acti­vidad el traslado de sus unidades a los aeródromos de la región militar de Moscú, que contaban con excelentes instalaciones téc­nicas y estaban bien protegidos por el poderoso sistema de la Defensa antiaérea. La aviación enemiga sufrió grandes pérdidas y redujo bruscamente la intensidad de sus acciones. La situación en el aire cambió a favor de nuestras Fuerzas Aéreas.

Del 10 al 24 de octubre, las tropas del Frente de Briansk a la vez que frenaban el avance del enemigo en la zona de Mtsensk se replegaron a la línea de Tula, Efrémov, Livni y Tim. Para cooperar con las tropas del frente, la aviación soviética realizó 3.750 misiones en 20 días, de las cuales la mitad tuvieron por finalidad proteger a las tropas del frente.62

Durante los combates defensivos que comenzaron el 30 y 31 de septiembre de 1941, nuestra aviación realizó 26.000 misiones de las cuales el 80% tuvieron como objetivo apoyar y proteger a las tropas. Según datos del Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas del Frente Oeste, referentes exclusivamente a dicho frente, el enemigo perdió 228 aviones, de los cuales 120 fueron derribados en com­bates aéreos. Los ataques de la aviación soviética, destruyeron también muchos tanques, 2.500 camiones con carga y tropas, 130 cañones y abundante material de guerra.63 Las pérdidas to­tales de la aviación alemana en la dirección de Moscú en el período comprendido entre el 30 de septiembre y el 14 de noviembre se elevaron a 1.020 aviones, de los cuales el 54% fue destruido en los aeródromos, el 30% en combates aéreos, y el 16% por la artillería antiaérea.64

En la lucha contra la aviación enemiga, nuestros pilotos dieron muestras de valor y heroísmo, y trataron por todos los medios de derrotar al enemigo. El 29 de octubre, el subteniente B. Kovzán, piloto del 184° regimiento de aviación de caza, al regreso de una misión de combate atacó a un avión enemigo. Como había consu­mido todas las municiones, embistió el aparato, derribándolo sobre el distrito de Zaraisk. La Patria calificó altamente la hazaña del piloto, galardonándolo con el título de Héroe de la Unión Soviética.

Además de apoyar a las tropas de los frentes, la aviación sovié­tica participó activamente en el rechazo de los aviones enemigos que incursionaban contra Moscú. En octubre de 1941, el enemigo realizó 31 vuelos sobre Moscú, con un promedio de 10 a 50 aviones, e incluso más, en cada vuelo,65 pero sin embargo, sólo pudieron irrumpir en la ciudad 72 aparatos. Los pilotos del 6° regimiento de aviación de caza de la Defensa Antiaérea y de las Fuerzas Aéreas del Frente Oeste, en estrecha interacción con la artillería antiaérea, actuaron día y noche con enorme tensión, dando muestras de una gran maestría, valor e intrepidez.

Al no haber logrado en octubre los planes trazados, el mando hitleriano concentró a mediados de noviembre el grueso de las fuerzas del grupo de ejército «Centro» y preparó una nueva ofen­siva, cuya esencia consistía en asestar a Moscú una serie de golpes envolventes con las agrupaciones de tanques, partiendo del norte y del sur, con el apoyo de 950 aviones de la 2da flota aérea.

Las líneas defensivas de los accesos próximos a Moscú estaban ocupadas por las tropas del Frente de Kalinin, del Frente Oeste y del ala derecha del Frente Sudoeste,66 que a mediados de no­viembre habían sido reforzadas. No obstante, por la superioridad en hombres y medios, la fuerza estaba aún de parte del enemigo. Fue reforzada nuestra aviación. Los aeródromos en que se hallaba estacionada eran defendidos por la Defensa Antiaérea de la zona de Moscú. Por otra parte, el hecho de que hubiera un gran número de aeródromos facilitaba la maniobra de la aviación. La existencia en la zona de Moscú de empresas de construcción de aviones, talleres de reparación, almacenes con material de repuesto, excelentes comunicaciones y buenos medios de enlace crearon magníficas condiciones a la aviación para su actividad combativa. El personal técnico realizó la correspondiente prepa­ración para explotar los aviones en el invierno.

En su conjunto, mejoró en cierta medida la situación de las tropas terrestres y de la aviación en la dirección de Moscú a me­diados de noviembre de 1941 en comparación con los primeros días de octubre, pero todavía no se había logrado liquidar la amenaza de una nueva ofensiva de las tropas enemigas. Teniendo en cuenta esta circunstancia, el Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo concentró grandes contingentes de reservas estra­tégicas en el norte, centro y sur de la capital.

La organización de la defensa de las tropas del Frente Oeste en los accesos próximos a Moscú, se basaba en el criterio de que el ene­migo podía emprender la ofensiva desde diferentes direcciones. De acuerdo con el plan de la defensa, las Fuerzas Aéreas debían participar activamente en los contragolpes de los ejércitos 16° y 49°, después de haber destruido la aviación enemiga en los aeródromos. De acuerdo con esto, el Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas del frente elaboró un plan de acción de las Fuerzas Aéreas en la defensa, con la participación de los distintos tipos de aviación. Ese plan comprendía diversas variantes de acción de la aviación, partiendo de las posibles direcciones de la ofensiva del enemigo.

Las Fuerzas Aéreas del Frente de Kalinin debían atacar a las tropas del enemigo en la zona de Kalinin y proteger las vías de comunicación que conducían al frente. A las Fuerzas Aéreas del que fuera Frente de Briansk, que se encontraban concen­tradas en el ala derecha del Frente Sudoeste, se les ordenó atacar a las tropas enemigas en el campo de batalla y a sus columnas que se dirigieran al frente. También tenían que proteger a las tropas.

La preparación realizada por la aviación en noviembre con vistas á los nuevos combates fue más organizada y mejor orien­tada que la de octubre. Esa preparación coincidió con la cele­bración por el pueblo soviético del XXIV Aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Las consignas del Comité Central del Partido se convirtieron en un combativo programa de la movilización absoluta del pueblo soviético y de sus Fuerzas Armadas para derrotar al enemigo, ejercieron una enorme in­fluencia en la elevación del nivel político-moral de los comba­tientes y constituyeron el contenido principal del trabajo político del Partido en las unidades de aviación.

