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Héroe de la URSS, Capitán

S.A. BATINKOV

"Combate aéreo de Shturmoviks contra

cazas enemigos"

Informe del combate

Biografía del piloto

 

Combate realizado con: IL-2

Combate aéreo de Shturmoviks contra cazas enemigos

 

En el transcurso de la guerra en varias ocasiones me encontraba en el aire con cazas enemigos. Recuerdo especialmente uno de estos combates. Sucedió en marzo del año 1945. Recibí la orden de realizar un ataque en grupo de 8 IL-2 sobre la concentración de las tropas y armamento enemigo al suroeste del objetivo ¹ 320.

 

El objetivo ¹ 320 era la aldea polaca Nidery. La “concentración de tropas y armamento” no era más que unos destacamentos alemanes, que intentaban precipitadamente cerrar la brecha formada en la línea del frente en Oder, para frenar el avance de las unidades del 4º Frente Ucraniano.

 

Mis siete compañeros y yo estábamos en el aire. Íbamos a una altitud de 800m, el rumbo exacto era de 270°. Las condiciones meteorológicas, como decíamos los pilotos, eran “millón de altitud por millón de visibilidad”. Íbamos en formación de escalón derecho. A mi derecha iban: mi punto de siempre, el Leytenant Vihlyaev y mi Segundo Comandante el Leytenant Saveliev, seguidos por Leytenant Ivanov, Kupin, Yaroshenko, el Mládshiy Leytenant Kutovoy y el Mládshiy Leytenant Zabashta. Todos los pilotos, a excepción de Kutovoy y Zabashta que acababan de llegar al regimiento, tenían en su haber decenas de misiones de ataque a suelo realizadas con éxito. Todos eran unos “lobos” experimentados, no perdían el control bajo ninguna circunstancia. En cierto modo me preocupaban Kutovoy y Zabashta. Miré hacia ellos y con gran satisfacción vi que ambos se mantenían estrictamente en formación, ocupando sus respectivos puestos. Miré el reloj: hasta el objetivo faltaban 30 minutos todavía. Bajo las alas de mi avión pasaban los campos de cultivo, los ríos y bosques, las aldeas: un paisaje habitual.

 

A nuestra derecha, 500m más alto, van los 4 cazas La-7 de nuestra escolta. Me di cuenta que la visibilidad se empeoraba progresivamente. Era la niebla, cosa habitual, dado que era provocada por los incendios en las zonas cercanas a la línea del frente. Cinco minutos más tarde comencé a establecer comunicación con la estación de guiado. Solicité 2 veces el alias “Sierra-3”, comuniqué que procedíamos para trabajar sobre el objetivo ¹ 320, solicité instrucciones adicionales. En los auriculares oí la voz de la operadora:

 

““Sierra-3”, Batinkov, “Sierra-3”, Batinkov, procedan con la misión. Permanecer atentos: en el aire se ha detectado la presencia de cazas enemigos, en el sector del objetivo hay niebla espesa”.

 

La presencia de los cazas enemigos en el sector del objetivo no nos conviene para nada: avisé sobre esto al resto del grupo y ordené estrechar la formación. Establecí la comunicación con los cazas de escolta, les informé sobre los cazas y como respuesta oí en los auriculares la tranquila voz del líder:

 

- “¡“Jorobados”, relájense, os cubriremos!”.

 

Tranquilizado por el líder de los cazas con su consejo de “relajarse”, salimos al punto de referencia terrestre y nos dirigimos hacia el objetivo, siguiendo una carretera. La visibilidad era muy mala. El objetivo ya debería estar a la vista pero no lograba detectarlo. Volví a establecer la comunicación con la estación de guiado: “¿Vamos en rumbo correcto?”. La respuesta fue que íbamos en vector correcto.

 

De repente vimos ráfagas de proyectiles trazadores. Miré hacia abajo y vi una aldea. Miré rápidamente el mapa: era la aldea Nidery. Comencé a inspeccionar visualmente la carretera que se dirigía al suroeste de Nidery. En la carretera se encontraban carros de combate, vehículos acorazados, remolques. Realicé el alabeo varias veces y transmití por radio a mis puntos: “Atención, el objetivo esta bajo nosotros. ¡Atacamos!”

 

Enseguida puse el avión en picado. Abrí fuego con los cañones y ametralladoras apuntando a los vehículos y a 400m de altitud lancé 2 bombas. Justo al salir del ataque oí por los auriculares la agitada voz de la operadora de la estación de guiado:

 

- ¡“Batinkov, Batinkov, os atacan los cazas! ¡“Pequeños”, cubrid a Batinkov”!

