Tras haber estado luchando como piloto de IL-2
durante todo el año 42 en los Frentes de Bryansk, Suroccidental (en
Jarkov) y en la Batalla de Stalingrado, y siendo líder de grupo
durante todo ese tiempo, liderando entre 4 y 24 (o incluso más)
aviones en un solo grupo, acumulé una importante experiencia bélica.
Durante el tiempo que se estaba formando el 3er
Cuerpo Aéreo de Asalto en la zona de Tula, mientras se estaban
preparando y formando escuadrones y escuadrillas, la mayoría sin
experiencia bélica, estuve viajando de un regimiento a otro, daba
clases de formación a los pilotos, llevaba a los escuadrones a los
campos de tiro para enseñarles a lanzar bombas y cohetes y a
disparar con cañones y ametralladoras. Fue entonces cuando se me
ocurrió reflejar en papel toda mi experiencia como piloto de IL-2.
Cada vez tenía más ganas de hacerlo.
El Navegante en Jefe del Cuerpo Aéreo, A.V.
Ósipov era un piloto de bombardero muy experimentado y mi amigo. Un
día decidimos crear un manual. Teníamos una importante experiencia
bélica acumulada, pero no teníamos ninguna experiencia en crear
manuales de ese tipo.
Un día, hablando con el comandante del ShAK (cuerpo
aéreo de asalto) le comenté nuestras intenciones. Él me apoyó
rotundamente y me pidió escribir ese manual “cuanto antes”.
Comenzamos a trabajar con Osipov. Nos encontramos con muchas
dificultades. Pero nada es fácil en la vida. A lo largo del invierno
del 1943 escribimos el manual e hicimos los esquemas como pudimos.
Las secretarias lo mecanografiaron en el mejor papel disponible.
Osipov se encargó de las cuestiones de navegación y de bombardeo.
Todo lo demás me tocó a mí.
En mayo fui a ver al comandante del ShAK para
enseñarle nuestra “obra”. El comandante lo miró por encima y me
pidió que se lo dejara para poder mirarlo con mayor detalle. Tres
días más tarde nos vimos, él nos agradeció el trabajo y en el acto
seguido, en la portada del manual, escribió: “Autorizado como
material didáctico”, puso su firma y ordenó hacer copias de forma
inmediata, enviárselas a todos los regimientos y facilitarlo a todo
el mundo, incluyendo a los comandantes de escuadrones. Así es como
nació mi primera obra impresa.
Un lector contemporáneo probablemente se
sorprenderá de lo simple y lo breve que es. Estoy de acuerdo. Pero
hay que tener en cuenta la época en la que se editó y la experiencia
“literaria” de sus autores. Pero a pesar de todas sus debilidades,
este manual había recibido una buena valoración por parte de los
pilotos de todo el Cuerpo y espero que hubiera sido útil para ellos.
A medida de que pasaba el tiempo y se acumulaba la experiencia,
muchos puntos de este manual se iban mejorando y ampliando.
Hace poco había enseñado ese manual a mis
compañeros, y ellos insistieron en editarlo. Su argumento principal
era que nosotros luchábamos y aprendíamos, aprendíamos y luchábamos.
Y me convencieron.
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