A la vez que se hacían los preparativos para rechazar la nueva ofensiva enemiga, nuestra aviación realizaba intensas acciones com­bativas. En el período del 1 al 14 de noviembre efectuó 9.400 misiones para atacar a las tropas fascistas en los distritos de Ka­linin y en las direcciones de Volokolamsk, Mozhaisk, Tula y Efrémov y además para proteger a Moscú.

El 15 de noviembre el enemigo emprendió una nueva ofensiva contra las tropas del Frente de Kalinin y al día siguiente en el ala derecha del Frente Oeste. Durante 10 días, en condiciones meteorológicas desfavorables, la aviación realizó más de 1.300 mi­siones para apoyar a las tropas del ala derecha del Frente Oeste. En las carreteras fueron destruidos o averiados decenas de tanques y cientos de camiones y aniquilados muchos soldados y oficiales, lo que contribuyó a frenar considerablemente el ritmo de la ofen­siva de las tropas alemanas.

Sin embargo, aprovechando el gran vacío existente entre los flancos de los ejércitos 30° y 16°, el 28 de noviembre el enemigo forzó el canal Moscú-Volga en un estrecho sector en la zona de Yajromá. Pero a consecuencia de un contraataque de las tropas del 1er ejército de choque con la cooperación de la aviación, fueron rechazadas las fuerzas que habían forzado el canal, teniendo que pasar a su orilla occidental. El apoyo aéreo al 1er ejército de choque corrió a cargo de un grupo de aviación compuesto por tres divisiones, al mando del general I. Petrov, adjunto del Co­mandante en jefe de las Fuerzas Aéreas del Ejército Rojo. Ese grupo efectuó cada día de 150 a 180 misiones para atacar a las tropas enemigas en los distritos de Yajromá, Klin y Solniechnogorsk. A consecuencia de las enérgicas acciones de nuestras tropas y de la aviación, el enemigo se vio obligado a suspender la ofensiva contra las tropas del 30° ejército.

A finales de noviembre y los primeros días de diciembre, con el enérgico apoyo de la aviación, nuestras tropas emprendieron varios contraataques y causaron al enemigo grandes pérdidas. A la acti­vidad de la aviación de bombardeo y asalto se sumó la del 6° cuerpo de aviación de caza de la Defensa Antiaérea. El 2 de diciembre, el 65° regimiento de aviación de asalto destruyó una columna de 100 camiones cerca de Solniechnogorsk. La aviación alemana sufrió grandes pérdidas. El 1 de diciembre por la noche, aparatos de bombardeo de las Fuerzas Aéreas de la región militar de Moscú destruyeron 20 aviones fascistas en aeródromos de la zona de Klin. Gracias a los esfuerzos conjuntos de nuestras tropas y la aviación, que en 10 días realizó 5.660 misiones, se ocasionó grandes bajas al enemigo, que el 5 de diciembre al anochecer tuvo que pasar definitivamente a la defensiva al norte de Moscú.

En el ala izquierda del Frente Oeste, el 18 de noviembre rompió el enemigo las líneas defensivas al sudeste de Tula y siete días más tarde llegó a Vénev y Kashira. Para apoyar a las tropas en la región de Tula fue formado un grupo de aviación al mando del coronel Scherbakov. Y para actuar contra las tropas fas­cistas que desarrollaban la ofensiva en dirección a Mijáilov y Pavelets se empleó al grupo de aviación creado en la zona de Riazhsk, al mando del general G. Kravchenko, dos veces Héroe de la Unión Soviética, y unidades de aviación de bombardeo de largo radio de acción.

A causa de las medidas adoptadas, también creció la actividad de la aviación en esta dirección, duplicándose con creces. El 27 de noviembre, el 1er cuerpo de caballería de la guardia, apoyado por tanques y parte de las Fuerzas Aéreas del frente, el 6° cuerpo de aviación de caza y una división de aviación de bombardeo de largo radio de acción, contraatacó a la 17° división de tanques hitlerianas, obligándola a retirarse apresuradamente. Ese mismo día, el 10° ejército, apoyado por la 23° división de aviación (man­dada por el coronel S. Mozgovói), avanzó desde la zona de Riazán, en dirección a Mijáilov. Nuestra aviación castigó duramente al enemigo al este de Tula.

Gracias a la enérgica actividad de las tropas y la aviación, el enemigo se vio obligado también a suspender la ofensiva en la dirección de Riazán. Fracasaron los intentos de los alemanes de tomar Tula por el norte el 2 de diciembre. Como conse­cuencia de los encarnizados combates defensivos librados en el ala izquierda del Frente Oeste, fue contenida definitivamente la ofensiva enemiga.

Las tropas del Frente Oeste, en cooperación con la aviación, hicieron fracasar los intentos de las tropas fascistas de envolver Moscú por el norte y el sur, y les causaron grandes pérdidas.

En el ala derecha del Frente Sudoeste, nuestras tropas conti­nuaban defendiéndose tenazmente bajo la presión de fuerzas numé­ricamente superiores del enemigo. La aviación del Frente, formada por dos divisiones y unos cuantos regimientos de aparatos de bombardeo de largo radio de acción, realizó diariamente unas 100 misiones para apoyar a las tropas terrestres y asestó golpes a las unidades hitlerianas que atacaban en los accesos a Efrémov y en la dirección de Pavelts. Esto permitió afianzarse a las tropas del 3er ejército en la línea Shakóvskaia, Liubimovka y parte oriental de Efrémov.