 

Realicé un giro brusco de 150 grados a izquierdas y vi como el último avión que cerraba la formación, pilotado por el Mládshiy Leytenant Zabashta, era atacado por uno de los Me-109. Disparé una ráfaga contra el caza alemán, pero no logré acertar. Pero el alemán, al ver las trazadoras, se retiró del ataque y trepó bruscamente. Miré arriba y vi que nuestros cazas de escolta estaban trabados en combate por los Messerschmitt. Di la orden por radio al resto de grupo para formar el “circulo” y rápidamente me puse detrás del último IL-2. Los “Messer”, como buitres, estaban dando vueltas sobre nuestro grupo (eran 6 o 7). Cuando se les presentaba una oportunidad, comenzaban a realizar el ataque, pero no aguantaban el fuego defensivo de nuestro grupo y se retiraban en trepada. Todos sus ataques eran rechazados por el fuego conjunto de nuestros artilleros aéreos y por el fuego del armamento frontal de nuestros IL-2. De repente el “Messer” que atacó el avión del Leytenant Kupin empezó a desprender humo, se retiró en lateral y tras un segundo se incendió, convirtiéndose en una antorcha y estrellándose posteriormente contra el suelo. Instantes después le seguía el otro “Messer”, que desprendiendo una banda de humo negro cayó al suelo: era el trabajo de nuestros cazas.

 

Pero los “Messer” no cedían. Por lo visto, querían venganza. Realizaron otro ataque. En esta ocasión todo se había repetido igual que antes: el “Messer” que intentó atacar a Leytenant Saveliev, sin finalizar el ataque se retiró desprendiendo humo y desapareció en la niebla. Los demás, viendo el resultado de los anteriores intentos de ataque, también se retiraron del combate. Oí la voz de la operaria de la estación de guiado:

 

- “¡Buen trabajo, “Jorobados”, buena paliza! ¡Batinkov, los cazas enemigos se retiran!”.

 

Yo también vi como los alemanes se retiraron, pero por si acaso realicé otro circulo para asegurarme que los “Messer” se habían retirado definitivamente. Posteriormente me puse en posición de ataque para atacar el objetivo principal. Miré el reloj: el combate aéreo duró entre 8 y 10 minutos. Realizamos 4 ataques más sobre el objetivo principal y tras lanzar las últimas bombas, reuní el grupo. Transmití a la estación de guiado toda la información obtenida por nosotros sobre la situación en tierra durante nuestra presencia en el sector, y tomé rumbo hacia la base.

 

“Sierra-3” me contestó que el grupo había cumplido la misión de forma excelente y que el “Gran Jefe” nos envía notas de agradecimiento por el trabajo realizado. Miré la ventanilla. Mis 7 compañeros, en perfecta formación estrecha, iban a mi derecha. Los cazas de escolta estaban patrullando sobre nuestro grupo. El líder de los cazas de escolta, el Leytenant Fomochkin, me informó que nos habían atacado 8 cazas Me-109.

 

Cuando aterrizamos en nuestro aeródromo, descubrimos que el artillero aéreo del avión del Mládshiy Leytenant Zabashta tenía heridas leves y su fuselaje esta perforado por un proyectil. El resto de tripulaciones no sufrieron ningún daño. El resultado del combate aéreo fue el siguiente: 2 cazas enemigos derribados y 1 dañado.

 

Al día siguiente, a nuestro regimiento llegó el Comandante de la División y ante la formación nos transmitió los agradecimientos del Comandante del Ejercito del Aire por el trabajo realizado y por la valentía y firmeza mostrada en combate aéreo contra 8 cazas enemigos.

 

En la actualidad, recordando aquel combate, considero que el éxito logrado fue el fruto de:

 

a) la coordinación de las tripulaciones y la cohesión de los pilotos;

b) la habilidad de saber mantener su correspondiente lugar dentro de la formación de combate “el circulo”;

c) del rápido cumplimiento por parte de los pilotos de las ordenes dadas por el líder del grupo;

d) del apoyo mutuo;

e) de la coordinación a la hora de rechazar los ataques de los cazas, tanto por los pilotos como por los artilleros aéreos;

f) del aviso sobre la presencia de los cazas, recibido a tiempo desde la estación de guiado.

 

El conjunto de todos estos factores nos posibilitó lograr la victoria en el combate aéreo, a pesar de nuestra inferioridad numérica respecto al enemigo.

 

 

HR_Vadder / HR_Torero

 

 

 

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