VVS >> 100 Halcones >> Pilotos de Shturmovik >> V.I. Myhlik >> Informe
 

 

Dos Veces Heroe de la URSS, Mayor de la Guardia

V.I. MYHLIK

"Acción conjunta de los Shturmovík con

tropas de desembarco"

Informe del combate

Biografía del piloto

 

Combate realizado con: IL-2

 Acción conjunta de los Shturmovík con tropas de desembarco

 

En el año 1944, en la ofensiva del frente de Leningrado durante la liberación de las islas de Estonia de Ezel, Muha y Dago, fui enviado en misión de defender el desembarco de nuestras tropas en la isla de Dago.

 

Estaba lloviendo. La nubosidad era de 50-100 metros, y la visibilidad hasta 1km. Despegue con una pareja de puntos para realizar la misión. Cuando nos estábamos acercando a la isla, vimos el desembarco de la última parte de nuestras tropas. El pelotón de avanzada ya estaba llevando a cabo el combate para conquistar una población que se encontraba no muy lejos de la línea costera. No disponíamos de enlace de tierra por radio, así que tuvimos que buscar los objetivos visualmente.

 

Tuvimos que volar literalmente pegados al suelo para poder distinguir a los soldados alemanes, escondidos entre las rocas, y para poder determinar la distancia entre el enemigo y nuestras tropas. La distancia era solamente de unos 100-150 metros.

 

Dirigí a mi grupo al ataque. Nos estaban disparando con todo tipo de armamento y yo observaba con preocupación los daños en las alas del avión.

 

Tuvimos que atacar desde diversos ángulos para poder echar a los alemanes de sus refugios. Incluso me arriesgué y decidí realizar un ataque frontal respecto a nuestras tropas, atacando a los alemanes desde su retaguardia. Digo que “me arriesgaba” porque si durante la salida del ataque se hubiera producido fuego no intencionado del armamento frontal de IL-2, nuestros proyectiles y balas impactarían en el emplazamiento de nuestras tropas. Por suerte, esto no pasó.

 

Después de realizar 16 pasadas (8 de las cuales eran ataques), vimos que el terreno estaba lleno de cadáveres de soldados alemanes. Después de ver cómo se levantaba nuestra infantería, decidí retirarme del objetivo. Pero la pasión del combate no me abandonaba. Cuando comenzamos a retirarnos, distinguí el cuarteto de IL-2 liderado por el Starshiy Leytenant Archakov, que venía a sustituirnos. Sabiendo que él también tendría dificultades para poder localizar al enemigo, decidí ayudarle. Pero mis intenciones no tuvieron éxito, dado que nuestros radiotransmisores estaban mal sintonizados. Al darme cuenta que no le podía ayudar, decidí dirigirme hacia la base con la intención de volver enseguida para repetir el ataque.

 

Tuve que insistir repetidamente al comandante de la División para obtener el permiso de repetir la misión. El comandante se negaba por una razón muy simple: una densa nubosidad, lluvia, niebla – todas estas condiciones dificultaban el pilotaje, y aun más dificultaban un ataque al suelo. Pero al insistir tanto, el comandante decidió darme permiso para despegar en pareja.

 

Cuando llegamos, nuestros soldados ya andaban libremente por el campo de batalla. Tuve que buscar un nuevo objetivo, analizando cada palmo del suelo. Encontré un nuevo objetivo en el lindero del bosque, realicé 16 pasadas y después me retiré a la base.

 

Durante la retirada del objetivo, vi como nuestros soldados nos saludaban con la mano, agradeciendo nuestro trabajo. Mi avión llevaba matricula N17.

 

Si nosotros hubiéramos tenido la posibilidad de comunicarnos con las tropas de tierra para coordinar nuestras acciones, no hubiéramos tenido que arriesgar realizando pasadas sin ataque para poder localizar así los objetivos, ni tampoco hubiéramos tenido que intentar guiar al segundo grupo. Esta tarea debería haber sido realizada por el puesto de enlace en tierra. Pero a pesar de todo, gracias a una precisa localización de los objetivos,  ayudamos a nuestra infantería para tomar la mayor parte de la isla con las mínimas bajas.

 

Quiero poner otro ejemplo característico, que destaca la importancia de la comunicación por radio con las tropas de tierra.

 

El 22 de marzo de 1945 nuestras tropas eliminaron una agrupación de tropas alemanas que se encontraban en el golfo de Frish Gaf (al sur-oeste de Kenigsberg). Posteriormente tuvieron que frenar el avance al encontrarse con el último bastión de fortificaciones de Balga, al norte de la ciudad de Hayligenbail.

 

Recibí el objetivo de la misión: en formación de seis IL-2 teníamos que dar apoyo a la infantería, que estaba avanzando hacia el pueblo de Balga. Yo estaba muy tranquilo, dado que la comunicación con las tropas terrestres era excelente. Cuando faltaban 15-20 kilómetros hasta la línea del frente, me puse en contacto con los puestos de enlace de tierra. Cuando estábamos a punto de sobrepasar la línea del frente, di la orden: “¡Formación de combate!”

 

El operario del puesto de enlace de tierra que esperaba nuestra llegada, dio las coordinadas: “Batería de artillería al sur de Balga”. Encontré rápidamente el objetivo en el mapa, dirigí el grupo hacia el lugar. Comenzamos el ataque.

 

Luego, bajando desde 300-400 metros de altitud hasta el vuelo rasante, pude distinguir piezas de artillería destrozadas y volcadas patas arriba y numerosos cadáveres alemanes alrededor. Era el resultado de nuestro bombardeo.

 

Cuando estaba realizando la 8ª pasada sobre el objetivo, fui avisado por radio de que nuestra artillería esta a punto de abrir el fuego. Por eso nos desviamos del lugar hacia nuestro territorio. Puse mi grupo en círculo y empecé a observar el trabajo de nuestra artillería.

 

Enseguida me di cuenta de que nuestros proyectiles caían en el lugar de emplazamiento de nuestras tropas. De inmediato me puse en contacto con el operario del puesto de enlace: “¡Parad el fuego enseguida! ¡Estáis disparando sobre vuestras propias tropas!”

 

El operario se puso en contacto con el puesto de mando del Comandante de la artillería, y el fuego fue abortado.

 

Volvimos al lugar para seguir atacando. Realizando la 6ª pasada, oí por la radio: “¡Volved a la base! ¡Excelente trabajo!”.

 

Al día siguiente llegó un telegrama: “Estuve observando personalmente el trabajo del grupo de ataque aéreo “Mina-17”. ¡Estoy realmente impresionado! El ataque fue observado por el resto de mandos de nuestras tropas, que también se quedaron muy satisfechos. Quiero expresar mi agradecimiento al grupo y a su líder. Jefe del Estado Mayor del Ejercito del Aire”.

 

Gracias a una buena comunicaron, la observación y el seguimiento del combate por parte de nuestras tripulaciones de IL-2 pudimos evitar bajas entre nuestra infantería por culpa de nuestra propia artillería, y además, ayudar a las tropas de tierra a tomar el pueblo de Balga prácticamente sin haber sufrido ninguna baja.

 

 

HR_Vadder / HR_Torero

 

 

 

© RKKA