El 27 de noviembre el enemigo emprendió la ofensiva en la dirección de Elets, en la zona defendida por el 13° ejército, que se vio obligado a replegarse. La poca actividad de la aviación enemiga permitió que nuestra aviación de caza fuera empleada para atacar a las tropas fascistas, lo que se hizo con gran eficacia, dando muestras de heroísmo y arrojo. El 29 de noviembre, 3 aviones del 165° regimiento de aviación de caza atacaron a una gran columna en la parte noroeste de la estación de Ptañ. El avión del jefe de la patrulla, subteniente E. Evstáfiev, fue inuti­lizado por la artillería antiaérea fascista, viéndose obligado a hacer un aterrizaje forzoso en territorio ocupado por el enemigo. Los demás pilotos de la patrulla dispersaron a la columna, destruyendo 20 camiones, después de lo cual, el subteniente N. Musatov, pro­tegido desde el aire por el subteniente Kalinin, aterrizó cerca del avión averiado, recogió a Evstáfiev y regresó al aeródromo.67

Gracias a la tenaz defensa y activa resistencia de las tropas soviéticas y a la intensa actividad de la aviación fue contenida definitivamente la ofensiva enemiga.

En apoyo de los 3 frentes la aviación soviética realizó 15.840 misiones prestando una gran ayuda a las tropas. La aviación enemiga sólo realizó 3.500 misiones. En noviembre los fascistas efectuaron únicamente 41 ataques a Moscú, irrumpiendo sobre la capital sólo 28 aparatos, es decir, el 60% menos que en octubre. Los encarnizados combates librados durante dos meses en los accesos a Moscú constituyeron un importantísimo acontecimiento en toda la campaña de verano y otoño en 1941. La estrategia militar alemana sufrió allí su primera gran derrota. La principal agrupación de tropas y aviación alemana, a la que se había enco­mendado apoderarse de la capital soviética, fue desangrada y pasó a la defensa, y el mando hitleriano perdió la iniciativa estraté­gica de la que se había adueñado a causa de su ataque por sorpresa. Los heroicos esfuerzos de nuestras tropas terrestres y de la aviación contuvieron definitivamente la ofensiva enemiga en los accesos a Moscú. En todo el período de la defensa de Moscú, las Fuerzas Aéreas Soviéticas realizaron 51.300 misiones, de las cuales el 81% tuvieron por finalidad apoyar a las tropas y el 14% proteger a Moscú. El enemigo perdió 1.400 aviones en la dirección de Moscú, de los cuales el 85% fueron destruidos por la acción de nuestra aviación. Gracias a esto las Fuerzas Aéreas Soviéticas pudieron conquistar el dominio en el aire y con­tribuir a hacer fracasar la ofensiva enemiga contra Moscú.

El Gobierno soviético evaluó dignamente el cumplimiento ejemplar de las tareas combativas y la valentía y heroísmo de que hicieron gala los aviadores soviéticos. Por orden del Comisario del Pueblo de la Defensa, los regimientos de aviación de caza 29°, 129° y el 215° de la aviación de asalto (mandados por los comandantes Yudakov y Y. Berkal y por el teniente coronel L. D. Reino) fueron convertidos en regimientos de la Guardia a partir del 6 de diciembre de 1941, y el 61° regimiento de aviación de asalto, fue condecorado con la orden de la Bandera Roja. Esos fueron los primeros regimientos de la guardia.

Por méritos de guerra fueron condecorados 1.254 aviadores.68 En el período de los combates defensivos, a decenas de intrépidos pilotos se les adjudicó el título de Héroe de la Unión Soviética. Entre ellos estaban V. Shishov, S. Guetman, A. Loktionov, A. Molodchi, A. Rógov, F. Fatkulin, A. Katrich, E. Gorbatiuk, V. Kovaliov y V. Talalijin, entre otros.

La operación defensiva de Moscú fue la primera en la guerra en la que participó un gran número de unidades y grandes uni­dades de aviación de los frentes, aviación de bombardeo de largo radio de acción y aviación de caza de la Defensa Antiaérea, agru­padas bajo la dirección del mando de las Fuerzas Aéreas del Ejér­cito Rojo. La experiencia de las acciones de combate demostró que en las grandes operaciones defensivas se logra el empleo más eficiente de la aviación gracias a la dirección centralizada, que asegura la interacción operativa y táctica con las tropas terrestres. En el curso de la operación defensiva fue confirmada la im­portancia de la lucha contra los transportes operativos del enemigo y del ataque preventivo a su aviación en los aeródromos y a las tropas concentradas para la ofensiva, así como del reconocimiento aéreo constante.

En los primeros días de diciembre de 1941 había cambiado completamente la situación en el frente soviético-alemán. El ene­migo había sido agotado y desangrado por el Ejército Rojo en combates defensivos, lo que creaba las condiciones necesarias para pasar también a la contraofensiva en la dirección de Moscú. La tarea inmediata de la futura ofensiva consistía en derrotar a las agrupaciones de choque del enemigo y liquidar la amenaza que pendía sobre Moscú. En el plan de la contraofensiva se estipu­laban 2 golpes principales, que debía asestar el Frente Oeste a fin de derrotar a las agrupaciones enemigas que se encontraban al noroeste de Moscú y en la zona de Tula. En estas acciones coo­perarían las tropas del Frente de Kalinin y el ala derecha del Frente Sudoeste.

Se llevó a cabo la preparación para la contraofensiva en un plazo brevísimo y en medio de combates defensivos muy cruentos, lo cual no permitió concentrar suficientes fuerzas y medios. Las tropas de los 3 frentes eran menos numerosas y disponían de menos armamento que el enemigo. La correlación, favorable a los hitlerianos, era la siguiente:

- Hombres: 1 a 1,1

- Morteros y cañones: 1 a 1,8

- Tanques: 1 a 1,4

Solamente se tenía superioridad sobre los fascistas en aviación, gracias al refuerzo de las Fuerzas Aéreas de los frentes y a las unidades de la aviación de bombardeo de largo radio de acción del Gran Cuartel General. Al empezar la contraofensiva la aviación soviética contaba con 1.200 aparatos de combate69 y la del enemigo con 700. Teniendo en cuenta que el 35% de nuestros aviones no estaban en condiciones de volar, la superioridad sobre los alemanes era muy pequeña. Además, hay que tener presente que en el parque de aviones soviéticos seguían predominando los aparatos anticuados.

La moral combativa y el nivel político de nuestros aviadores eran muy elevados; desde el punto de vista táctico se prepararon muy bien y en cuanto a los mandos y estados mayores de la aviación es un hecho que adquirieron gran experiencia en la di­rección y mando de las operaciones de la aviación, lo que fue reconocido en aquellos tiempos incluso por el mando alemán. «En esta etapa de la guerra —escribieron los generales hitlerianos—, tanto el mando como el personal de vuelo de la aviación rusa han ad­quirido gran experiencia. Salta a la vista la aspiración de los rusos a concentrar sus fuerzas y también a su empleo táctico mejor organizado.»70 La resistencia cada día mayor y la elevación de la actividad de nuestra aviación hicieron perder la fe a los aviadores alemanes en una rápida y fácil victoria en la guerra.

Gracias al incremento de los golpes de nuestra aviación contra los aeródromos enemigos, su aviación fue retirada a bases situadas más lejos, lo que redujo la intensidad de sus acciones. A las Fuerzas Aéreas de los frentes se les planteó la tarea de apoyar y proteger a las tropas terrestres. Las Fuerzas Aéreas de la región militar de Moscú, el grupo de aviación del general Petrov y parte de las fuerzas del 69° cuerpo de aviación de caza de la Defensa Antiaérea fueron preparadas para actuar en la zona de la ofensiva de las tropas del Frente Oeste, que cumplía la tarea fundamental. La aviación de bombardeo de largo radio de acción del Gran Cuartel General debía atacar el transporte ferroviario del enemigo.

Las acciones de la aviación en la contraofensiva fueron pla­neadas, por lo general, para cada día. Se estipulaba dirigir la actividad de las unidades y grandes unidades de aviación desde los puestos de mando de los comandantes en jefe de las Fuerzas Aéreas de los frentes. La interacción de la aviación con las tropas terrestres, era organizada por los comandantes en jefe de las Fuerzas Aéreas de los frentes y de las Fuerzas Aéreas de los ejér­citos. En los puestos de mando de los comandantes en jefe de los ejércitos se instalaron representantes de la aviación para elaborar y concordar las tablas y las señales de la interacción y también para la información mutua sobre la situación en tierra y en el aire.

Se prestó gran atención a la preparación de la retaguardia de las Fuerzas Aéreas para asegurar las acciones de la aviación en la ofensiva. Sobre la base de las indicaciones especiales del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo fueron adoptadas me­didas por el mando de las Fuerzas Aéreas del Ejército Rojo a fin de preparar a la retaguardia para que suministrara todo lo nece­sario a la aviación de los frentes.

Al ir a emprender la contraofensiva, a unos 15-30 km de la línea del frente, fueron preparados aeródromos para la aviación de caza y asalto. Las pequeñas unidades de aviación que prestaban servicio desde estos aeródromos eran suministradas por el mando de los batallones de servicio de aeródromo, y en ellos existían medios materiales para que los regimientos realizaran 2 ó 3 vuelos diarios. Los almacenes de material de aviación pertenecientes a los frentes se encontraban a una distancia de 250 a 400 km de las primeras líneas y disponían de medios materiales para 15 a 20 días. Este minucioso y múltiple planeamiento del aseguramiento por la re­taguardia contribuyó al éxito y a la continuidad de la actividad de la aviación en la contraofensiva en las proximidades de Moscú. El trabajo político del Partido estaba estrechamente relacio­nado con las tareas de la aviación. En los regimientos de aviación se celebraron reuniones del Partido y del Komsomol en las que se discutían las cuestiones relacionadas con la elevación de la res­ponsabilidad de los combatientes por la suerte de la Patria, con la formación en ellos de la confianza en sus propias fuerzas y seguridad de derrotar al agresor.

A pesar de lo complejo de la situación y en unas condiciones de constante actividad combativa, el mando y los estados mayores lograron concentrar y reagrupar las fuerzas de aviación y prepa­rarlas para los futuros combates.

La actividad combativa de la aviación empezó el 5 de di­ciembre, al apoyar al 31° ejército del Frente de Kalinin. Los principales esfuerzos de nuestra aviación fueron orientados al bombardeo de las tropas y de los emplazamientos artilleros del enemigo. Al desarrollar la ofensiva, nuestras tropas liberaron la ciudad de Kalinin el 16 de diciembre y avanzaron de 15 a 30 km en el ala izquierda del frente. La aviación del frente, aunque las condiciones meteorológicas eran desfavorables, realizaron 560 mi­siones. Después de haber sido rota la zona táctica de la defensa enemiga, la aviación empezó a atacar a las tropas enemigas que se retiraban por caminos y carreteras, protegió el paso de las tropas soviéticas por el río Volga y realizó reconocimiento aéreo.

La ofensiva de las tropas del ala derecha del Frente Oeste empezó el 6 de diciembre. Al ataque de nuestras tropas precedió una preparación de la aviación realizada por la noche, en la cual se efectuaron 150 misiones. Fueron atacados preferentemente desde el aire los estados mayores, los nudos de comunicaciones y las reservas del enemigo en la dirección de los golpes principales. A la vez fueron bombardeados los aeródromos enemigos de la zona de Klin y Vatulino.

El grupo de aviación del general Petrov se dedicó a apoyar al 30° ejército y al 1er ejército de choque y las Fuerzas Aéreas del frente y unidades de otros tipos de aviación apoyaron al 16° ejér­cito, y principalmente al 20° ejército.

La aviación causó grandes bajas a las tropas enemigas en las zonas de Smitrov, Klin, Solniechnogorsk, Kriukovo y Krásnaya Poliana. Al atacar con la máxima tensión realizó en los tres pri­meros días de ofensiva hasta 800 misiones. La aviación enemiga trató de bombardear con pequeños grupos de aparatos a nuestras tropas que desarrollaban la ofensiva, pero al chocar con la enérgica acción de los aviones de caza no pudieron impedir el avance de nuestras tropas.

Con un enérgico apoyo de la aviación, nuestras tropas rom­pieron la defensa táctica del enemigo y trataron de cercar a su agrupación de Klin. El 9 de diciembre, el servicio de reconoci­miento aéreo advirtió la retirada masiva del enemigo, sobre todo por la carretera Klin-Teriáeva Slovoda. La aviación se dedicó entonces a atacar las columnas de tropas enemigas en retirada. A fin de cortar a los fascistas la retirada, el 14 de diciembre por la noche fue efectuado un desembarco aéreo de 415 hombres al oeste de Teriáeva Slovoda , los caminos estaban llenos de cadáveres de soldados y de tanques y camiones en llamas o averiados. El 16 de diciembre al anochecer, las tropas del ala derecha del Frente Oeste, persi­guiendo al enemigo, llegaron a la línea Dórino, Visokovsk y Novo-Petróvskoe. Durante 10 días, la aviación soviética realizó más de 3.600 misiones para apoyar a las tropas, siendo muy eficaces sus golpes. El 13 de diciembre, 5 aparatos de caza de la 43° di­visión mixta de aviación al mando del oficial T. Romanenko, entablaron combate contra 40 bombarderos y 15 cazas fascistas que trataban de irrumpir sobre Moscú. En el combate fueron derribados tres aviones hitlerianos, y los aparatos soviéticos re­gresaron sin sufrir pérdidas a su aeródromo.

En el ala izquierda del Frente Oeste, el 10° ejército, con el apoyo de la aviación pasó a la ofensiva en la dirección de Mijáilova. Simultáneamente, el 50° ejército y el 1er cuerpo de caballería de la guardia, desarrollando el éxito de los contragolpes continuaron persiguiendo al enemigo al este de Tula. Al existir desfavorables condiciones meteorológicas, nuestra aviación efectuó cada día sólo de 90 a 100 misiones, atacando a los fascistas en el campo de batalla y en las carreteras. El enemigo, privado del apoyo de la aviación, ocupada en los combates al norte de Moscú, se vio obligado a retirarse precipitadamente. Las tropas soviéticas, con la cooperación de la aviación, no le permitieron fortificarse en las líneas intermedias y el 16 de diciembre al anochecer habían hecho retroceder 130 km a las desmoralizadas unidades del 2do ejército de tanques alemán. Los ataques de la aviación impidieron que la retirada del enemigo tuviera un carácter orga­nizado y le causaron enormes pérdidas.

A consecuencia de los golpes asestados por nuestras tropas en los 10 primeros días de contraofensiva, las dos agrupaciones de choque enemigas sufrieron grandes pérdidas y se crearon condi­ciones favorables para que las unidades soviéticas persiguieran y aniquilaran al enemigo.

La aviación prestó una gran ayuda a las tropas terrestres y a pesar de las condiciones meteorológicas desfavorables efectuaron 5.400 misiones. En los documentos ocupados por nuestras tropas a los alemanes se indicaba que las unidades de tanques, el trans­porte automovilístico y el de tracción animal habían sufrido grandes pérdidas por efecto de los ataques de la aviación soviética.

A fin de asegurar la ofensiva de las tropas del ala izquierda del Frente Oeste, los ejércitos 13° y 3° del Frente Sudoeste ata­caron a la agrupación enemiga de Elets, obligándola a retroceder. La aviación realizó unas 60 misiones diarias en apoyo a las tropas y atacó al enemigo, preferentemente en el campo de batalla. Prestaron una gran ayuda los aviones de bombardeo de largo radio de acción, que atacaron noche y día al enemigo en el campo de batalla y asestaron repetidos golpes a su transporte operativo por ferrocarril en las líneas Nóvgorod-Pskov y Sumi-Kíev.

En 10 días de contraofensiva, las tropas soviéticas rompieron la zona táctica de defensa del enemigo y empezaron a perseguir a sus tropas en retirada. La aviación, que apoyó a los tres frentes y protegió a Moscú, realizó unas 6.950 misiones.

El mando hitleriano trató de contener la ofensiva de nuestras tropas con una tenaz resistencia y una sólida defensa, y lanzó a las Fuerzas Aéreas en apoyo de sus tropas. Teniendo en cuenta la favorable situación creada, el Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo decidió continuar la contraofensiva a fin de crear las condiciones para cercar a toda la agrupación de tropas ene­migas. Para cumplir este plan se planteó al Frente de Kalinin la tarea de completar la derrota de la agrupación enemiga de Kalinin. El Frente Oeste, continuando la persecución del enemigo al norte y al sur de Moscú y pasando a la ofensiva en el sector central debía fraccionar al grueso de las fuerzas enemigas para cercarlas y aniquilarlas. Con el objeto de asegurar la contraofensiva de las tropas del Frente Oeste, desde el sur, el 18 de diciembre fue constituido de nuevo el Frente de Briansk y sus Fuerzas Aéreas, integradas por tres divisiones de aviación (de las que era Comandante en jefe el general F. Polinin). En concepto de re­fuerzo de la aviación del frente fue incorporado el grupo de aviación de la reserva mandado por el coronel Y. Nemtsevich. El Comandante en jefe del Frente de Kalinin decidió derrotar a las tropas enemigas por medio de un golpe asestado desde el norte (con los ejércitos 22°, 39° y 29°) y desde el este (con los ejércitos 30° y 31°) en la dirección general de Staritsa, apo­yando preferentemente la aviación a los ejércitos 30° y 31°, que eran los que debían desempeñar el papel fundamental.

Durante la ofensiva, que empezó el 17 de diciembre, la aviación atacó a las unidades en los caminos por los que se retiraban. Fue muy eficaz su actuación en la zona de Staritsa, donde el 24 de diciembre destruyó o averió 60 camiones.

La idea del plan del Comandante en jefe de las tropas del Frente Oeste consistía en perseguir y aniquilar a las tropas en retirada. El 18 de diciembre, los ejércitos 33° y 43° emprendieron la ofensiva, contando cada uno con el apoyo de una división mixta de aviación. Las tropas del ala derecha del frente, con la cooperación de la aviación, durante la persecución del enemigo liberaron Volokolamsk y otros pueblos y el día 21 llegaron a la línea de los ríos Lama y Ruza, donde tropezaron con la resistencia organizada del enemigo. A fin de apoyar a las tropas fue creado un grupo de aviación formado por dos divisiones, mandadas por el general E. Nikolaénko. Esa aviación, en difíciles condiciones meteorológicas, conjuntamente con la aviación de caza de la De­fensa Antiaérea y con las Fuerzas Armadas de la región militar de Moscú, castigó duramente al enemigo en la carretera Klin-Teriáeva y al oeste de Volokolamsk.

En el ala izquierda del Frente Oeste el enemigo continuó retrocediendo por efecto de los golpes de nuestras tropas en la dirección de Kaluga y Belev. En sus acciones de apoyo al ala izquierda del Frente Oeste, la aviación realizó en condiciones meteorológicas muy desfavorables 380 misiones en ocho días. Para apoyar al 1er cuerpo de caballería de la guardia fue subordinado a él la 28° división de aviación.

A fin de cooperar con las tropas del Frente Oeste, desde el día 17 al 24 de diciembre la aviación realizó 2.360 misiones. El enemigo fue arrojado a la línea de los ríos Lama y Ruza y desalojado de las localidades de Naro-Fominsk, Kaluga y Belev. El Frente de Briansk tenía que desarrollar el éxito de la ofen­siva en la dirección de Oriol. Se asignó el papel principal al 61° ejército y al grupo operativo del general J. Kostenko, a los que se cedió el grueso de las fuerzas de aviación. Las tropas del frente, con el apoyo de la aviación, derrotaron del 18 al 25 de diciembre a la agrupación de tropas que se le oponía y llegaron a la línea Orlovka, Lipitsa y Verjove.

La aviación de bombardeo de largo radio de acción continuó atacando el transporte ferroviario del enemigo en sus líneas fun­damentales en la zona comprendida desde Pskov hasta Kíev. A consecuencia de estos ataques fueron destruidos unos 50 trenes y en muchos sectores y estaciones quedaron destrozadas las vías.72 A consecuencia de las acciones ofensivas de nuestras tropas, apoyadas por la aviación, del 17 al 24 de diciembre se hizo retro­ceder hacia occidente al enemigo de 20 a 60 km más. En ese período la aviación alemana realizó en la zona de los 3 frentes unas 300 misiones. Nuestra aviación, que poseía el dominio en el aire, realizó 3.200 misiones. Sólo las Fuerzas Aéreas del Frente Oeste destruyeron o averiaron 30 tanques, 1.200 camiones, 340 carros, 36 cañones y 50 convoyes ferroviarios.73

Las tropas del Frente de Kalinin, en cooperación con las del Frente Oeste, que tenían como tarea cercar y aniquilar al enemigo en retirada en la zona de Staritza y Rzhev, el 26 de diciembre, después de una preparación de la aviación, asestaron un nuevo golpe en la dirección de Rzhev. Nuestros aviadores destruyeron o averiaron 40 camiones y 30 carros y el 29 de diciembre en la zona de Rzhev destruyeron o averiaron 190 camiones, 130 carros y 15 cañones.74 La concentración de los principales esfuerzos de la aviación en apoyo al 39° ejército permitió a éste avanzar hasta 80 km y llegar al río Volga, esperando la defensa y envol­viendo a la agrupación enemiga de Rzhev por el oeste.

En el sector central del Frente Oeste, con la llegada de uni­dades de reserva y aviación (5 divisiones de aviación), los ejér­citos 33° y 43° rompieron la defensa enemiga el 24 de diciembre. La aviación atacó las líneas defensivas, a las tropas y las reservas del enemigo, actuando en el estrecho sector de la dirección prin­cipal de la ofensiva de nuestras tropas, lo que contribuyó a la ruptura de la defensa del enemigo y a la elevación del ritmo de la ofensiva.

Bajo la presión de los ejércitos 33° y 43°, el enemigo con­tinuó retrocediendo hacia occidente. La intensidad de la actividad de nuestra aviación creció hasta 200 misiones diarias. En conse­cuencia aumentaron las pérdidas sufridas por las tropas enemigas, lo que le impidió reforzar las nuevas líneas de defensa. Habiendo elevado el ritmo de la ofensiva, nuestras tropas se apoderaron el 4 de enero de los puntos de apoyo enemigos Borovsk y Maloyaroslavets.

En el ala izquierda del Frente Oeste, el 49° ejército, con el apoyo de la aviación, liberó Kaluga y entabló combate por Sujunichi. Después del 4 de enero, los esfuerzos de las tropas del frente, tuvieron por finalidad cercar y aniquilar la agrupación enemiga de Mediñ y Kondrovsk. A fin de acrecentar su apoyo, sobre todo al 1er cuerpo de caballería de la guardia, en Supújov y Tula fue estacionado el grupo de aviación mandado por el ge­neral E. Nikolaénko. Para cortar el camino de retirada al enemigo se decidió realizar el desembarco aéreo de un destacamento de 2.000 nombres en la zona de Mediñ.

Se encomendó el desembarco a la aviación del frente y a la Aviación Civil. A este fin se planeó el reconocimiento aéreo, la observación de los aeródromos enemigos y un ataque de di­versión contra las tropas enemigas en los distritos de Gzhatsk, Mozhaisk y Yújnov. Sin embargo, esa noche sólo se consiguió hacer un desembarco aéreo con 416 hombres en la zona de Miatlevo.

Durante la culminación de la contraofensiva, las tropas del Frente Oeste, con el apoyo de la aviación, hicieron retroceder al enemigo de 40 a 100 km, y las tropas del Frente de Briansk avanzaron de 20 a 70 km.

En el cumplimiento exitoso de las tareas de la contraofen­siva en las proximidades de Moscú, prestó una gran ayuda a las tropas terrestres y a los guerrilleros nuestra aviación, que man­tuvo firmemente la superioridad en el aire y en las complicadas condiciones invernales realizó en 33 días unas 16.000 misiones. La tarea principal de la aviación consistió en el aniquilamiento de las tropas enemigas y la destrucción de su técnica militar, a lo que se dedicó la mitad de las misiones. Habría sido imposible el éxito en la actividad combativa de las Fuerzas Aéreas sin el aseguramiento completo de las mismas por parte de todos los tra­bajadores de la retaguardia del país, de los ingenieros de aviación, de los servicios de retaguardia de la aviación, así como de los servicios de observación y meteorológicos de las Fuerzas Aéreas.

Tuvo gran importancia el trabajo político del Partido y el trabajo ideológico y educativo en las unidades de las Fuerzas Aéreas, que adquirió grandes proporciones, y su carácter fue muy concreto y práctico. En los días decisivos de la batalla de Moscú, muchos combatientes sintieron el deseo de ingresar en el Par­tido. Por ejemplo, en la 77° división de aviación, en los meses de noviembre y diciembre fueron admitidos en el Partido 97 combatientes.75

Aprovechando los éxitos de la contraofensiva de las tropas soviéticas en las proximidades de Moscú, el Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo organizó la ofensiva a principios de enero de 1942 en todas las direcciones estratégicas. Los golpes principales fueron asestados por el Frente de Kalinin y el Frente Oeste, los que en cooperación con el Frente Noroeste y el Frente de Briansk debían cercar y aniquilar al grueso de las fuerzas del grupo de ejércitos «Centro». La correlación de fuerzas en la dirección occidental en cuanto a hombres y artillería estaba nivelada y en cuanto a los tanques se tenía una superioridad de 1,3 a 1. Debido al avance de las tropas hacia el occidente, el 6° cuerpo de aviación de caza de la Defensa Antiaérea quedó en la zona de Moscú, por lo que no pudo prestar una ayuda eficaz a las tropas que desplegaban la ofensiva. La pérdida y la dispersión de las bases de aviación y la existencia de un gran número de aviones fuera de servicio redujeron considerablemente las posibilidades de nuestra aviación.

La ofensiva ulterior de las tropas de los frentes de Kalinin y Oeste continuó en condiciones muy difíciles y sin que se tuviera superioridad sobre el enemigo. Aunque nuestras tropas no lo­graron aniquilar al enemigo ni liberar Rzhev, Gzhatsk o Viazma, el enemigo se vio en una situación muy difícil. En su retaguardia actuaban grandes contingentes de tropas y guerrilleros soviéticos.

El apoyo y la protección a las tropas corría a cargo, en lo funda­mental, de la aviación de los frentes, que era poco numerosa.76 Además de los ataques a las tropas enemigas, el bombardeo del transporte ferroviario, la lucha por el dominio en el aire y el reco­nocimiento aéreo, nuestra aviación se dedicó a efectuar desem­barcos aéreos. Desde el 18 al 31 de enero transportó destacamentos de las fuerzas de desembarco aéreo con un total de más de 3.600 hombres y además grandes cantidades de municiones y arma­mento.77 En febrero fue transportado a la retaguardia enemiga el 4° cuerpo de desembarco aéreo, con un total de 10.000 hombres.

A consecuencia de los duros y encarnizados combates librados en la dirección occidental, nuestras tropas derrotaron a 16 divi­siones y una brigada del enemigo y lo hicieron retroceder de 100 a 250 km, fue interceptada la línea ferroviaria Viazma-Briansk y quedó amenazada desde el sur la retaguardia del grueso de las fuerzas enemigas, lo que tuvo gran importancia política y militar. Durante la ofensiva fueron liberadas las regiones de Moscú y Tula y parte de las regiones de Kalinin y Smolensk. En el cumpli­miento de estas tareas, la aviación soviética prestó una gran ayuda a las tropas terrestres. A pesar de las difíciles condiciones meteoro­lógicas actuó con gran intensidad. En apoyo y protección a las tropas terrestres y en el transporte de fuerzas de desembarco aéreo de abril a marzo de 1942 fueron realizadas más de 49.000 mi­siones y se causaron grandes pérdidas a las tropas terrestres y a la aviación alemana.

La ofensiva del Ejército Rojo en las proximidades de Moscú fue el primer gran acontecimiento político-militar de la Gran Guerra Patria que constituyó el inicio del viraje radical de la conflagración. Por primera vez en la segunda guerra mundial, los hitlerianos sufrían una gran derrota. Se desvaneció la leyenda acerca de la invencibilidad de su ejército y aviación. El Ejército Rojo pasó de la defensa estratégica a una resuelta ofensiva y arre­bató de manos del enemigo la iniciativa en la conducción de la guerra. Fue liquidada la amenaza que pendía sobre Moscú y frus­trados los planes del enemigo de unir las tropas alemanas y finlan­desas y apoderarse de Leningrado.

En lugar de continuar su avance hacia oriente, el enemigo fue repelido a gran distancia. La victoria de las tropas y la aviación soviéticas fue un acontecimiento de gran importancia política, que mostró convincentemente las posibilidades reales de derrotar a las tropas fascistas alemanas e infundió a los pueblos de Europa amantes de la paz la seguridad de que podían ser liberados de la esclavitud fascista.

Nuestra aviación hizo un gran aporte al éxito de la ofensiva de las tropas soviéticas. El apoyo sistemático a las tropas en el campo de batalla, la lucha contra las reservas del enemigo, los ataques a los transportes ferroviarios, el aniquilamiento de las tropas en retirada y la conquista del dominio en el aire permi­tieron que nuestras tropas desplegaran la ofensiva estando equi­librada la correlación de fuerzas. El mariscal G. Zúkov, ex comandante en jefe del Frente Oeste, escribió en sus memorias acerca de la actividad de la aviación durante la ofensiva: «Los aviadores actuaron con abnegación y maestría. Gracias a los es­fuerzos conjuntos de la aviación de los frentes, de la de bombardeo de largo radio de acción y de la Defensa antiaérea, el enemigo perdió por primera vez el dominio en el aire desde que empezó la Gran Guerra Patria. La aviación apoyó sistemáticamente a nuestras tropas terrestres, atacó las posiciones artilleras, las uni­dades de tanques y los puestos de mando. Cuando empezó a retro­ceder el ejército fascista alemán, nuestros aviones bombardearon y ametrallaron ininterrumpidamente las columnas de tropas en retirada. En consecuencia, todos los caminos estaban llenos de material de guerra y camiones abandonados por los hitlerianos.»78

La victoria en las proximidades de Moscú constituyó una importante etapa en el desarrollo del arte operativo de las Fuerzas Aéreas. Se adquirió una gran experiencia en la preparación de la aviación en poco tiempo durante la operación defensiva a fin de apoyar a las tropas de los frentes en la contraofensiva. Du­rante la ofensiva se confirmó plenamente el principio fundamental del arte militar en cuanto al empleo de las Fuerzas Aéreas, es decir, la concentración de sus esfuerzos fundamentales en la di­rección principal a cuenta de las reservas de aviación de los frentes contiguos, de la de bombardeo de largo radio de acción y de la Defensa Antiaérea. Esto fue muy característico en los primeros días de la contraofensiva, cuando para el ataque a la agrupación más poderosa del enemigo, situada al noroeste de Moscú, se empleó hasta el 75% de nuestra aviación que actuaba en la di­rección occidental.

Asimismo se adquirió experiencia en el planeamiento y reali­zación de la cooperación entre las fuerzas terrestres y la aviación, y también entre las Fuerzas Aéreas de varios  frentes y la aviación de bombardeo de largo radio de acción y la de la Defensa Antiaérea de Moscú, experiencia que fue aplicada en las opera­ciones ulteriores de la Gran Guerra Patria y fue desarrollada en lo sucesivo.

En la batalla de Moscú fue comprobada la estructura orga­nizativa de las Fuerzas Aéreas. La experiencia de la actividad combativa demostró que la existencia de las Fuerzas Aéreas de los ejércitos de tropas terrestres y de divisiones mixtas de aviación dificultaba considerablemente la maniobra y el empleo masivo de la aviación en los sectores más importantes del Frente. A fin de concentrar la aviación bajo un mando único y seguir elevando su capacidad combativa, por decisión del Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo, en mayo-noviembre de 1942, de las Fuerzas Aéreas de los frentes, fueron creados ejércitos aéreos.

Esta estructura de las agrupaciones de aviación dio buenos resul­tados y se mantuvo durante toda la guerra. A la vez se consideró conveniente separar las grandes unidades de aviación de bom­bardeo de largo radio de acción, subordinándolas directamente al Gran Cuartel General del Alto Mando Supremo.

En la batalla de Moscú y en las operaciones realizadas en otros sectores del frente soviético-alemán fueron empleadas las grandes unidades de aviación de la reserva del Alto Mando Su­premo para reforzar a las Fuerzas Aéreas de los frentes. Sin em­bargo, el exiguo número de estas grandes unidades y lo reducido del parque de aviones no permitió proporcionar la superioridad sobre la aviación enemiga y por ello hubo que reforzar las Fuerzas Aéreas de los frentes con grandes unidades de otros tipos de aviación.

La experiencia de la operación de Moscú demostró la nece­sidad de crear grandes reservas de aviación. En el verano y otoño de 1942 fueron constituidos diez cuerpos de reserva del Alto Mando Supremo de aviación de caza, asalto y bombardeo, lo que fue una de las condiciones más importantes para el cumplimiento exitoso de las tareas de las Fuerzas Aéreas.

En el período de la ofensiva en las proximidades de Moscú, se manifestó con toda evidencia lo beneficiosas que fueron las medidas adoptadas en agosto de 1941 para perfeccionar la estruc­tura de los organismos de la retaguardia en cuanto a la aviación. Los batallones de servicio de aeródromo se hicieron más dinámicos y con la liquidación de las direcciones de las bases de aviación se mejoró el mando de las mismas. Los organismos de la retaguardia de la aviación fueron capaces de preparar nuevos aeródromos de campaña y crear oportunamente en ellos la base técnica y material necesaria. La nueva estructura permitió mejorar la dirección, planeamiento y organización de las acciones de la aviación en las operaciones realizadas por varios frentes. El servicio de ingeniería de aviación adquirió una gran experiencia en el ase­guramiento de las acciones de combate y en la reparación de los aparatos averiados. También alcanzó cierto desarrollo la táctica de los diversos tipos de aviación.

La aviación de caza adquirió experiencia en la protección de las tropas terrestres por medio del patrullaje en el aire y el servicio de guardia en los aeródromos. El patrullaje de grupos de aviones en su territorio y los vuelos para interceptar al ene­migo, de acuerdo con los datos de los puestos de observación, no eran suficientemente eficaces a consecuencia de la ausencia de medios de transmisión radiada. Las unidades de aviación dotadas de cazas modernos pasaron a cumplir las tareas en formación de pareja.

La aviación de asalto actuaba preferentemente contra las tropas enemigas en el campo de batalla en vuelo rasante, pero también asestaban sus golpes planeando desde una altura de 300 m, lo que aumentó la eficacia de sus acciones.

La complicada situación existente al principio de la operación y la insuficiencia de aparatos obligó a nuestra aviación de caza a actuar a base de aviones solitarios o en patrullas. En lo suce­sivo, a medida que mejoró la situación en el aire, empezaron a actuar en grupos de 6 a 9 aviones, lo que resultó más eficaz. En el período de la batalla de Moscú fueron empleados regimientos de bombarderos ligeros formados por aviones Pe-2 y Pe-3. Estos aparatos actuaron con todo éxito en vuelos solitarios por la noche, a una altura de 400 a 1.000 m y fueron empleados ampliamente durante toda la guerra.

La abnegada ayuda de todo el pueblo multiplicó las fuerzas e infundió firmeza a los combatientes soviéticos en la batalla de Moscú. Esos combatientes resistieron y vencieron. En los accesos a la capital encontraron su tumba unos 300.000 hitlerianos y per­dieron más de 1.600 aviones. Por su activa participación en la defensa de la capital soviética fueron condecorados con la medalla «Por la defensa de Moscú» más de un millón de personas, y entre ellos varios miles de aviadores.

 

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